Sabado 07 de junio 2025

Policías intimaron a lavacoches

Redacción 08/09/2017 - 01.08.hs

La escena era por lo menos extraña a los ojos de un transeúnte común de la ciudad. Un patrullero parado en doble fila, sobre calle Avellaneda, a pocos metros de la Catedral, y un uniformado desde el mismo auto diciéndole a un lavacoches que tenía que irse: "Terminás ese auto y te vas...".
El muchacho, que seguía con lo suyo, les explicaba que se estaba "ganando el mango. No estoy haciendo nada malo...", argumentaba. Al poco rato un motorista de la policía paró metros más allá, se bajó y se dirigió al mismo joven para decirle, por lo bajo, que tenía que irse: "Te lo estoy diciendo bien... tenés que irte de aquí".
Las explicaciones del muchacho siguieron, siempre con el mismo argumento: "Pero si no estoy haciendo nada... estoy lavando un auto. Necesito esta plata", contestó palabras más o menos el apuntado.

 

¿Por qué?
Naturalmente surgió la duda: ¿Hay alguna orden para que los lavacoches no puedan permanecer en el centro de la ciudad?
"No, eso no es así, de ninguna manera", contestó el director de Tránsito de la Municipalidad de Santa Rosa, ante una consulta de este diario. Héctor Riera señaló que "no hay ninguna disposición en ese sentido", y también dijo desconocer el porqué de aquella actuación policial.
¿Quizás se trataba de una persona con antecedentes? Podría ser. No obstante, aún si así fuera nada le impediría hacer lo que estaba haciendo -como muchos otros- en el centro de la ciudad. Salvo que tuviera alguna orden de captura, pero en este caso obviamente el accionar de la policía debería haber sido muy distinto. ¿O no?
La pregunta es: ¿qué haría ese muchacho sin esos pocos pesos que podría reunir en una mañana?
A alguien se le podrían ocurrir distintas posibilidades, y aún dejando de lado cualquier intención de estigmatizar, no todas buenas.
Al rato, cuando volvió a pasar por la misma cuadra, el transeúnte pudo advertir que ese muchacho, y algún otro que estaba en la misma zona haciendo la misma tarea, habían dejado el lugar aparentemente aceptando la "invitación" policial.

 


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