Suben expectativas por salto cambiario
Desde que se desató la última corrida cambiaria, a fines de junio, el Gobierno no logró detener la ola de desconfianza hacia el programa económico. Lo que hizo fue tratar de parar el agua con medidas defensivas, cada vez más extremas, como el aumento de las tasas de interés al 70 por ciento o las intervenciones record en el mercado de futuros del dólar.
Este lunes habrá otra licitación de deuda fuera de programa, convocada de urgencia por Luis Caputo para intentar absorber los 6 billones de pesos no renovados en la última colocación, del miércoles pasado. El temor es que esos pesos se vayan al dólar, no al crédito a las empresas y al consumo, como debería ocurrir si las cosas hubieran funcionado como imaginó el ministro. El Gobierno vendía que para esta altura ya se disfrutaría de una pujante recuperación en V, pero lo que hay es un mar de dudas.
Página 12 subrayó que el aumento exorbitante de las tasas de interés resulta insostenible para la economía real, que ya venía castigada por el aumento de las tarifas, la caída de las ventas y la competencia cada vez más agresiva de productos importados. A las empresas más que se les duplicó el costo del endeudamiento de un mes a otro: pasó del 34,7 por ciento hace treinta días al 80,9 por ciento anual el 13 de agosto, según datos del Banco Central para los adelantos en cuenta corriente. A las personas que no pueden pagar el total de la tarjeta de crédito, refinanciar el saldo les cuesta 210 por ciento anual, cuando los salarios suben al 1 o al 2 por ciento mensual. No le cierra a nadie.
Elecciones.
En la city se dice que si en las elecciones bonaerenses, en tres semanas, el Gobierno no saca un empate o una derrota por menos de 3 puntos, no podrá evitar que la corriente de descreimiento hacia el plan en marcha termine llevando el valor del dólar al techo de la banda cambiaria, en torno a 1475 pesos, y al Banco Central a tener que intervenir de manera directa con venta de dólares de las reservas para que la divisa no supere ese techo antes de los comicios de octubre.
Javier Milei, Federico Sturzenegger y Caputo intentan una gambeta política para trasladarle el costo de sus fallidos a la oposición, pero si las cosas estuvieran tan bien como afirman, si existiera el orden macroeconómico que pregonan y si el programa fuera realmente sólido, no habría nada que temer. Sin embargo, en apenas cuatro meses desde que el FMI empezó a desembolsar otro crédito extraordinario, primero con 12 mil millones de dólares y hace dos semanas con otro giro por 2 mil millones, las tasas están que arden y la economía real se deshidrata.
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