Lunes 29 de abril 2024

El gomero, un oficio siempre necesario

Redacción 24/04/2023 - 10.08.hs

Aunque ya los científicos estarían desarrollando técnicas que podrían culminar con autos que usen neumáticos "auto-reparables" -ni la imaginación de Julio Verne lo hubiese previsto-, lo cierto es que el oficio de gomero es uno de los que parece tendrán vigencia aún por varias décadas.

 

Porque si bien hay muchas personas más o menos habilidosas, que se dan maña para cambiar una goma que ha sufrido un desperfecto -un pinchazo o alguna otra rotura-, otras no tienen esa pericia. Habrá quienes crean que es sencillo tomar el crique, la llave saca tuercas, y ponerse a la tarea; pero también están los y las que no saben o prefieren no hacerlo y apelar a alguien ducho en el asunto.

 

Es habitual ver en pueblos más pequeños -o en parajes alejados, a la vera de una ruta cualquiera-, esas modestas y típicas gomerías donde un esforzado laburante espera paciente la llegada de algún cliente. En ciertos casos tienen un poco más de trabajo que les acercan los pobladores del lugar, pero en otros -donde el tránsito vehicular no es tan fluido-- suelen pasar tiempo hasta que alguien aparece por una reparación.

 

Pero es verdad que "en todos lados hay gomerías". Unas instaladas con todas las herramientas necesarias para un servicio rápido y efectivo, y otras armadas elementalmente en el garaje de una vivienda. Se trata de gente que encontró en esa actividad un laburo, que no siempre es fácil conseguir, y con ello por lo menos se hacen la diaria con ese menester.

 

Aquella persona que haya recorrido nuestra provincia advertirá en las pequeñas localidades que hay gomeros de oficio. En Puelches, Chacharramendi, Santa Isabel, Winifreda, Uriburu o cualquier pueblo de La Pampa. Obviamente también en ciudades un poco más importantes en cuanto a cantidad de habitantes. Por ejemplo en Santa Rosa no debe haber barrio donde no haya una humilde gomería que preste su auxilio a los que tengan problemas con sus neumáticos. Las hay pequeñas y otras un poco más grandes.

 

¿Si es un oficio redituable? En algunos casos pareciera que sí, y en otros el producido del trabajo alcanzará al menos para pucherear, como se dice por allí. A muchos les sirve como medio de vida y subvenir medianamente las necesidades de sus familias; y así arreglan pinchaduras, venden alguna que otra cubierta usada -a veces "recapadas"--, y atienden durante prácticamente todo el día. Están también los que hacen auxilios, y se acercan a los lugares donde son requeridos por aquellos que tienen dificultades porque han sufrido alguna pinchadura u otro inconveniente.

 

Aprendió el oficio.

 

Es el caso de Gomería Antártida, sobre la calle del mismo nombre, y a pocos metros del Club Argentino de Villa Tomás Mason. Allí Ricardo Horacio Bravo (63), quien si bien es nacido en Miguel Riglos, supo de andar por el sur del país -donde aprendería el trabajo que lleva adelante desde hace más de 40 años-, hasta instalarse en Santa Rosa.

 

"En mi pueblo mi viejo que se llamaba Teófilo (su madre era Eva, fue cocinera en el hotel del pueblo), trabajaba en el campo. Éramos ocho hermanos y había que trabajar, así que al principio yo me dedicaba a tractorear, arando y sembrando... pero a los 20 se me dio por irme al sur, y así anduve por Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, Río Grande y Río Gallegos".

 

Una vez viajando a dedo me llevó un camionero y en el trayecto se le pinchó una goma, así que nos pusimos los dos a arreglar el problema. Me acuerdo que era el mes de agosto, en un camino de ripio y nieve... Cuando llegamos a Río Grande él me prestaba el camión para dormir. Después llevamos la cubierta a la gomería y como andaba sin hacer nada empecé a ir todos los días; hasta que un día faltó uno y me invitaron a trabajar. Y ahí empecé con esto hasta el día de hoy, que estoy a dos años de jubilarme", completa.

 

En Santa Rosa.

 

Casado con Margarita Máxima Tolosa (santiagueña), tienen tres hijos. "Está Lucas (37), que trabaja en un comercio en Buenos Aires; viene Nery Gastón (33), que está recuperándose de un accidente de moto y que hace música, toca la guitarra y tiene una banda de rock; y luego viene Nicolás Santiago (25), que ahora está trabajando en la gomería. Hay que decir que Ricardo es reciente abuelo, de Mateo y Ramiro (mellizos hijos del mayor).

 

nietos: Mateo y Ramiro, dos meses.

 

Cuenta que como su padre andaba con problemas de salud decidió regresar a Santa Rosa en 1997. "Primero me instalé en pasaje Fernández y Smith, a una cuadra del barrio Río Atuel en una casa que alquilaba y en la que trabajaba en el patio. Estuve dos años y medio ahí, hasta que pude vender un galpón que tenía en Tierra del Fuego y compré en Antártida Argentina 176. Eso era más o menos a mediados de diciembre de 2001". Si, cuando el país en los últimos tiempos de Fernando de la Rua se había convertido en un caos.

