Viernes 29 de marzo 2024

También utilizan el Atuel para recría de ganado

Redaccion 15/10/2021 - 21.01.hs

JUAN JOSE REYES

 

Según el INTA el consumo de carne bovina, porcina y equina en la provincia de Mendoza trepa a los 1,42 millones de cabezas. De ellas 400 mil son bovinos (novillos gordos) abastecidos con aguas no propias en las zonas de San Rafael y General Alvear (detentan el 30% del stock total) para engordar vacunos (el 12% de la demanda mendocina de carne).
La ganadería siempre fue de cría, con producción de 140.000 terneros/año de destete. Después de 8 a 9 meses de cría, llegaban a La Pampa para recría y engorde, para después volver para la faena. Pero en este 2021, los pivots de riego son utilizados principalmente en el sector ganadero para cultivos forrajeros.
Un Cluster Ganadero oficial dio cuenta que «la implementación con modernos sistemas bajo riego con encierres estratégicos en corral y feedlot nos permiten producir 15 millones de kilos de carne vacuna». El agua proviene del Atuel y según la última campaña de vacunación cuentan con 514.308 cabezas, de los cuales 280.000 son vientres que generan 140.000 terneros.
Oficialmente el gobierno mendocino ha dicho «que el motivo del incremento en la cantidad de carne producida responde a que antes los terneros eran vendidos a Córdoba, San Luis, La Pampa o Buenos Aires para su engorde, y luego eran traídos nuevamente a la provincia para ser consumidos, pero en la actualidad esa situación ha cambiado».
Casi un tercio de los animales mendocinos corresponden al sector ganadero bovino. Hace 8 años la UNLPam presentó en sociedad un estudio sobre pérdidas económicas ocasionadas a La Pampa por el corte del Atuel. Se determinó que la cuantificación monetaria del daño causado por la carencia de un caudal fluvioecológico fue entre 1.239 y 14.284 millones de pesos en 2012. Hoy esos valores actualizados van desde los 5.206 a los 60 mil millones de pesos de pérdidas por el «río robado».
Ahora Mendoza, con aguas del Atuel y del Diamante, hace recría con 10 a 13 animales por hectárea, con agua pampeana. En una superficie de 6 hectáreas y trabajando con 40 animales lograron producir 1.600 kg/ha/año de carne. Esos son los beneficios que trae consigo para la madre, por la buena pradera natural por el riego, ya que al retirarle el ternero 3 o 4 meses antes, mejora las posibilidades de éxito en la siguiente preñez.

 

Cluster ganadero.

 

Mendoza duplicó en los últimos nueve años la producción de carne bovina, que llega anualmente a 15 millones de kilos, e impulsa la industria forrajera, según datos del Ministerio de Economía y Energía de la vecina provincia. Lograron, gracias a modernos sistemas bajo riego, producir 15 millones de kilos/año.
Con agua del Atuel, en la última campaña de vacunación se lanzó como dato que la provincia contaba con 514.308 cabezas, cifra que ha ido oscilando en los últimos años. De ese total, 280.000 son vientres que generaron 140.000 terneros. Otro dato tiene que ver con que del total de establecimientos productivos de la provincia (6.532): 58% se dedica en su totalidad a la recría y engorde de los animales.
Dijo el gobernador Rodolfo Suárez que «el motivo del incremento en la cantidad de carne producida en Mendoza responde a que antes los terneros eran vendidos a Córdoba, San Luis, La Pampa o Buenos Aires para su engorde, y luego eran traídos nuevamente a la provincia para ser consumidos, pero en la actualidad esa situación ha cambiado».
San Rafael y General Alvear tienen 5.000 productores ganaderos y predominan la cría, recría y engorde de bovinos, representando 34% del total de la actividad. La actividad ganadera bajo riego sigue siendo muy dinámica, convirtiéndose en un fuerte demandante de forraje lo cual los obligó a «estudiar el uso de las superficies con derecho de riego y cuántas de ellas están en uso para ver si son potenciales espacios para la elaboración de hierbas destinadas a engorde».
Son unas 420.000 las has. que cuentan con derecho de riego de las cuales menos de 90 mil están en desuso. Hace 16 años, en octubre del 2005, se fomentó la producción de carne bajo riego, subsidiando al productor el 10% del precio del kilo de carne, por kilo producido en áreas bajo riego del Atuel.
Dicho programa de subsidio a la producción de carne mediante recría en campo natural bajo riego crece a expensas de La Pampa pues subsidia los kilos de carne ganados por los animales desde el destete hasta un peso apto para el proceso de terminación de unos 100 kilos año. Sin dudas que la actividad ganadera allí continúa mostrando señales de crecimiento engordado bovinos con agua ajena. Según la Dirección de Ganadería, cuenta con 1.412.610 cabezas de ganado distribuidos en 6.532 establecimientos productivos.
Los mendocinos tienen dos áreas bien diferenciadas: el secano y bajo riego. El secano, cubre 65% de su superficie, presenta como única posibilidad productiva a la ganadería pero no es eficiente. Para mitigarla recibe aportes que facilitan procesos eficientes (transferencia de tecnología) e infraestructura (caminos ganaderos, acueductos y comunicaciones).

 

Pivots de riego presurizado.

 

Los nuevos esquemas de producción de carne mendocina se basan en una oferta forrajera desleal que lo logra por el enorme área bajo riego en producciones de materia seca y rendimientos de hasta 18.000 kilos de materia seca/hectárea/año en alfalfa pura mediante modernísimos pivots de riego.
Existen además otras pasturas a base de alfalfa con tres gramíneas, con rendimientos de 22.000 kg de materia seca. Sobre esa oferta forrajera se sustenta el sistema de conversión de pasto a carne logrando niveles productivos elevados.
Además, con nuestra agua han podido aumentar la utilización de mano de obra en toda la cadena de producción, revertir la situación de abandono o baja productividad de las tierras con derecho de riego e incentivar todo tipo de actividad ganadera.
El sistema de riego es por inundación, de baja eficiencia de aplicación por los suelos arenosos con poca pendiente, pero mejor que antes de utilizar nuestro río. Es más, ya estiman la posibilidad de incorporar más pivots de riego presurizado y mejorar la eficiencia de aplicación del agua.
En conclusión, Mendoza sigue sacando provecho tras el atraco a nuestro río, que se inició en 1918, cuando la provincia cuyana hizo una serie de obras de infraestructura que dejó sin agua al territorio pampeano, cuando gran parte del territorio oesteño supo ser a principios del siglo XX una zona fértil donde florecían las colonias agrícolas ganaderas. Buena parte de aquel caudal perdido hoy se usa utiliza para engorde bovino y se ha duplicado en menos de una década.

 

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