Viernes 09 de mayo 2025

Cinco niños de familias gitanas ya tienen su DNI

Redacción 13/12/2019 - 00.27.hs

Tres niñas y dos niños de Santa Rosa, de familias gitanas radicadas en la ciudad, regularizaron ayer su situación documentaria en la delegación del Registro Civil del barrio Plan 5000. Concurrieron acompañados de sus familiares para cumplimentar en la mañana de la víspera los trámites necesarios para obtener el Documento Nacional de Identidad (DNI), por primera vez en su vida.
"Esta actividad tiene que ver con el programa de subregistro cero, para que todos tengan su registro de nacimiento y la documentación personal al día en nuestra provincia, que se lleva adelante por instrucción del ministro (de Gobierno y Justicia) Daniel Bensusán", destacó el subsecretario de Justicia, Pablo Boleas.
Justicia trabaja los casos en forma conjunta con los ministerios de Salud y de Educación, a través de la Dirección de Educación Primaria. "En el caso de hoy, cuestiones culturales llevaron a que estos niños no contaran con su documentación personal. A partir de la tarea que llevan adelante los otros ministerios, pusieron en nuestro conocimiento esa situación y pautamos la forma de regularizarla", agregó Boleas.
LA ARENA informó días atrás, a partir del testimonio de una docente que trabaja con niños gitanos en la Escuela 217, del barrio Matadero, que el trámite para documentarlos es difícil y demora muchos meses, dado que los chicos no cuentan con partida de nacimiento.
"Hoy podemos decir, desde el Gobierno Provincial, que el Estado se hizo presente y cinco ciudadanos pudieron acceder a un derecho fundamental como es el de la identidad", afirmó el subsecretario de Justicia en un comunicado.

 

Vencer barreras.
En su visita a la ciudad, Nedich, quien también pertenece a una familia gitana, en su caso de origen rumano, aseguró que la gran mayoría de los gitanos radicados en La Pampa pertenecían a la rama Rom Griega. El escritor lleva años trabajando contra la estereotipación que se realiza respecto de su comunidad y para vencer las barreras culturales que la separan del resto de la sociedad.
Su llegada a la ciudad fue promovida por docentes de las Escuelas 217 y 78 de la esta capital, a las cuales asisten niños y niñas de familias gitanas. Una de ellas, María de los Angeles Herrán, destacó el cariño y el agradecimiento que recibe de parte de madres y padres de los niños por el trabajo de integración que desarrollan.

 

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