Dos de cada tres, tienen más de un trabajo
En medio del ajuste fiscal que sostiene el gobierno nacional, el empleo público atraviesa una crisis que combina recorte presupuestario, congelamiento salarial y pérdida de estabilidad. En este contexto, un informe de la Fundación Germán Abdala reveló que el 64% de los trabajadores y trabajadoras estatales posee más de un empleo para compensar la caída de sus ingresos. La tendencia, coinciden distintos centros de estudio, es estructural: el pluriempleo se convirtió en refugio frente al derrumbe del salario real y en símbolo de una nueva etapa de precarización laboral, mientras la coyuntura anuncia una enorme reforma laboral.
Según el relevamiento, que abarca organismos nacionales, provinciales y municipales, el 44% de los pluriempleados combina dos puestos de trabajo, el 17% sostiene tres y un 3% supera los cuatro. Apenas un 36% de los trabajadores logra subsistir con un único ingreso, mientras que el 52% percibe menos de un millón de pesos mensuales, monto inferior al valor de la canasta básica total que marca el límite de la pobreza.
Aumenta la precarización.
A la par de los ingresos en baja, la precarización del empleo estatal gana terreno: sólo el 58% del personal se desempeña en planta permanente o transitoria; el resto lo hace mediante contratos, monotributos u otras formas temporarias. Vale consignar que dicho fenómeno precede a la gestión libertaria y continuó a través de diferentes gobiernos. “La necesidad de recurrir al pluriempleo para alcanzar un ingreso digno genera agotamiento físico y mental, burnout y frustración, afectando no sólo la vida personal sino también la calidad del servicio público”, advierte el estudio.
Los datos de la Fundación Abdala coinciden con el Informe Especial de CP Consultora, publicado por BAE Negocios, el cual detalla que el pluriempleo creció desde 2016 al presente, pasando del 8 % al 12 % de los trabajadores con más de una ocupación en 2024. El informe ubica al fenómeno como un “cuarto mecanismo de ajuste” frente a la crisis de ingresos, junto con la pérdida de puestos registrados, la expansión del trabajo informal y la caída del salario real. “Frente a las dificultades para sostener el poder adquisitivo, las personas buscaron otro trabajo que les permita complementar los ingresos perdidos. El proceso es acumulativo y facilitado por los empleos en plataformas”, señala el documento.
CP identificó además que el ancla salarial y la reforma laboral en curso son las dos piezas centrales del programa libertario: la primera contiene los salarios para reducir la inflación, y la segunda busca redefinir la relación entre capital y trabajo, desarticulando la negociación colectiva y promoviendo la rotación constante de mano de obra. “El gobierno promete una reforma laboral como respuesta a la crisis salarial”, dice el informe.
“La era del hielo paritario”.
Desde diciembre de 2023, el Ministerio de Economía dispuso un congelamiento total de las paritarias del sector público, bajo el argumento de “contener el gasto”.
La medida implicó una caída del 14% del salario real estatal respecto de noviembre de 2023 y profundizó el deterioro de los ingresos de jubilados y beneficiarios sociales
A la vez, la Administración Pública redujo su dotación en más de 35.000 despidos bajo el “plan motosierra”.
El resultado es una realidad contradictoria: más trabajo, en peores condiciones. El pluriempleo no implica mejora sino desgaste, y configura lo que los especialistas denominan “trabajo pobre”.
Estudios de la Fundación Mediterránea y del Cifra-CTA coinciden en que uno de cada cinco trabajadores formales es pobre, y que la pobreza laboral alcanza al 37,5 % de los informales y al 40 % de los cuentapropistas. La desigualdad territorial agrava el cuadro: en provincias del norte, donde la informalidad supera el 50 %, la pobreza laboral se vuelve estructural.
(BAE Negocios)
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