"Abrime Marga", un grupo que se las trae
Aunque se dice que "nadie es profeta en su tierra", no siempre la acepción resulta acertada. Porque no es la realidad de los integrantes de "Abrime Marga": muy queridos en su pueblo ahora van por más.
Mario Vega - Dicen que la música es el arte de combinar los sonidos -de las voces, o de los instrumentos, o de ambos-, y nadie podrá negar que una voz entonada, el sonido de una guitarra, de un violín, de un teclado, es capaz de conmover al que escucha, sea cual fuere el género que se esté interpretando.
Hace pocos días, en un recientemente inaugurado restó bar, pude experimentar el placer -junto a un nutrido número de concurrentes- de escuchar una banda que ya por su nombre sorprende un poco. Aunque cabe decir que, en estos tiempos, los jóvenes -y los no tanto que acceden a conformar un grupo musical- no dejan de ser originales al momento de identificar a sus conjuntos.
Pero "Abrime Marga", que así se llama, no deja de llamar la atención porque se advierte en sus integrantes pasión, entusiasmo y ganas de demostrar su talento -que lo tienen-, todo conjugado con una entrega espectacular... aunque obviamente cada músico -para no ser injustos- debe sentir más o menos parecido.
A mí me gustó la banda... y mucho.
La Biblia y el Calefón.
Llegaron desde su Quemú Quemú natal casi sobre la hora, armaron rápidamente sus equipos y estuvieron prestos para comenzar su show. Durante una hora y media pasaron desde Sabina a Air Supply, de Daniel Toro a Mateos, "La Biblia y el Calefón...", resume Nico Dany, uno de los fundadores de la banda. "Entendimos que en un show el espectador no está encerrado en un solo género, y eso es 'Abrime Marga', queremos ofrecer la posibilidad de disfrutar de la música en su esplendor y diversidad. La Biblia y el Calefón en todos sus estratos".
Al final los aplausos fervorosos, las felicitaciones y la sonrisa amplia de los muchachos por sentir que su arte había pegado... De verdad, muy bueno.
Nicolás Dany y Mauricio Pagella son los fundadores y líderes. "¿Te acordás que fuimos compañeros cuando se iniciaba la carrera de Periodismo en la Universidad", me comentan a dúo y un poco me sorprenden. Porque lo cierto es que no los había reconocido, porque pasaron de aquello más de 20 años...
Historia nacida en los '80.
"Sí, porque pese a que nos gustaba el periodismo al tiempo nos dimos cuenta que teníamos que hacer otra cosa... y ahora trabajamos en el campo. Sí, eso hacemos; y por supuesto le dedicamos todo el tiempo del mundo a la música", agregan.
Su historia comenzó a mediados de los 80 en Quemú, y para ser más precisos en la intersección de las calles Berutti y Moreno. Mauricio Pagella y Nicolás Dany se encuentran por primera vez, como vecinos, y nunca imaginaron que ese sería el puntapié inicial de algo que aún perdura en el tiempo. Sin pensarlo pero pasó.
Mauricio, de aquí en adelante Mauri, empezó a estudiar guitarra a los 7 años con Chango Andreoli, y ya a los 9 años ganaba su primer concurso de Artistas Pampeanos en Santa Rosa, interpretando "Himno a la Paz" del gran Horacio Guarany. De allí en más siguió en cuanto acto escolar o velada hubiera; en cuanto evento musical que lo requiriera ahí estaba Mauri con su guitarra más grande que su propio cuerpo...".
En tanto, en otro rincón del pueblo el abuelo Arturo le regalaba a los 5 años un acordeón a piano a su nieto Nicolás. Nico arrancó jugando y en breve sacó "La vestido celeste", poco antes de comenzar a tomar clases con su primer maestro, Alejandro Yicareán.
Mauri y Nico.
Después de algunas idas y vueltas, en los ratos libres de escuela ambos se juntaban en la galería de la casa de Mauri intentado coordinar algo entre la voz, la guitarra y el acordeón. Pero no les resultaba fácil lograr el tan preciado cometido de hacer sonar algún acorde parecido.
Vino después la etapa del secundario y Mauri, con otros jóvenes quemuenses fundó su primera bandita de rock, Fahrenheit, "orgullo local", menciona Dany, que rememoraba temas de Calamaro como "Cartas sin marcar", "Desconfío" de Pappo, "y algún otro tema propio como 'Mentiras', un blues que había escrito Mauri a algún amor perdido del momento", se ríe.
