Absolvieron al mecánico tarrio
(General Acha) – El juicio contra Heraldo Cristian Martín Tarrio, mecánico de 35 años, acusado por provocar el homicidio culposo de Oscar Juan Moronta concluyó y el juez de audiencia santarroseño, Andrés Olié, decidió absolverlo.
El hecho ocurrió en General Acha, el 29 de mayo de 2018, la víctima de 75 años falleció casi un mes más tarde debido a las heridas sufridas a raíz de la explosión de un tubo de GNC en su camioneta, estando estacionada en el garaje de su casa.
El acusado, Heraldo Cristian Martín Tarrio, mecánico de 35 años, había sido acusado de homicidio culposo por el fiscal achense Juan Bautista Méndez y la fiscala Paula Soledad Duscher. Mientras que el representante de los hijos de Moronta, el abogado Alberto Pérez, había solicitado la acusación por estrago culposo.
El juez Olié acudió al artículo 6 del Código Procesal Penal de La Pampa, para tomar la decisión de absolver al mecánico. Dicho artículo establece que, en caso de duda razonable deberá estarse a lo que sea más favorable al imputado.
Para certificarse, Olié le remitió una copia de la declaración testimonial de Norberto Ferretti, responsable técnico del taller donde se efectuaron los arreglos del equipo de GNC, para que la fiscalía de turno evalúe si pudo haber cometido algún delito.
Falta de pruebas.
El juez se centró en dos tareas realizadas por Tarrio: la calibración y el cambio de manómetro. Sobre la calibración sostuvo, en base al testimonio de un técnico electromecánico, indicó durante el debate que, aún efectuando una mala operación, tal desperfecto puede generar una pérdida de gas.
Con respecto al cambio de manómetro, que fue ejecutado por Tarrio, ese especialista y un ingeniero electromecánico señalaron que la verificación de que no exista una pérdida del fluido -tal como declaró el imputado- se realiza con agua jabonosa. Ambos indicaron que «si bien no es el procedimiento dispuesto en la normativa vigente, es el usual y el más indicado para detectar pequeñas pérdidas». Para esa tarea, el Enargas prevé que los talleres deben contar con un detector de fugas de gas natural, algo que no se cumplió.
Tanto los informes presentados por los diversos gasistas matriculados y responsables técnicos de talleres de montaje de GNC, como la declaración (del ingeniero) durante el debate, contaron con la decisiva limitación que implicó no haber visto el equipo instalado en el vehículo, ya que el mismo habría sido entregado a la familia y desmantelado del vehículo, sin que durante el debate nadie diera una explicación acerca de esta circunstancia.
Olié calificó la calidad de la prueba obtenida por la labor del gasista como «muy limitada» y de «baja calidad». Si bien esa persona fue la única que pudo verificar el equipo de GNC después de la explosión, «inexplicablemente fue desmantelado» de la camioneta y entregado a los familiares de la víctima «antes de cumplirse con todos los exámenes necesarios».
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