Está en venta el bono de YPF
La petrolera argentina puso a la venta a través de bancos y de su sitio de Internet un bono anual del 19 por ciento de rendimiento. Los pequeños ahorristas lo pueden adquirir, desde 1.000 pesos, hasta el viernes.
Sergio Draque*
YPF, la petrolera expropiada a principios de este año, ha desarrollado en estos meses un fuerte impulso en la extracción de crudo y gas, y la producción de combustibles, con el objetivo puesto en revertir el flujo de divisas destinadas a la compra de energía al exterior. Ahora, le sumó a esta estrategia una nueva iniciativa que apunta a varios frentes: la emisión de un bono (u obligación negociable) dirigido especialmente a los pequeños ahorristas.
Este título privado, que se puede adquirir hasta este viernes 14 y al cual se puede acceder en su oferta pública inicial desde los 1.000 pesos (y hasta 250.000 pesos), plantea un rendimiento anual del 19%, a 365 días de plazo, con pago de interés mensual. El objetivo es alcanzar un piso de ofertas de 50 millones de pesos, ampliable hasta los 150 millones de pesos. El único requisito para los interesados es estar bancarizados y se puede suscribir por teléfono o por internet en los sitios de los bancos involucrados y en el de la petrolera (www.ypf.com.ar).
Decimos que esta política apunta a varios frentes ya que, además de captar financiamiento genuino para la compañía -que necesita obtener 37.200 millones de dólares hasta 2017 para sustentar su plan de negocios-, se propone generar alternativas de inversión productiva para pequeños ahorristas, históricamente enfocados en el plazo fijo y el dólar. La tasa de interés -neta de gastos- superior a las colocaciones tradicionales, junto con canales de ingreso fácilmente accesibles hacen que esta propuesta sea realmente atractiva.
Esta lógica de canalizar inversiones hacia compañías nacionales con foco en la producción es también el espíritu de la Ley de Reforma del Mercado de Capitales recientemente sancionada por el Congreso Nacional, cuyo objetivo central es una mayor participación en el mercado, eliminando barreras, brindando más transparencia y protección a los pequeños inversores.
Capitalismo de Estado.
Hay un nuevo paradigma a nivel mundial. Después de la "Revolución Conservadora" de Reagan y Thatcher en los 80, de la caída de muro de Berlín y del "Consenso de Washington" en los 90, y ante el fracaso del neoliberalismo, está emergiendo un "capitalismo de Estado".
Con China, Rusia y algunos países árabes del Golfo Pérsico como estandartes, esta concepción plantea mantenerse dentro del sistema capitalista, pero con una fuerte influencia del sector público. Es que, durante este período quedó demostrado que la economía librada a las fuerzas del mercado únicamente generó pobreza en los subdesarrollados y una descomunal crisis en los países centrales, de la cual aún no se ve una salida. Tanto es así que algunos autores ya están hablando del "Consenso de Beijing", en alusión a la capital de quien se estima será la primer potencia en el 2030.
En este contexto, existen inmejorables posibilidades para las naciones como Argentina, que plantea un modelo de desarrollo autosustentable.
Buenas noticias.
Sumado a la iniciativa de la petrolera argentina se han conocido en estos días otros alentadores datos financieros. Primero, según el Informe Monetario del Banco Central de la República Argentina los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado a fin de octubre crecieron en un 52% con respecto a la misma fecha del año anterior. Este dato expone buena salud en cuanto a liquidez que presenta el sistema.
Segundo, en la otra punta de la intermediación financiera, a noviembre de este año se registró un crecimiento interanual del 39,3% en los préstamos al sector privado. Solamente en ese mes la variación positiva fue de 11.000 millones de pesos. En estos datos gana cada vez mayor importancia la línea de crédito de inversión productiva, lanzada en el mes de julio por el gobierno nacional, que se propone que los bancos presten al sector productivo el 5% del monto de los depósitos privados, hasta alcanzar los 15.000 millones de pesos. Este último dato, contrasta con los pronósticos agoreros de los economistas del establishment (Melconian, Broda y compañía) que auguraban el fracaso de esta propuesta.
Este es un círculo virtuoso, producto del denominado "multiplicador monetario", ya que los pesos que se depositan en los bancos vuelven parcialmente a la economía, generando un incremento en la cantidad de dinero circulante.
Volviendo a YPF, la estrategia fijada desde el directorio que conduce Miguel Galluccio parece marcar el rumbo de un nuevo modelo financiero, que a contramano de lo que sucede en otros lugares, se plantea el uso de herramientas destinadas a financiar áreas productivas fundamentales para consolidar un desarrollo sobre bases nacionales.
*Contador público. Docente de la UNLPam
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