Lunes 30 de junio 2025

Ayudando a construir familias

Redaccion Avances 30/04/2025 - 11.35.hs

El Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUA) funciona en La Pampa desde el año 2014, bajo la esfera del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia. Desde entonces, han acompañado a casi un centenar de familias en el proceso de adopción y en la vinculación con los niños, niñas y adolescentes.
El trabajo del RUA se enmarca en la Ley Nacional 25.854, de creación del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos. La provincia adhirió a esa ley y el registro comenzó a funcionar en abril del 2014, a través de la Subsecretaría de Niños, Adolescentes y Familias.
“La función principal de este espacio es garantizar que las personas que estén interesadas en adoptar puedan inscribirse en el registro que corresponde a su domicilio. Esta es la función que tiene la Dirección Nacional, que nuclea todos los registros de la Argentina”, explicó a LA ARENA Analisa Gatica, licenciada en Trabajo Social y coordinadora del equipo técnico del RUA pampeano.
Con sede en Santa Rosa, el equipo del RUA hace acompañamientos en toda la provincia y articula con los juzgados de las distintas jurisdicciones. “En el 2014 se dieron tres adopciones, en el 2015 se dieron ocho, en el 2016 se dieron siete, en el 2017 ocho, en el 2018 dieciséis, en el 2019 once, en el 2020 hubo 5, en el 2021 catorce, en el 2022 nueve, en el 2023 once y en el 2024 ocho. En este 2025 todavía no tenemos la estadística”.
Gatica explicó que cuando una persona o pareja desea registrarse para iniciar un proceso de adopción, “en primer lugar se realiza una charla informativa; luego, si desean continuar la inscripción, se hacen una serie de entrevistas donde se valoran las capacidades parentales de las personas. Es un proceso que, dependiendo de la situación, implica entre cinco o seis entrevistas institucionales y domiciliarias. Una vez que consideramos que está finalizada la valoración diagnóstica, se pasa a la inscripción o no de la persona al registro de adoptantes”.
Una vez por año, las y los adoptantes inscriptos deben ratificar o no su voluntad de seguir en el registro. “Para eso se hace una reevaluación del proyecto adoptivo. Esto está relacionado con el perfil de cada adoptante; a quiénes podrían ahijar; con qué herramientas y características cuentan los postulantes. Todo esto, siempre apuntando a preservar los derechos de los niños y adolescentes”, explicó Gatica.

 

Proceso.
Todo el camino para que una familia llegue a ahijar a un niño o adolescente empieza “una vez que llega la situación de adoptabilidad de un niño. Los juzgados de Familia, Niños y Adolescentes de las cuatro jurisdicciones en la provincia nos piden elevar una nómina de postulantes para esta determinada situación, dentro de un plazo de 10 días”, detalló la coordinadora. “Cuando nos llega ese oficio, buscamos en nuestro sistema informático, que nuclea a todas las provincias. Hacemos una búsqueda provincial primero, porque se intenta que el niño o niña adolescente permanezca en el lugar donde vive”.
“Las características principales tienen que ver con la edad del niño o niña, entonces ahí nos sale un listado de personas compatibles con ese proyecto. Después evaluamos en función de las características, deseos y situaciones particulares de cada adoptante. Además se respeta un orden por fecha de inscripción. Nosotros solamente elevamos la nómina al juzgado, y podemos hacer sugerencias en base a lo que observamos en entrevistas y no queda asentado en los informes, pero quienes deciden y eligen son los jueces”. En ese tiempo, los equipos del RUA articulan y coordinan con la Dirección de Niñez para interiorizarse sobre la situación del niño.
Cuando se elige postulante, el RUA y la Dirección de Niñez empiezan a trabajar en el proceso de vinculación. “Es una instancia que si bien no está establecida en la ley, porque habla de guarda preadoptiva, la utilizamos para que se conozcan el niño, niña o adolescente con la persona o con la pareja que los va a adoptar en un espacio que no sea directamente la convivencia. Entonces se empiezan a conocer en la institución generalmente o en lugares neutrales”.
A la par, el RUA trabaja con la familia adoptiva sobre las situaciones que surgen, sensaciones y expectativas, mientras que la Dirección de Niñez hace lo mismo con el niño o adolescente.

 

Convivencia.
“Después de ese periodo de vinculación, si los equipos consideran que están dadas las condiciones como para que comience una convivencia, elevamos un informe para que se otorgue la guarda preadoptiva. Una vez que comienza la convivencia, son seis meses de acompañamiento del RUA a la familia y al niño o adolescente en la construcción de este vínculo filial”, amplió.
“Debemos informar al Juzgado cada quince días durante los dos primeros meses que se hace, y después una vez por mes hasta que se cumplan los seis meses de guarda preadoptiva. Si consideramos que están dadas las condiciones, que hay un vínculo filial en construcción, informamos que están dadas las condiciones para que la persona o pareja pueda iniciar el juicio de adopción”.

 

Mitos.
El trabajo del RUA también apunta a disipar dudas o prejuicios en torno a la adopción que puedan tener las personas interesadas. “Se puede trabajar, la gente empieza a perder el miedo, porque muchas veces es miedo por el desconocimiento”, sostuvo la trabajadora social.
“Desde el año pasado tratamos de viajar una vez por mes a diferentes localidades para poder hacer consultorías en adopción, esto es que el registro se instala un día en la localidad para evacuar todas las dudas que tengan del proceso”, agregó. No obstante, Gatica asegura que “hemos notado que cuando
hacemos estas consultorías en los pueblos, no tenemos la misma repercusión que cuando hablamos en los medios o publicamos convocatorias públicas”.
“Todavía es una temática que cuesta un poco hablarla. Notamos que hay mucho prejuicio, así que también tratamos de desmitificar ciertas creencias que se tienen. Siempre decimos que antes de la adopción estos niños están en lugares donde su vida sigue: tienen actividades, van a la escuela, hacen talleres, tienen su grupo de amigos y se juntan con ellos, tienen espacios de contención… trabajamos con eso porque se tiene esta idea de que el niño o niña está como anclado en un lugar y su vida no se desarrolla ahí. Algunos se vinculan con sus familias de origen, esto también lo aclaramos siempre en los procesos cuando hacemos la valoración diagnóstica; se evalúan los vínculos saludables de los niños, niñas y adolescentes. Muchos se frecuentan cuando ya son adoptados con sus familias de contención. Se trata también de mantener estos vínculos que para ellos son sanos”.
Quienes deseen contactarse con la RUA y conocer más sobre el proceso adoptivo, pueden comunicarse al teléfono 02954-246247 o al mail rualapampa@hotmail.com

 

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