Jueves 08 de mayo 2025

La napa, a seis metros en el centro

Redacción 02/08/2014 - 01.36.hs

Un nuevo hundimiento en el pavimento puso en evidencia el problema de las pérdidas que tiene la red de agua, un fenómeno vinculado al permanente ingreso a la ciudad de agua a través del Acueducto del río Colorado.
Hace 6 ó 7 años empezaron a notarse "ascensos importantes" en el nivel de la napa freática en gran parte de la ciudad, una situación estrechamente relacionada con los hundimientos del asfalto que se producen cada tanto. Así lo explicó un docente universitario que durante 25 años hizo estudios de suelos para edificios y obras importantes.
En la mañana de ayer ocurrió una nueva rotura en el asfalto santarroseño. En este caso ocurrió sobre calle Autonomista y la colectora de la avenida de circunvalación Santiago Marzo. El paso de un colectivo puso en evidencia la fragilidad de la capa inferior del asfalto, que cedió a su paso. El colectivo quedó encajado durante un rato en el pozo que él mismo había generado.
"Hace un mes y medio di una conferencia en la Universidad (Nacional de La Pampa) sobre este tema", comentó ayer por la mañana el geólogo Gustavo Fábregas al comenzar una extensa entrevista que le hizo Radio Noticias a raíz de ese hundimiento. "Hace 25 años que me dedico a hacer estudios de fundaciones; e la mayoría de los edificios y las construcciones (de la ciudad) el estudio lo hice yo", acotó. Desde hace unos años, Fábregas está a cargo de la cátedra de Geotecnia en la Licenciatura en Geología de la UNLPam, materia donde descarga el conocimiento acumulado en este tiempo.

 

Sube la napa.
Con los más de 200 estudios que tiene en su haber, Fábregas detectó que hace unos años se empezaron a registrar "ascensos importantes en los niveles de la napa freática", es decir, la profundidad a la que se encuentra el agua en el subsuelo. Son ascensos con una amplitud de uno a dos metros y que empezaron a visualizarse en los edificios más altos de la ciudad, aquellos que tienen una fundación a varios metros de profundidad o cuentan con un segundo subsuelo destinado a cocheras.
El fenómeno empezó a percibirse a través de filtraciones en cuatro edificios de la zona céntrica de la ciudad que tienen su base a unos siete metros de profundidad. Se trata de construcciones que datan de la década del '70, cuando la napa estaba mucho más profunda y no representaba un problema ingenieril.
A la pregunta de por qué suben las napas, Fábregas respondió con una hipótesis a su juicio fácil de visualizar y que tiene que ver con el permanente ingreso de agua a la ciudad a través de dos vías principales: la red paralela a la ruta nacional 5 que capta agua en el acuífero de Anguil y, más importante, el Acueducto del Río Colorado. "El ascenso y descenso del nivel freático, es decir del agua almacenada en el subsuelo, se mide con una herramienta llamada balance hidrológico -explicó-. Es como un balance contable: cuánto entra y cuánto sale".
"En Santa Rosa antes se sacaba el agua del propio subsuelo para el agua potable. Después se anularon los bombeadores (es decir, dejó de extraerse dentro de la ciudad); luego vino el acueducto de Anguil y luego el Acueducto del río Colorado". Es decir, la ecuación se movió hacia uno de sus lados. "Yo no tengo el valor (de ese balance hidrológico) pero que es positivo, no tengo ninguna duda", remarcó el geólogo. No solo no se extrae el agua que en el subusuelo de la ciudad, sino que además "estamos importando agua de cuencas extranjeras" -verbigracia, el acuífero del este de la provincia y el cauce del río Colorado.

 

Cambio de velocidad.
En las napas, el agua se acumula cada año y ahí está una de causa de ese incremento, pequeño pero constante. Del agua que ingresa de esas cuencas externas, "una parte se evaporará, otra tendrá como destino final el Bajo Giuliani después de dar una gran vuelta por la red de saneamiento pero otra parte se infiltrará, y parte se infiltra a través de las numerosísimas pérdidas que tienen las cañerías".
En un plazo mediano, la gravedad del problema no irá más allá de lo que se ve en este momento: roturas casi diarias del pavimento y el ascenso de la napa hasta la base de los edificios de mayor tamaño. Las roturas en el pavimento se deben a las pérdidas de los caños rotos, que "están inyectando agua a un nivel subcutáneo", un agua que no se evaporará porque está por debajo del pavimento o de las veredas, y que no puede infiltrar hacia napas más profundas porque choca con las capas de tosca. "Hay un cambio de velocidad vertical (del agua), no viaja verticalmente sino que cuando toca la tosca o algo duro, empieza a viajar horizontalmente, hacia la laguna Don Tomás o hacia donde tenga pendiente ese segundo estrato duro".

 

A 6 metros de profundidad.
-¿Esa pérdida va horadando el suelo y por lo tanto se hunde?
-Exactamente. No puede evaporarse porque está por debajo del pavimento o la vereda, y no puede viajar o incorporarse a la segunda napa, y choca con un estrato más duro y pierde velocidad. No es que sea impermeable sino que pierde velocidad.
-¿A qué nivel están las napas en Santa Rosa?
-Es muy variable, pero en el centro en este momento, alrededor de la plaza San Martín, estamos hablando de seis metros.
-La tendencia es que la napa siga subiendo?
-Con este balance, si no se invierte el balance o se toca alguna de las componentes, no hay dudas.
-¿Qué se debe hacer?
-Una de ellas es evitar las infiltraciones; un gran plan de reparaciones o de cambio de los sistemas de saneamiento, que tienen unas pérdidas tremendas. La pregunta que deberíamos hacernos es ¿para qué gastamos miles de pesos en potabilizar agua y transportarla cientos de kilómetros para derramarla en las calles? En el mundo moderno eso no tiene ninguna lógica.

 


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