Mientras Nico hacía una breve incursión en la música instrumental con su acordeón acompañado por Cachi Aguirre en guitarra, tocando valsecitos, rancheras y el infaltable chamamé. En el último tramo de Fahrenheit se uniría al grupo, pero llegó el momento de ir a estudiar a Santa Rosa -Periodismo, como quedó dicho-, aunque la música sería siendo un tema fundamental de su vida.
Peñas y boliches.
"Eso fue 1995 y prontito nomás empezaron asados con amigos y las peñas universitarias que nos llevarían a tomarle tanto el gusto a la música que nos marcaría para siempre", es Mauri el que recuerda. Precisamente él arrancaba en "Aula Tres" como solista y Nico se sumaría más tarde a acompañarlo con el acordeón.
Las noches, largas, solían finalizar en "Bar o Bar", cuando estaba instalado en una galería al fondo, en calle Yrigoyen, donde sonaba el piano acústico y varias guitarras, testigos fieles de noches de bohemia. Siguieron las peñas en El Sol, show en los bares de ese momento en Santa Rosa, pero también presentaciones en el interior.
"Nos presentábamos como Nico y Mauri o Mauri y Nico. El repertorio era variado rock, pop, folklore, tango, internacional", es Nicolás el que apunta. Mauri como todos los guitarristas elegía temas de Pappo, Jaf, Git, Clapton, y Nico como pianista optaría por Charly, Fito, Lerner, Calamaro.
El mejor show.
"Pero siempre con total democracia 50 y 50 para no pelear", coinciden. "Muchos amigos nos seguían y en la música se iba creciendo. Tuvimos una enorme alegría cuando en 1997, en V8, nos eligen como el 'Mejor show del año': se tocaba dos días seguido, viernes y sábado. El viernes reventamos la taquilla y fueron muchos amigos y gente conocida, y nos fue genial. El sábado se complicó porque había otro público, otra edad: tocamos de todo y no podíamos despertar interés... la noche se caía, estábamos perdiendo; pero de pronto con la última dendrita lúcida encendida arrancamos con un poco de vergüenza 'La Gallina Turuleca' y las más de 700 personas empezaron a aplaudir y a corear. De allí en más se abrió la noche y cualquier tema que salía era recibido con una aceptación tremenda gracias a los célebres Gabi, Fofo y Miliki", evocan.
"Los socios del diván".
El que toma la palabra y cuenta es Nicolás: "Más tarde con otro amigo de la vida Gustavo 'Picu' Vizzotto fundamos 'Los socios del diván'. Fue un éxito porque ya estábamos instalándonos en Santa Rosa, en una época de grandes bandas como 'Acme', 'La Chacra de Agüero', 'Studebaker' y otras que sonaban muy bien con músicos de alta calidad. Estaban Lucas Conde en voz, 'El Gato' Vega en guitarra, 'Picu' Vizzoto en bajo, Carlitos Otalora en batería y yo en teclados, y después viene Mauri Pagella en voz cuando Lucas deja la banda por razones de estudio. Fueron entre 4 y 5 años de andar por toda la provincia llevando el Rock Nacional de los 80 y 90 emulando artistas como Miguel Mateos, 'Virus', 'Abuelos de la nada', 'Enanitos'. Muchos". Puntualiza.
Pero hace la salvedad: "A veces los presupuestos de los bares es más reducido que el de los boliches y entonces era motivo para que siguiéramos tocando como Nico y Mauri en un formato mas chico... más acústico. Pero además, siempre cuando alguna oportunidad lo propuso volvimos a tocar en nuestro querido Quemú Quemú, que nos cobija siempre".
En otros grupos.
En algún momento los "socios" siguieron sus propios proyectos: Mauri tuvo una incursión como cantante de 'Acme' y Nico formo parte de grupos, y fue músico de 'Los Caldenes', además de tocar con José Luis Roston.
"Lo cierto es que la música nos atrapaba más que la universidad, y como escudo por nuestros padres ya nos habíamos conseguido trabajos para atenuar los retos posibles".
