Dos feedlots exportaron 7.243 bovinos
Los 24 feedlots de la región ganan más espacio en la búsqueda de intensificar la producción, aumentar el giro del capital de hacienda y disminuir la incidencia del costo financiero en la carne, además de aprovechar la alta demanda mundial.
JUAN JOSE REYES
La producción de carne vacuna derivada de sistemas de engorde a corral (feedlot) en La Pampa sigue intensificándose en la cadena de ganado de la región. Según datos oficiales del Senasa, Centro Regional La Pampa-San Luis, del 7 de febrero pasado el crecimiento de los registros de Eaps alcanza a 24 feedlots con un stock de rodeo bovino de 42.958 cabezas.
Si bien este crecimiento mermó en la primera parte del año fruto del aumento de su principal insumo, que es el precio del maíz, después se normalizó con su baja. Los 24 feedlots (engordan animales propios y de terceros) en la región ganan más espacio en la búsqueda de intensificar la producción, aumentar el giro del capital de hacienda y disminuir la incidencia del costo financiero de la oferta de carne, además de aprovechar la alta demanda cárnica mundial (Cuota 481).
Si bien apenas tres de cada 100 animales faenados en las FAC pampeanas pasan por un confinamiento total, este sistema de hotelería sigue ganando espacio día a día. La expansión viene acompañada de un mejoramiento del destete precoz al igual que el índice de extracción de carnes. Pero la razón estratégica del incremento de la hotelería en la provincia se sustenta en un mayor trabajo en los encierres por la necesidad de sacar más cantidad de animales debido a la elevada demanda externa.
Pero sin dudas el incremento de los encierres a corral se dan por el auge del negocio de esa carne terminada allí (Cuota 481) para exportar por el cupo para la industria frigorífica que llegó el año pasado a las 7.243 bovinos en dos Eaps. Este sistema desde hace un tiempo le ha comenzado a disputar protagonismo a la Cuota Hilton.
El engorde en pequeñas superficies es más rápido y entre 90 o 120 días el animal ya está listo para salir al mercado. No es otra cosa que un lote de alimentación donde los bovinos ganan peso, el doble o triple al día que con pasturas naturales más allá de que hoy la relación carne/maíz, estratégica en este sistema de producción aumenta la cantidad de kilos por sobre la carne a pradera.
Confinamiento local.
La alimentación a corral (FAC) permite simplificar el manejo de la invernada en pastoreo, en momentos de baja producción de forraje para el mantenimiento de altas cargas en primavera o lograr una mejor y más homogénea terminación de animales en la invernada tradicional. Los feedlots en nuestra geografía (chicos en comparación a los bonaerenses) tienen la importancia de mantener costos de infraestructura al mínimo, eligiendo una dieta económica de fácil suministro y de buena respuesta.
Los entendidos opinan que en la provincia el crecimiento de este sistema se ha agilizado pues la dieta en base de ensilaje de maíz, suplementada con distintos niveles de proteína y energía, tiene una significativa ganancia diaria de peso vivo, conversión, engrasamiento, costo de alimentación y composición química de la carne. Las ventajas que presenta el uso del silaje de maíz es el alto nivel de producción por hectárea, razón más que suficiente para mostrar el crecimiento de este sistema de producción, sin dejar de considerar que la mayoría de los animales que van a los mercados concentradores y/o frigoríficos son con alimentación de engorde a pasto. El ensanchamiento del engorde a corral en La Pampa es lento pero va a pasos seguros y no solo se da en lugares reducidos de engorde en el cuadrángulo noreste (zona de engorde) sino también en varias áreas y lotes de la cría y recría. Allí se concentran y se engordan bovinos jóvenes en crecimiento para su alimentación con dietas de niveles altos de energía con la finalidad de producir carne al menor costo y en el menor tiempo posible.
No importa cuál de los dos sistemas termine imponiéndose, la pradera pampeana continúa proveyendo las mejores carnes al mundo. Oficialmente en La Pampa hay ocho Eaps de hotelería (en 63 Ups) que tienen entre 1.000 y 1.500 animales; siete entre 500 y 1.000; tres entre 2.500 y 5.000; dos entre 5.000 y 10.000 otros dos hasta 50 cabezas y dos Eaps más entre 250 y 800 animales. El promedio de animales por FAC trepa a 1.790 cabezas todas con un índice de reposición del 0,99%.
Propios y ajenos.
El perfil de establecimientos está conformado por dos tipos: aquellos que encierran su propia hacienda, es decir la pampeana propiamente dicha, y los que prestan servicios a terceros clientes, lo que se denomina el sistema de hotelería. Esta última alcanza apenas el 2,56% del total de establecimientos pero con un aporte cada vez mayor de la hacienda producida bajo confinamiento. La dinámica de la actividad muestra, que existe una capacidad de encierre máxima instalada importante.
En términos de participación sobre la faena nacional es creciente y el mayor impacto de la producción en feedlot se visualiza en aquellas categorías livianas de especial demanda en el mercado doméstico, superando el 15% de la faena equivalente, pero con un menor peso relativo donde también se producen animales para exportar.
Según los últimos datos oficiales del Senasa aquí predominan los novillitos con el 37,2% (15.980 cabezas) seguidos de los terneros y terneras con el 14,7% cada uno respectivamente (6.320 y 6.300 cabezas); vaquillonas con el 14,6% (6.290); novillos 10,4% (4.480) y finalmente las vacas con el 8,1%.
La producción de carne vacuna derivada de sistemas de engorde a corral está empezando a tener mejor inserción en la cadena de ganado y carne local. Evidencia de ello es el crecimiento que muestra el registro oficial de establecimientos hasta los 24 Eaps de la actualidad en 63 unidades productivas (UPs). Naturalmente, cuando esas cabezas totales integradas verticalmente se comparan con la faena de animales livianos a nivel provincial que supera las 700 mil cabezas faenadas parecen muy poco.
La tendencia de la ganadería provincial al presentar bajos pesos promedio de los bovinos faenados se origina en una creciente participación de las categorías de hacienda liviana en la faena total y menor participación de novillos.
Hace 4 años los novillos representaban 19% de los bovinos faenados, y los terneros y terneras sumaban 31%. Hoy la participación de novillos vuelve a ubicarse en un 19%, mientras que la de los terneros y terneras cae levemente hasta el 29% al igual que los toros y toritos.
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