Jueves 25 de abril 2024

«Es un orgullo, pero ojalá no se usen»

Redaccion 05/04/2020 - 13.34.hs

La Pampa se prepara para un posible pico de internación a causa de la pandemia de coronavirus. Varias empresas pampeanas colaboran con las tareas de readecuar contenedores para ampliar la capacidad de internación de los hospitales de Santa Rosa y General Pico. En Macachín, la empresa «RG Casillas» ya terminó dos y ayer empezó el tercero. Uno de los dueños, Matías Ramos, dijo que los integrantes de la firma sienten orgullo de poder aportar su trabajo en esta emergencia extrema.
El despiadado y veloz avance de la pandemia por Covid-19 también llegó a La Pampa. Por eso se tomaron urgentes medidas. Una es la instalación de los dos hospitales de campaña con capacidad de internación para 58 personas en el Hospital Lucio Molas Santa Rosa y de 44 personas en el centro Gobernador Centeno de General Pico.
En la construcción del proyecto se encuentran trabajando conjuntamente la Administración Provincial de Energía (APE), Obras Públicas, la Administración Provincial del Agua (APA), el Ministerio de Salud, la Subsecretaría de Hidrocarburos y Minería, entre otras reparticiones.
A esos fines el Gobierno provincial convocó a empresas privadas a quienes les encomendó la construcción de los contenedores y la readecuación de los interiores. En tanto otros técnicos serán los que equiparán esos espacios con equipos de aire, respiradores, camas y demás equipamiento adquirido por el Estado pampeano.

 

«Orgullo de participar».
Una de ellas es «RG Casillas», que funciona en Macachín. Es una empresa de neto corte familiar, iniciada por Damián Ramos y apuntalada por Matías, quien tras terminar sus estudios secundarios se sumó al equipo. Además trabajan siete operarios. Su negocio es la construcción de casillas rurales, de paseo y campers, entre otras.
Hace unos días fueron convocados por Provincia para encarar un proyecto de extrema urgencia: la adecuación de contenedores de 12 metros en módulos de terapia intensiva. «La verdad es que relegamos la conveniencia económica, en tiempos normales es un trabajo que hubiéramos rechazado, pero no es tiempo de mirar para otro lado. Así que dejamos de lado la cuarentena y nos pusimos a trabajar», le dijo Matías Ramos ayer a LA ARENA.
«Nosotros tenemos contacto con el funcionario (Silvano) Tonelotto, de Producción. Fue por él que nos convocaron a varias empresas para hacer este trabajo. Con mi padre convocamos a nuestros trabajadores y les preguntamos si estaban dispuestos a subirse a éste carro para darle una mano a la Provincia, y todos estuvieron de acuerdo en hacer un esfuerzo. Es que nos exigieron que estuvieran listos en 15 días, y para eso estaos trabajando doce horas por día», reveló.
«Tuvimos que cortar los contenedores, ponerles dos ventanas, una puerta doble y un ventiluz. Desinfectamos primero, luego revestimos todo con un sistema aislante, paredes de PVC, piso de alto tránsito. Y se instaló un baño. Anduvimos muy bien, ya terminamos los dos que nos trajeron y hoy empezamos un tercero que agregaron», explicó.
Matías Ramos, un chico nacido y criado en Macachín admite sentir pudor por lo que generó en la localidad la tarea de la pequeña empresa familiar. «Recién le decía a mi señora que tengo algo de vergüenza, porque la gente, especialmente la del pueblo, nos agradece y felicita. Me llamó la atención la cantidad de mensajes en ese sentido que hemos recibido», señaló.
«No sé cómo explicarte el orgullo que sentimos de ser partícipes de este proyecto de la Provincia. Los módulos van a estar disponibles en tiempo y forma, pero la verdad que seríamos felices de que no tengan que usarlos», concluyó.

 

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