Les pregunto qué otra actividad les gusta, y admiten una pasión común en el fútbol. "En la década del '90 jugamos en nuestro querido y amado Deportivo Argentino, y llegamos hasta la primera división los dos, y hasta coincidimos en el puesto: primer marcador central con características distintas", acota Nico. Los que los vieron dicen que Mauri era el lírico, el que le gustaba salir jugando, en tanto Nico -como su porte físico parecería indicarlo- era el rústico, el que imponía presencia sacándola largo y lejos. Aunque se llevan muy bien tienen una enorme diferencia: Mauri es fanático empedernido de Boca y Nico fanático empedernido de Rácing, y obviamente cuando la ocasión lo amerita se suceden a algunas que otras cargadas.
Llega "Abrime Marga".
"Hace 10 años iniciamos un proyecto musical que de alguna manera resumiría nuestras vidas, el espacio donde afloran nuestros gustos personales, y donde se escuchan todos los géneros volcados en una banda. 'Abrime Marga' es nuestro proyecto quemuénse, el que nos permite ser lo más versátiles posible, sin tener un género específico. Y por eso se puede decir que hacemos de todo, y todo nos gusta", completa Nico.
Explica que a sus criterios en un espectáculo "el espectador no está encerrado en un solo género, y esa es la pretensión de 'Abrime Marga', poder ofrecer una música que se pueda disfrutar en su esplendor y diversidad. Hay que decir que para desarrollar este sueño contamos con la apertura de jóvenes de nuestro Quemú que con su frescura y naturalidad nos ayudaron a aggiornarnos y mejoraron nuestra calidad interpretativa. En resumen creo que empezamos a sonar mejor gracias a la fusión de las edades. Juan Salomón, Pablo Bonetto, Alan Soave en un comienzo fueron parte de la familia de 'los Marga'. Y la formación actual es la que nos permitió darnos el primer 'hijo', nuestro único CD grabado en vivo en Quemú, el 29 de julio de 2016".
"Quemúsica" fue grabado por Juancho Varela en batería, 'Picu' Vizotto en bajo (es quemuense por adopción), Juanjo Martínez en guitarra, Nico Dany en pianos y Mauri Pagella en voz y guitarra base.
Tocando con los grandes.
En esta etapa "Abrime Marga" tiene la intención de extenderse en sus presentaciones, con la idea de llevar sus melodías incluso más allá de los límites de la provincia. Con un repertorio que acerca a la banda a todos los géneros, sonando de una manera que no puede menos que atrapar a quien escucha. Pero siempre con sus integrantes prestos a no olvidar que son -al menos en el campo de la música-, una suerte de embajadores de ese Quemú Quemú que ciertamente los admira, y que permanentemente tienen en su boca.
"Esto es así, y lo que podemos decir es que pensamos en la música como alimento de nuestras almas, y siempre queremos divertirnos y hacer divertir a quienes nos van a ver. Hemos compartido escenarios con grandes como Foretto Chaves, Neco Santoro, Tachi Gaich, el gran pianista quemuense Cachito Rapretti... y tantos otros que recordamos con gran alegría y admiración. Hoy podemos sintetizar nuestro presente en una alegría inmensa de seguir cosechando amigos... porque la vida es eso, y atrás de cada músico esta la verdadera esencia, la verdadera persona", señala Nico.
Siempre Quemú Quemú.
Naturalmente tienen sueños, y el de ellos es "ser conocidos en nuestra provincia y llevar un legado cultural junto con un mapa de nuestro querido Quemú Quemú. Es hermoso ver como pasa el tiempo y disfrutar tanto de lo que hacemos, pero también es lindo sentir que lo que hacemos gusta y trasciende. En nuestro pueblo somos casi ídolos, y la gente nos tiene cariño. En un pueblo es común organizar eventos por parte de algún grupo o comisión para recaudar dinero para un determinado fin y siempre que pudimos estuvimos presentes, y muchas veces colaborando gratis. Es muy gratificante ayudar y entendemos que esa ayuda vuelve de mil maneras. Hoy sentimos que nos está volviendo y estamos muy contentos y agradecidos", coinciden.
"Abrime Marga": buenos músicos... y buena gente. Ah! Y de Quemú Quemú, por si no hubiese quedado claro.
Quién es quién en la banda
Mauri es hijo de Cacho Pagella y Nelsa Iglesias. Papá es el gran asador, y también se anima a cantar, igual que sus otros dos hijos, Franco y Caro. Mauricio es casado con Mary Hernández, con quien se casó en la facultad, y tienen tres hijos: Facundo, Mariano y Anita.
