Un salto al crecimiento
El cambio en el mercado del gas y de los combustibles llevó a Gustavo Santa Cruz a reconvertir su negocio. Ya reabrió la estación de la avenida Spinetto y antes de fin de año tendrá la reapertura de la ubicada frente al Mate.
“Siempre me gustó mucho esta provincia y por eso siempre apuesto por La Pampa. Ya hace casi 30 años que trabajo acá”, resume Gustavo Santa Cruz que nació en la entrerriana Villaguay, vivió muchos años en Córdoba, actualmente reside en San Luis y en una agradable mañana de invierno toma un cortado en el renovado y luminoso Shop de su estación de servicio de la avenida Spinetto 860 de Santa Rosa.
Santa Cruz (66) cuenta con entusiasmo todo el proceso que lo llevó a reconvertir la estación “Del Valle GNC” que solo vendía Gas Natural Comprimido, en un lugar bajo la marca Puma con la que vende todos los combustibles líquidos además del gas.
“El proceso de reconversión fue un largo peregrinaje, en total llevó dos años y el 25 de mayo reabrimos. En agosto vamos a comenzar con la obra en la estación de Avenida Luro y Poblador Desconocido y antes de fin de año ya vamos a tener las dos estaciones bajo la marca Puma que es de la empresa Trafigura, con la que estamos muy contentos por su seriedad y calidad”, aseguró el empresario en charla con LA ARENA.
Gustavo estudió en Córdoba, en la Fuerza Aérea, trabajó allí durante muchos años y en el ’93 viró hacia un camino emprendedor. “Con dos amigos y socios empezamos a trabajar en otras cosas y nos enfocamos en el gas. A La Pampa llegué en el ’95, con José Aspromonte, gran fabricante de compresores que inundó de compresores de gas por todos lados. Un hombre que hizo muchísimo para generar el negocio del gas natural en la Argentina y por eso las estaciones en principio eran marca ‘Aspro’. Lo conocimos y en una reunión nos dice: ‘muchachos, hay una oportunidad muy linda en La Pampa’. En ese momento solo estaba la Esso de la Circunvalación que vendía el GNC, así que vinimos pero no conseguíamos terreno, hasta que dimos con cuatro o cinco lotes frente al Mate, cuando no había casi nada ahí. Y ahí arrancamos”.
“Del Valle” abrió en el ’97 en la avenida Luro, y en 2006 en la Spinetto. “En este lugar estaban los galpones de la empresa de transporte TUS-TUP, y el GNC tuvo su gran momento, llegamos a tener 25 empleados entre las dos estaciones. Pero en 2016 se produjo el quiebre, con la ‘Ley Pichetto’ (dicha ley otorgó un precio diferencial a los combustibles en las zonas patagónicas). Y por ejemplo entre las seis estaciones de gas de Santa Rosa de ese momento pasamos de vender 1,2 millones de metros por mes a menos de 200 mil. No daba ni para pagar la luz, así que a partir de eso tenía dos caminos posibles: cerrar o reconvertirme de la mano de una petrolera. Y ahí apareció Puma”, describió Santa Cruz.
Conveniencia.
El empresario asegura que todos los vehículos deberían circular a gas, sobre todo por la gran cantidad que produce el país en Vaca Muerta, pero reconoce que ese cambio genera “incomodidad” en los usuarios.
“Instalar el equipo de GNC te quita espacio en el baúl, cada vez que cargás te tenés que bajar, hay que renovar el equipamiento cada cinco años, tenés menos autonomía que con la nafta. Por esos motivos tiene muchos detractores, pero yo siempre tuve claro que hay una realidad ineludible, y es que mucha gente si no usa gas, no puede andar. Una familia de determinado nivel económico y con tres o cuatro hijos no puede pagar un transporte escolar. El tachero, el fletero, el albañil, se mueven con GNC, que es usado por la clase media baja a baja, e incluso está mal visto, hay una mirada peyorativa que ahora, por suerte, se hacen algunas campañas como para tratar de revertir esa mirada”.
Santa Cruz es acompañado en la estación por su pareja Cinthia (36). Tienen dos hijos, Martina y Joaquín, y están en Santa Rosa para seguir de cerca la marcha de la nueva estación que tiene el shop bajo concesión.
“Es una modalidad que tenemos, tercerizamos lo que es la parte del shop pero nuestra idea es volver a esos 25 empleados de antes cuando tengamos las dos estaciones a pleno”, explica entusiasmado Gustavo quien, aunque tuvo que atravesar un largo proceso, elogia las leyes ambientales que rigen en la provincia.
“Fue realmente un peregrinaje todo el proceso de transformación, las cuestiones ambientales son muy serias y la Ley de Ambiente en La Pampa es muy buena, muy seria. Hicimos todos los estudios de impacto ambiental que son costosos y llevan tiempo. Y luego nos encontramos con un problema adicional que es la altura del agua en Santa Rosa, por eso en total estuvimos dos años hasta que pudimos abrir”.
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