Martes 01 de julio 2025

Créditos hipotecarios pierden atractivo por suba del dólar

Redacción 31/07/2017 - 01.26.hs

Juan Pablo Vieta - Frente a las tensiones cambiarias de los últimos días el Banco de la Nación Argentina decidió el pasado viernes elevar la relación cuota - ingreso del 25 al 30 por ciento.
Aunque el presidente insista en que, tal como lo afirmó ante los micrófonos del Canal 4 de Jujuy, "el dólar no es nuestra prioridad, hoy la Argentina no se ancló al dólar, hoy nos hemos anclado a metas de inflación", los argentinos no piensan lo mismo en virtud de que se sabe, y los antecedentes lo demuestran, que a la larga o a la corta las oscilaciones bruscas del tipo de cambio terminan impactando en los precios.
Pero la última escalada en el precio de la divisa no solo que ganó un lugar de preponderancia en la agenda que marcan los medios masivos de comunicación, debido a los recurrentes episodios de tensiones cambiarias que acumulamos al cabo de nuestra historia reciente, sino que también se ha convertido en una verdadera preocupación para aquellos que persiguen el sueño de la casa propia.
Sucede que al no tener una moneda creíble que cumpla con uno de los principales requisitos que debe reunir el dinero para ser considerado como tal y que tiene que ver con ser "refugio de valor", sencillamente por el prontuario de inestabilidad macroeconómica que arrastramos; ello trae como consecuencia que los activos inmobiliarios coticen en dólares. En otras palabras, las propiedades cotizan en dólares por la confianza que reviste para todos los argentinos la moneda americana en cuanto a reservorio de valor.

 

Paritarias.
En algún momento el gobierno anterior, de la mano del por entonces ministro de Economía Axel Kicillof, planteó la necesidad de que los inmuebles coticen en pesos, aunque sin efecto práctico alguno, y cabe agregar también que por estos tiempos se evalúa implementar la obligación por ley que las propiedades expresen su precio en Unidad de Valor Adquisitivo, tal como reza el proyecto que se encuentra bajo tratamiento en la legislatura porteña.
Si el valor de una propiedad se exhibiera en UVAs, que es la milésima parte del costo de la construcción de un metro cuadrado cuyo ajuste sigue el comportamiento del Coeficiente de Estabilización de Referencia que a su vez está atado a la inflación, el importe de la misma estaría más relacionado al ingreso del asalariado por efecto de las paritarias y quedaría de este modo protegido de la inestabilidad cambiaria.
Sin embargo ello no pasa. Los inmuebles cotizan en dólares y es por esto mismo que cuando la divisa se escapa los créditos hipotecarios, como el del Banco de La Pampa por caso, pierden atractivo al momento de adquirir una vivienda.
La línea de hipotecarios del BLP se orienta exclusivamente a la compra de vivienda nueva y usada, cubre hasta el 70% del monto que involucre la operación, y está protegido por una relación cuota - ingreso del 25% si es que el tomador cobra su sueldo a través de la entidad ya que si no lo hace la relación cae al orden del 20%, disminuyendo así la cantidad prestable. Vale aclarar que los ingresos que se consideran son los del titular y su pareja.

 

Tensión.
Ahora bien, frente a una propiedad de 80.000 dólares por ejemplo, y en el caso de un potencial tomador que fruto de los ingresos que acreditó el banco decide darle 1 millón de pesos, un salto cambiario en el medio del trámite no es gratuito ya que aleja el importe de la capacidad de pago del interesado.
Como los ingresos de quien tramita el crédito no pueden ajustarse en la misma proporción que el dólar, porque dependen de una paritaria que ya cerró, o pone la diferencia del bolsillo, que es el mismo lugar de donde tiene que sacar el 30% restante de la operación, o no compra la vivienda.
No es casualidad que ante una mayor tensión cambiaria el Banco de la Nación Argentina haya decidido el pasado viernes elevar la relación cuota - ingreso del 25% al 30% de modo tal de incrementar la capacidad prestable a un tomador en un 20% para que de esa forma pueda cerrar el trato evitando así quedar a mitad de camino por efecto del dólar.

 

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