La comuna labró actas
Los inspectores verifican el incumplimiento, pero no imponen multas ni clausuran. La documentación se eleva al gobierno provincial, que es la autoridad de aplicación. Mañana reunión clave en Diputados.
La comuna santarroseña labró ayer varias actas de verificación en comercios que abrieron sus puertas ayer en un claro desafío a la ley de cierre dominical que rige desde hace tres fines de semana en toda la provincia. La novedad fue oficializada por Claudio Nelson Aimar, el subdirector municipal de Sanidad y Control de Actividades Económicas, a cuyo cargo están los cuatro inspectores que los domingos (dos por la mañana y dos por la tarde) se encargan de controlar el cumplimiento de la normativa.
En la mañana del domingo, el teléfono de Reclamos de la Municipalidad de Santa Rosa recibió tres denuncias sobre negocios que excedían la cantidad de metros cuadrados permitida (40) y estaban abiertos al público.
Inspecciones.
"El procedimiento es labrar un acta de verificación de que los lugares estaban abiertos. Si el propietario no firma el acta, la firma una persona que salga como testigo y esto se eleva a la Subsecretaría de Industria y Comercio del gobierno de La Pampa. Ellos son los que siguen con el trámite porque son la autoridad de aplicación de la ley. La comuna, como tiene el cuerpo de inspectores, sólo verifica y labra un acta", explicó el funcionario.
Además de acudir a los negocios que fueron denunciados puntualmente, los inspectores visitan los lugares que de antemano se sabe que estarán abiertos. El primer fin de semana no se labraron actas, pues los inspectores se dedicaron a informar a quienes abrían sobre la vigencia de la ley y sus alcances, pero en los dos últimos domingos ya comenzaron con las verificaciones.
Reticencia.
"En algunos casos hay reticencia a la ley, pero los propietarios de los comercios entienden que los chicos (inspectores) están haciendo su trabajo y aceptan que se hagan las actas", dijo Aimar, consultado por LA ARENA sobre la actitud que tienen los comerciantes ante los agentes municipales encargados de las inspecciones.
Una breve recorrida de este diario por la mañana detectó que varios comercios permanecían abiertos. Se trata, en su mayoría de locales pequeños, aunque muchos de ellos con una superficie superior al mínimo permitido. "Yo hablé con mi abogado y me dijo que abra", comentó uno de los comerciantes, quien pidió a este diario la reserva de su nombre y la de su local.
¿Cambios?
Los enojos entre los pequeños comerciantes de esta y otras ciudades de la provincia fueron tales que a tres semanas de su puesta en vigencia, mañana, a las 13, en la Cámara de Diputados, se reunirán todos los actores que intervinieron y consensuaron la Ley 2717, de cierre dominical. La convocatoria la realizaron los legisladores que integran la Comisión de Legislación Social, pues su idea es debatir la posibilidad de cambios.
El principal aspecto por considerar es la limitante de metros cuadrados de superficie de venta contemplados en la ley: que no excedan los 40 metros cuadrados para poder abrir. La presión ejercida por los pequeños comerciantes que atienden personalmente los negocios y cuyos locales superan esa superficie, llevó a que los legisladores emprendieran una especie de "ballotage" (o segunda vuelta) en torno al tema.
El jueves, a tono con la demanda de comerciantes piquenses, un grupo de santarroseños planteó fijar en 90 metros el máximo permitido para los negocios atendidos por sus dueños que puedan abrir los domingos.
"Instalar temor".
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) alertó que desde que comenzó a discutirse sobre el cierre dominical del comercio, una medida que se aplica en La Pampa desde hace tres semanas, las grandes cadenas comerciales "han elaborado diversos argumentos falaces para instalar temor sobre las consecuencias negativas de esa medida".
Sin embargo, -añadió la entidad-, "los datos disponibles y la experiencia de las ciudades que han avanzado en esas acciones confirman que el cierre dominical no reduce el consumo. En cambio, como mejoran las ventas del comercio de calle y avenida en la semana, que es quien más empleo por unidad de venta genera, se estimula la demanda de empleo".
La CAME, cuya dirigencia estuvo junto al gobernador Oscar Jorge cuando se promulgó la Ley 2717 de cierre dominical, enumeró en un comunicado que en 2012 el presupuesto de las familias destinado al consumo minorista de bienes "fue de $ 500.543 millones. De ese monto, unos $ 37.400 millones se gastó en supermercados y shoppings los días domingos (el 20% de las ventas de esas grandes superficies se realiza el domingo)". Y se pregunta: "¿Si los comercios cierran los domingos, las familias ahorrarán esos $ 37.400 millones o lo destinarán a consumo durante la semana?".
La Cámara agrega: "Sin dudas que ese consumo se distribuirá en la semana. Si los comercios cierran el domingo, lo que las familias dejen de adquirir en esa jornada será comprado de lunes a sábados".
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