Domingo 21 de abril 2024

Tensa jornada de huelga

Redacción 19/10/2022 - 00.51.hs

Miles de personas salieron ayer a las calles de París y las principales ciudades de Francia en una jornada de paro general, convocada para reclamar un alza salarial que compense la inflación y defender el derecho a la huelga en las refinerías intervenidas por el Gobierno de Emmanuel Macron ante el desabastecimiento de combustible.

 

Más de 200 manifestaciones estaban previstas ayer en todo el territorio, según anunció la CGT, uno de los gremios organizadores, en un comunicado.

 

La convocatoria, lanzada también por otros dos sindicatos y diversas organizaciones, afecta a funcionarios, comerciantes, estudiantes, trabajadores sanitarios, del sector de la energía y también de los transportes, entre otros.

 

"Pedimos un salario mínimo de 2.000 euros (1.970 dólares), que equivale a un aumento de 300 euros (295 dólares)", dijo en la radio RTL el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, que abogó por ajustar también el resto de sueldos a la inflación.

 

No obstante, fue la controvertida decisión del Gobierno de obligar a trabajar al personal indispensable de refinerías en huelga la que desató esta medida de fuerza.

 

Unas 2.200 personas marcharon en la sureña Marsella, la segunda ciudad del país, según la policía, que cifró también, 3560 manifestantes en Le Havre (norte), 2.700 en Lille (norte) y 2.200 en Lyon (centro).

 

La movilización más importante se registró en París, donde se produjeron algunas tensiones al final de cortejo entre las fuerzas de seguridad y un grupo de personas vestidas de negro intentó erigir barricadas y lanzó proyectiles contra los agentes, según reportó el diario Le Figaro.

 

"Hay que resistir. Todos los derechos están atacados. Si no hacemos nada, no logramos nada", dijo una auxiliar de enfermería de 53 años a la agencia de noticias AFP.

 

Otra colega, citada por el vespertino Le Monde, afirmó que solo tuvo cinco euros de aumento salarial en los últimos cinco años.

 

La capital y su área metropolitana fueron también las principales afectadas por las perturbaciones en el servicio de transportes, aunque fueron moderadas.

 

Aunque todavía no hay datos globales sobre esta jornada de huelga, la CGT ya anunció una "continuación" de las protestas.

 

Inflación.

 

Francia, la segunda economía de la Unión Europea (UE), registró en septiembre la tasa de inflación armonizada más baja de la zona euro, un 6,2% anual, por debajo de otras economías como Alemania (10,9%), Italia (9,5%) y España (9,3%), según la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).

 

Pero el clima social es tenso. El temor a perder poder adquisitivo fue la principal preocupación de los franceses durante las últimas elecciones y el llamado a ahorrar energía para evitar cortes en invierno enrarece el ambiente.

 

Cuando Francia empezaba a pasar página de la pandemia, Rusia lanzó una ofensiva en Ucrania que, junto a la respuesta de Moscú a las sanciones occidentales, disparó los precios de la energía y de los alimentos para hogares y empresas.

 

Curtido por la protesta social de los "chalecos amarillos", cuyo detonante en 2018 fue el alza del precio del combustible, el Gobierno de Macron aprobó rápidamente medidas para limitar el encarecimiento de la energía.

 

Pero los sindicatos rechazaron la decisión del gobierno de obligar a trabajar al personal en huelga de TotalEnergies para paliar el desabastecimiento de combustible, que afecta desde hace días a casi un tercio de las estaciones de servicio del país.

 

Además del alza salarial, los huelguistas piden un mejor reparto de los beneficios obtenidos por el gigante energético -más de 10.000 millones de dólares en el primer semestre de 2022-, un reclamo que entiende más de la mitad de los franceses.

 

Al rechazar gravar estos "superbeneficios" a nivel nacional, Macron situó al gobierno "en el campo de la gran patronal, en total desconexión con una gran parte de los franceses", según un editorial del diario Libération. (Télam)

 

Plan para frenar precios.

 

La Comisión Europea (CE), bajo fuerte presión por la proximidad del invierno boreal y las divisiones en el bloque, formuló ayer propuestas para enfrentar los aumentos de precios de la energía con una reforma del mercado de gas que será debatida entre los Estados miembro el jueves y viernes próximo en Bruselas.

 

La propuesta del órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) de imponer un tope al precio de la energía, provocó divergencias y nuevas propuestas para alcanzar un consenso, que serán examinadas estos jueves y viernes en una cumbre de jefes de Gobierno del bloque, informó la agencia de noticias AFP.

 

La iniciativa presentada plantea reformar el mercado de gas denominado TTF (Title Transfer Facility), que sirve de referencia para las transacciones de los operadores europeos.

 

De acuerdo con los anuncios, se creará -como máximo en marzo de 2023- un índice alternativo más representativo de la situación actual.

 

Hasta que el nuevo índice se defina y adopte, la comisión impulsa la implementación de un rango de precio "dinámico" para impedir lo que llamó "precios extremados".

 

Además, planteó medidas para hacer realidad las compras de gas en bloque, para obtener mejores precios para la reposición de las reservas antes del invierno boreal de 2023.

 

Esta iniciativa busca evitar que los Estados de la UE alimenten la subida de precios compitiendo entre ellos, como hicieron en el último verano boreal llenando sus reservas al mismo tiempo.

 

"Sabemos que la demanda de energía de Europa es muy grande, por lo que es lógico que, en lugar de competir entre sí, los Estados miembros (de la UE) y las compañías energéticas aprovechen su poder adquisitivo conjunto", declaró la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen.

 

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