Domingo 09 de noviembre 2025

Bodegueros piden mantener la certificación de origen

Redacción 09/11/2025 - 00.10.hs

Si bien la reforma del Instituto Nacional del Vino “era muy necesaria y fue celebrada por el 90% de los productores”, los bodegueros pampeanos pretenden “mantener algunas cuestiones muy importantes, como seguir certificando el Malbec que se produce en Casa de Piedra”.

 

“La gran mayoría, un 90% de la industria vitivinícola, acuerda y celebra esta actualización, porque elimina una enorme cantidad de trámites engorrosos que controlaban muy intensamente el proceso de producción y el origen de la uva, y se enfoca solamente en el producto terminado para garantizar que el vino comercializado reúna todas las condiciones de aptitud”, afirmó Horacio Marín.

 

En diálogo con LA ARENA, el referente de la bodega achense Estilo 152 aclaró que el impacto del nuevo marco regulatorio sobre la industria vitivinícola no implicará cambios tan importantes en La Pampa, porque “las bodegas artesanales no estábamos sometidas a esos estrictos controles que pesaban sobre las bodegas industriales”. Sin embargo, aunque resultaba necesario modernizar “muchas condiciones que databan de tiempos de María Castaña”, algunos productores pretenden “seguir resguardando cuestiones que consideramos muy importantes. En nuestro caso, queremos seguir certificando el Malbec que se produce en Casa de Piedra, una zona espectacular que otorga mayor valor a nuestros vinos”.

 

La reforma del Instituto Nacional del Vino (INV) iniciada por el gobierno nacional desregulará el proceso productivo de las uvas y el vino. “A partir de ahora, el control se enfocará en el producto terminado”. En lugar de certificar meticulosamente cada paso del proceso productivo en las bodegas, los inspectores “realizarán controles en comercios y góndolas de supermercados, donde tomarán una botella y mediante un análisis que demanda dos minutos, podrán comprobar si su contenido se encuentra dentro de los límites permitidos y es apto para el consumo”, explicó.

 

Certificado de origen.

 

El nuevo paradigma “comenzaría a implementarse en enero del año próximo, eliminando una burocracia terrible que involucraba intensos controles sobre el proceso de elaboración y una enorme cantidad de trámites engorrosos”, a través de los cuales el INV controlaba “desde el viñedo que producía la uva hasta los litros que comercializaba la bodega. Los productores debían estar registrados y emitir certificados de cantidad de uva, de su añada y su traslado a la bodega. Y ésta tenía que hacer certificados por el volumen de litros producidos, la cantidad de uva utilizada y los litros comercializados, entre muchos otros”.

 

Durante ese proceso de control las bodegas industriales, que registran una gran actividad, “recibían cada dos o tres días a los inspectores, quienes controlaban la cantidad de vino, el estado de las piletas, cómo hicieron cada corte y muchas cuestiones engorrosas que no aplican para los productores artesanales”, precisó.

 

Por ahora habrá que esperar “hasta que empiece a implementarse para empezar a identificar aquellas cuestiones que deberían seguir controlándose, evitando que a los grandes bodegueros se les vaya la mano, porque alguien dijo que las personas son buenas, pero son mucho mejores cuando las controlan”, recordó.

 

En nuestra provincia “una cuestión importante sería mantener la certificación de origen de nuestros vinos, para impedir que empiecen a llegar indiscriminadamente de distintas zonas, incluyendo vinos importados, y afecten nuestra producción”.

 

Marín confía que “podríamos seguir haciéndolo sin problemas, aunque resulte un poco más complejo. Es muy importante resguardar nuestra regionalidad, certificar el origen en Casa de Piedra y nuestra identidad patagónica”, reiteró. Como el INV dejará de realizar esa tarea, “tendríamos que asumirla nosotros. Sin embargo creemos probable que, si le pedimos que continúe haciéndolo en La Pampa el INV acepte y siga certificando el origen. Hay que esperar”, planteó.

 

“Bajó el consumo”.

 

La reforma del INV le otorgará “mayor flexibilidad a la industria y es un cambio necesario, porque ha bajado mucho el consumo y está resultando difícil vender. Eliminar tantas trabas burocráticas permitirá también reducir costos y mejorar la disponibilidad de vinos. Evidentemente, este cambio de paradigma apunta también a incrementar el consumo”, opinó

 

Además, el nuevo marco regulatorio propiciará “una mayor igualdad, porque no habrá tantas diferencias entre elaboración artesanal e industrial, y todos los vinos deberán reunir las mismas condiciones de sanidad alimentaria”. Este proceso para achicar la brecha entre los modos de elaboración había comenzado el año pasado con una resolución que duplicó el volumen que pueden embotellar por año las bodegas artesanales, pasando de 12 mil a 24 mil litros anuales.

 

'
'