El cantante del grupo es también segunda guitarra, y se podría decir que hay pocos artistas con su versatilidad. Interpreta muy bien géneros que van desde el rock, pasando por pop, folklore, tango, balada y todo lo que se proponga. Puede cantar en cualquier tonalidad y tiene un oído absoluto para copiar cualquier timbre de voz y jugar con los tiempos fraseando y trasmitiendo a la vez, opina otro conocido cantante del medio.
Mauri se desempeñó más de 20 años como encargado del sector encomiendas de la empresa Dumas; y desde hace unos años trabaja como productor agropecuario en la zona de Lonquimay aunque reside en Santa Rosa.
Nico, que hace teclados y coros, es uno de los dos fundadores. Cuando mueve sus manos sobre el teclado -vuelca toda su pasión en cada gesto- desgrana esa armonía que entrelaza sensaciones y es uno de los puntales de la banda. Sus padres son Juan Dany y Maria Ofelia Esposito, y tiene dos hermanas: Andrea, mamá de Juanjo, y Menchi. El papá, Juan, canta tangos y la mamá cantaba y tocaba muy bien el piano. "De alguna manera fue mi musa en la vida", confiesa Nico.
Su esposa es Lorena Giraudo, con quien se conocieron en Santa Rosa, aunque ahora viven en Arata. "Tenemos dos hijos: Bautista y Alfonsina. Bauti toca la batería y Alfo canta, y lo cierto es que como a mí les gusta mucho la música", agrega chocho.
Juanjo, primera guitarra y coros, tiene sólo 18 años, y empezó ya a los 15 siguiendo a su tío Nicolás. Es estudiante y vive en Arata, y ya comenzó la carrera de músico en Buenos Aires donde tiene decidido continuarla.
Es hijo de Néstor Martínez y Andrea Dany: de chiquito tocaba el piano, luego la guitarra, le regalaron una flauta y también la hizo sonar. Dicen que tiene capacidad y aprende casi jugando. Comparte la música con su otra gran pasión que es el básquet.
Juancho, percusionista, es hijo de Gustavo Varela (otro asador oficial del grupo) y Elcira Genaro, y tiene dos hermanas: María Eugenia y María Florencia. Comenzó en un grupo de Bombos artísticos armado por Chango Andreoli en Quemú. Tiene sangre de músico porque su abuelo Fermín ya tocaba el violín. "No le pesó para nada tocar ritmos nuevos para él y se adaptó rápidamente. Su inclusión fue muy buena porque se fusionaron gustos y edades distintas. Juancho le da mucha frescura a la banda", reflexiona Nico.
Gustavo, bajista y coros, "tiene el tiempo en su cabeza. Es un reloj. Viene de tocar con muchos y a interpretado todos los géneros musicales y además ayuda a armar el repertorio. Es un gran pulmón del grupo".
Se dedica, más allá de la música, a impresiones gráficas, y vive en Toay. Sus padres son Juan Angel " Don Lito" Vizotto y Pura Salguero, y su hermano Víctor es otro destacado músico de Santa Rosa. La mamá, Pura, es un sostén incondicional, y se la ha podido ver mate en mano bailando, y bancando todos los grupos que pasaron por su casa. Gustavo tiene una hija, Celina, quien ha hecho comedia musical y se vislumbra que seguirá el camino de la música como su papá y su tío.
Un nombre con historia.
Cuentan que Nico y Mauri tienen un amigo en Quemú Quemú que "más que salidor es poco volvedor", y eso le ha provocado problemitas con su pareja. Una noche al amigo lo pasaron a buscar para salir de caravana, y "la verdad es que lo devolvieron temprano. Sí, eran las 6 de la mañana del día siguiente", se ríen al contar. La sorpresa del salidor fue que cuando tocó el picaporte se topó con la llave cruzada del otro lado de la puerta. Por favor le pedía a su esposa que abriera, pero le devolvían un silencio sepulcral... Dicen que el contrapunto que se armó entre la pareja fue colosal, tanto que los vecinos quisieron tomar parte... y de alguna manera apoyaban el "¡Abrime Marga!" del muchacho. Pero Marga no cedía. Las malas lenguas sostienen que el "¡Abrime Marga!" se repitió otras veces. Una simple anécdota de pueblo, simpática para algunos, quedó inmortalizada así en el nombre del grupo de Quemú.
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