 

Cuando explica cómo es su trabajo señal que "hay que tener cierta habilidad, y te tiene que gustar. ¿Si es duro? Eso tiene que ver conque si te toca trabajar con camiones o equipos viales, pero es distinto con una flota liviana como son los autos. Para los equipos viales tenés que tener muchas herramientas. Y cómo ahora es todo sin cámara tiene sus secretos, porque antes era maza, palanca y cortafierros".

 

Las gomas recapadas.

 

Hubo un tiempo en que las gomas muy desgastadas eran vulcanizadas, y se les hacía un tratamiento para recaparlas. "Ahora de autos casi no hay recapadas; pero por ahí alguna goma nueva que se justifica se vulcaniza; pero es distinto en el caso de camionetas y equipos viales".

 

Ricardo dice que como hay un parque de autos tan grande en la ciudad "todos los días aparecen clientes nuevos. Por ahí al del auto más viejo le vendés una cubierta, pero hay autitos que no justifican una goma nueva. Además la crisis hace que gente con auto nuevo busque gomas usadas porque las nuevas son de costos elevadísimos", amplía.

 

Hace gala de sus conocimientos -ante la ignorancia del cronista en la materia- y dice que "una gomita bien cuidada puede durar hasta 60 mil kilómetros... controlando, calibrando; aunque otras duran la mitad", responde.

 

¿Cuáles son las herramientas que se necesitan en un taller de gomería? "Ahora hay muchas que tienen elevadores, pero obvio que el criquet es indispensable en la gomería; y además una desarmadodra, palanca, un buen compresor y la batea para ver dónde está el problema de la goma", indica sobre la tarea que se hace en su lugar de trabajo.

 

Auxilio de gomería.

 

Después de tantos años de cambiar cubiertas -es incalculable la cantidad que arregló y de auxilios que realizó--, Ricardo está en la paciente tarea de hacer "otra cosa. Si Dios quiere voy a armar una empresa de auxilio de gomería, y me estoy organizando para eso", confía.

 

"Yo no me puedo quejar de lo que me tocó, y les digo a mis hijos que aprendan este oficio, porque teniendo conocimientos con poca planta se monta. Pero eso sí, hay que ser serios... en este tiempo además de las herramientas tradicionales que vemos hay máquinas modernas que favorecen el trabajo, y así se prescinde de la palanca y el martillo de goma con el que golpe a golpe se desarmaba una rueda", puntualiza.

 

El hombre dice estar "más que conforme con el oficio... y además tengo que decir que en general cuando alguien se instala en un barrio tiene que pagar derecho de piso, pero aquí puse un cartel y fue como si siempre hubiera vivido en este lugar", se ufana.

 

Sí, Ricardo Bravo, de oficio gomero. "Y que no falten nunca", dice una clienta mientras espera que le arreglen una goma. Y se ríe con ganas el hombre: " "Sí, creo que somos necesarios", se sube un poco el precio. "Es que no a todos les gusta cambiar una goma; y en el caso de las mujeres si bien algunas se animan y lo hacen, la mayoría llama a su esposo o a un amigo para que las ayuden", completa.

 

"Yo me voy a jubilar, pero cuando eso pase voy a seguir, y ojalá mis hijos puedan continuar", se esperanza. Porque lo cierto es que en muchas familias el oficio se traslada de generación en generación, y todo indica que eso va a seguir ocurriendo.

 

Mientras no se los necesiten es probable que los gomeros pasen casi inadvertidos, pero cuando los problemas se presentan ahí sí se cae en la cuenta de su importancia.

 

Si es por quien esto escribe, que el oficio persista. Por siempre.

 

El invento de las ruedas de caucho.

 

Ricardo Bravo rememora que "las primeras ruedas, de carruajes por ejemplo, eran de madera, pero todo empezó a cambiar desde que se conoció el caucho". Obviamente con desarrollo en el paso del tiempo los neumáticos, cuando la industria automotriz explotó, fueron teniendo una gran evolución.

 

Dicen los que dicen saber que fue un químico escocés el que inventó la goma o caucho; y que fue Charles Goodyear el que desarrolló el proceso de vulcanización, mejorando con la mezcla de caucho y azufre a base de calor, la plasticidad del elemento.

 

Pero el primer neumático fue patentado recién en 1845, inventando la rueda rellena de aire. Aunque en este caso el hombre no llegó a producirlo en serie, y sería otro escocés de apellido Dunlop quien hizo las adaptaciones necesarias para abandonar definitivamente las gomas macizas, sobre todo en las bicicletas. Obviamente enseguida vendría la adaptación para los vehículos a motor.

 

Más tarde serían los hermanos Michelín, franceses ellos, quienes crearon el neumático desmontable, hasta llegar a lo que conocemos en estos tiempos.

 

Según se sabe, ahora mismo se están desarrollando gomas sin aire, por supuesto con nuevos materiales, los que no tardarán en salir al mercado. Es más, se agrega que será un neumático auto-reparable, porque dispondrán de una fórmula con hidrogeles auto-cicatrizantes. Como es fácil advertir, todavía queda mucho para ver en el "ambiente" de los gomeros.

 

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