Volvieron a caer las reservas
Las reservas del Banco Central terminaron en 40.365 millones de dólares y bajaron 96 millones respecto del día anterior. Tras la confirmación de que a fin de mes llegará la comitiva del FMI encargada de revisar las metas trimestrales del acuerdo, parece prácticamente imposible que el gobierno logre alcanzar el objetivo de reservas. En este contexto, el dólar oficial cerró en 1.135 pesos para la compra y 1.185 para la venta en la cotización de Banco Nación, con una baja de 15 pesos respecto del viernes pasado. En tanto, el dólar mayorista cayó 1,7% hasta 1.162,00 pesos.
Por su parte, en la cotización de los tipos de cambio financieros, el MEP se mantuvo en 1.190,61 pesos, mientras que el CCL registró un descenso de 0,4% hasta los 1.201,20. El dólar blue, en tanto, se situó en 1.180 para la compra y 1.200 pesos para la venta, con una suba de 0,85% en la jornada.
Nueva estrategia.
Mientras tanto, hoy comienza a implementarse la nueva estrategia de la Casa Rosada para sumar reservas sin comprar divisas en el mercado cambiario, una vía alternativa que le servirá para incrementar los dólares en el BCRA sin intervenir directamente en el mercado local. En un escenario de estabilidad macroeconómica que gana consistencia, pero con tensiones financieras persistentes, el gobierno intentará robustecer las reservas internacionales sin generar presiones sobre el dólar, mediante una táctica que consiste en adquirir divisas en grandes volúmenes fuera del mercado cambiario tradicional, aprovechando el flujo de dólares generado por las colocaciones de deuda corporativa y préstamos sindicados de empresas locales.
Según Ámbito, esta iniciativa fue presentada al Fondo Monetario Internacional (FMI) y obtuvo el consecuente visto bueno, toda vez que el organismo ha insinuado la necesidad de hacer cambios en la política de acumulación de reservas aplicada hasta ahora. Huelga decir que, en la mirada del gobierno, este enfoque busca consolidar la estabilidad económica de cara a las elecciones legislativas de octubre, minimizando el riesgo de volatilidad cambiaria que podría erosionar la confianza de votantes e inversores.
En rigor, la estrategia responde a la necesidad de preservar un tipo de cambio competitivo y estable en un contexto donde la brecha cambiaria se ha reducido notablemente tras la eliminación del cepo cambiario el 14 de abril. La estabilidad del peso, sostenida por tasas de interés elevadas y un repunte en las exportaciones del sector agropecuario, otorgó al Gobierno mayor margen de acción. Sin embargo, la acumulación de reservas sigue siendo un objetivo crítico, especialmente ante el próximo vencimiento de deuda por 4.500 millones de dólares programado para el 9 de julio.
Para evitar un impacto alcista en el mercado oficial, el ministro Luis Caputo, diseñó un mecanismo que le permite al Banco Central (BCRA) captar divisas provenientes de operaciones corporativas de envergadura, incluyendo emisiones de obligaciones negociables y préstamos sindicados que atrajeron el interés de fondos internacionales. Al operar fuera del mercado cambiario, se reduce la presión sobre el tipo de cambio, fortaleciendo simultáneamente las reservas, si bien se añaden algunos matices que vuelven más compleja la ecuación.
Luces amarillas.
En opinión del equipo económico, el renovado interés por los activos argentinos será un pilar fundamental de esta estrategia. En las últimas semanas, empresas locales de diversos sectores han logrado colocar deuda en los mercados globales a tasas competitivas, reflejando una mejora en la percepción del riesgo país, que, aunque aún ronda los 650 puntos básicos, muestra signos de estabilización. Operaciones recientes incluyen emisiones de bonos por parte de bancos privados y empresas energéticas, así como préstamos sindicados para financiar proyectos de infraestructura, como un oleoducto en Vaca Muerta que captó 1.700 millones de dólares.
En el Palacio de Hacienda sostienen que estas transacciones no solo generan un flujo de divisas para las empresas, sino que también ofrecen al BCRA una vía alternativa para incrementar sus reservas sin intervenir directamente en el mercado local. La flexibilización de ciertas regulaciones cambiarias, que permite a inversores extranjeros convertir sus tenencias en pesos a dólares de manera inmediata, actuó como un incentivo adicional para la entrada de capitales.
(Ambito)
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