Martes 29 de abril 2025

Llegados desde Norteamérica

Redacción 21/04/2013 - 02.14.hs

Hace 70 millones de años, un puente de islas entre Laurasia y Gondwana permitió el intercambio de faunas entre las dos grandes masas. El dinosaurio encontrado en el suroeste pampeano fue uno de ellos.
El descubrimiento del dinosaurio herbívoro "Lapampasaurus cholinoi" en territorio pampeano es un importante hecho científico porque confirma que en el Cretácico Superior existió una conexión entre Norteamérica y Sudamérica que permitió el intercambio de faunas típicas de cada lugar. Muestra también que la diversidad de hadrosáuridos que migró hasta la Patagonia fue más amplia de lo que se conocía. Con el pampeano, son tres las formas de estos particulares dinosaurios herbívoros encontradas en el sur del país.
Hace 80 millones de años, Norteamérica y Sudamérica se encontraban aisladas, separadas por una extensa porción de mar. Tras el desmembramiento de Pangea, el supercontinente que reunió todas las masas terrestres durante millones de años, Norteamérica había derivado hacia el norte y Sudamérica lo había hecho hacia el sur. Pero la separación no fue total. Una serie de eventos geológicos generó una cadena de islas que estableció una conexión entre ellas. Fue una vinculación breve pero suficiente para que faunas norteamericanas invadieran el territorio sudamericano y viceversa. Uno de estos linajes fue el de los dinosaurios hadrosáuridos, de muy extensa y abundante presencia en el territorio norteamericano.

 

Otro más.
La existencia de una nueva especie de hadrosáurido sudamericano fue dada a conocer hace un mes a través de un artículo de la revista Ameghiniana, una destacada publicación argentina especializada en temas paleontológicos. El trabajo fue escrito por Rodolfo Coria, Bernardo González Riga y Silvio Casadío. Coria estuvo en la semana en Santa Rosa y presentó en sociedad a Lapampasaurus cholinoi con una disertación en el Museo Provincial de Historia Natural, donde están expuestos las piezas recolectadas en 25 de Mayo. González Riga y Casadío fueron los primeros en estudiar estos restos y en señalar su importante valor paleontológico y paleogeográfico.
En el trabajo publicado en Ameghiniana, Coria explicó que "el reconocimiento de un nuevo taxón, Lapampasaurus cholinoi, posee relevancia sistemática y paleobiogeográfica ya que enriquece la diversidad de formas de hadrosáuridos patagónicos conocida hasta la fecha" además de aportar información muy valiosa "para el estudio de los fenómenos de dispersión que miembros de este clado protagonizaron desde América del Norte hacia Asia, Europa y América del Sur a fines del Cretácico".
Con el pampeano, las especies de dinosaurios hadrosáuridos halladas en la Patagonia argentina son tres: Secernosaurus koerneri, Willinakage salitralensis y Lapampasaurus cholinoi. Otra especie descripta para la Patagonia argentina, llamada Kritosaurus australis, se la considera actualmente equivalente a Secernosaurus. Los restos de hadrosáuridos se han encontrado en seis lugares de la Patagonia, en las provincias de Chubut, Río Negro y La Pampa. En Salta se identificaron pisadas que podrían corresponder a estos individuos.

 

Formación Allen.
Los restos del dinosaurio pampeano fueron encontrados en el año 1999 en una cantera de bentonita cercana a 25 de Mayo. Aparecieron dentro de un estrato que corresponde a la parte inferior de la Formación Allen, un cuerpo de roca depositado hace unos 70 millones de años, a fines del período Cretácico.
La parte inferior de la Formación Allen registra una invasión marina que cubrió gran parte del norte de la Patagonia. Fue la primera transgresión proveniente del Atlántico ya que las tres anteriores lo hicieron desde el Pacífico.
Las rocas que portaban los huesos "corresponden a areniscas medias a gruesas de color amarillo grisáceo", con "megaóndulas de crestas rectas y paralelas" y presencia de "fragmentos de troncos de hasta 50 centímetros de diámetro", detallaron González Riga y Casadío en el informe que dieron a conocer en el año 2000. El análisis de los caracteres permitió inferir para la base de la Formación Allen aflorante en el paraje Islas Malvinas "un paleoambiente costero influenciado por corrientes fluviales y mareas". Por encima de las areniscas se encuentran potentes niveles de pelitas con intercalaciones de niveles bentonitas, un pasaje que revela un "cambio abrupto en las condiciones ambientales".
Durante una entrevista realizada el martes en Radio Noticias, Coria señaló que hace 70 millones de años, lo que hoy es el suroeste pampeano correspondía a "un ambiente costero en el que las tierras que no habían quedado bajo el agua presentaban un clima árido a semiárido, con plantas adaptadas a ambientes secos, árboles de gran porte como cícladas o coníferas emparentadas con las araucarias, y algunas pasturas muy primitivas". El ambiente continental estaba poblado "por una diversidad interesante de dinosaurios, en donde se mezclaban las formas típicamente criollas, como los titanosaurios o los terópodos abelisaurios, y faunas inmigrantes o extrañas, como los hadrosaurios".
"Fue un momento muy interesante, porque podemos estudiar cómo reaccionó el ecosistema patagónico del Cretácico tardío en el encuentro de estos linajes invasores con los endémicos". El dinosaurio pampeano aportará valiosa información para conocer qué pasó en ese encuentro entre los locales y los recién llegados.

 

Dispersión.
Durante el Campaniano y Maastrichtiano -las dos últimas edad del Cretácico-, los Hadrosauridae se diversificaron ampliamente por los continentes del Hemisferio norte, constituyendo los dinosaurios herbívoros más abundantes de los ecosistemas terrestres de Laurasia. En contraste, los herbívoros dominantes en América del Sur durante la mayor parte del Cretácico Superior fueron los saurópodos Titanosauridae, registrados frecuentemente en la Patagonia.
Junto con los hadrosaurios, otras especies que migraron hacia el sur fueron los ankilosaurios y Protoceratopsidae. Desde aquí subieron hasta Norteamérica los grandes saurópodos Titanosauridae entre otros. La conexión paleogeográfica estaría confirmada por el registro de otros vertebrados. Los ofidios Booideos presentes en Norteamérica se interpretan como taxones emigrantes, y los reptiles Teiidae y mamíferos Eutheria como formas invasoras llegadas desde Norteamérica.

 


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