Piden ajustar los precios
Con un dólar oficial que cerró el miércoles a $1160, el nuevo esquema cambiario instaurado por el Gobierno provocó una tendencia descendente en la divisa, lo que abre una pregunta clave: ¿deben bajar los precios en los supermercados?
Durante años, el dólar funcionó como referencia directa o simbólica para justificar aumentos, incluso en productos e insumos sin vinculación con importaciones o contratos en moneda extranjera. Ahora, con un tipo de cambio estable o en descenso, analistas y consumidores reclaman que los valores formados con dólar a $1.400 o más comiencen a reacomodarse hacia abajo.
Según supo Noticias Argentinas, muchos precios en góndola se formaron en base a una tendencia el alza que no ocurrió, y que llevó a márgenes de ganancia excesivos. A esto se suma un esquema de promociones encubiertas que genera precios de lista inflados.
La caída del dólar debería implicar una revisión general de precios, sobre todo en alimentos y productos básicos, donde los márgenes financieros fueron claves. “Recortar esos márgenes y reflejar el nuevo dólar es clave para la baja efectiva de precios”, aseguran desde el sector mayorista.
Mientras tanto, los salarios en pesos siguen corriendo por detrás: las paritarias no logran recuperar poder de compra, ni en términos reales ni nominales. La inflación acumulada y el rezago salarial acentúan el malestar social, en un escenario donde las referencias de precios están cada vez más en discusión.
Mayoristas.
La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) rechazó las listas con aumentos de precios por parte de las empresas proveedoras por considerarlos justificados.
“Ante la reciente liberación del cepo cambiario, desde el sector mayorista expresamos nuestro rechazo a las listas de precios que están llegando con aumentos injustificados”, señaló la entidad en un parte de prensa.
Añadió que “la liberación del cepo no representa una devaluación, sino la apertura positiva del mercado. Ya de por sí las empresas operaban con el dólar MEP o Contado con Liqui, que incluso registraron una baja tras la apertura del dólar oficial, lo que refuerza la idea de que no hay fundamentos para remarcar precios”.
En ese sentido hizo “un llamado a la responsabilidad de todos los proveedores del mercado para evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio”.
A su vez CADAM afirmó que “el verdadero problema de la economía no es el dólar sino los impuestos (especialmente los distorsivos como son los IIBB y tasas municipales) y los costos ocultos que se trasladan a precios”.
Milei.
En medio de la presión por los aumentos de precios, el presidente Javier Milei publicó una imagen en sus redes sociales que sorprendió a propios y ajenos: compartió una viñeta de Gaturro con una consigna clara y directa contra la suba de productos. “Si te aumentan el precio, NO compres”, dice el posteo que apareció el jueves en sus historias de Instagram.
Caída del consumo.
Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, señaló que si bien al inicio de la semana no hubo aumento de precios, marzo fue "tremendo" en cuanto a incrementos, con repercusiones en la primera semana de abril, y afirmó que el consumo sigue deprimido.
Savore consideró que estos aumentos ya habían sido calculados por los "grandes monopolios o oligopolios".
El comerciante consideró que el consumo sigue “deprimido” y reveló que en una encuesta informal entre sus clientes de confianza encontró que, después de cubrir gastos esenciales, les queda aproximadamente un "40%" de sus ingresos para el resto del mes.
En este contexto, Savore sostuvo que "todo aumento en un bolsillo tan sensible es la última gota que derrama el vaso".
Un cambio significativo es el paso de los consumidores de las primeras marcas a la “marca pyme”.
Como ejemplo, mencionó que un pan lactal de primera marca se vende alrededor de $ 5.000, mientras que opciones de empresas pyme se ofrecen a $ 2.200.
Esta tendencia se observa en otros productos como galletitas, fideos y mermeladas. La cantidad de pan lactal de primera marca que vende es menor en comparación con las marcas pyme, lo que refleja la disposición limitada del público a pagar precios más altos.
Savore comentó sobre una empresa de gaseosas que decidió "bajar el precio de la gaseosa, la de 2L para vender en $ 2.000 pesos".
Sin embargo, indicó que el “el primer reflejo no es competir, el primer reflejo es aumentar”.
A pesar de esto, Savore enfatizó que “el último que tiene la palabra es el consumidor”, quien decide qué comprar.
(NA)
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