"Fue el hecho más grave de la democracia y no se actuó”
Al cumplirse tres años del intento de magnicidio contra la entonces vice presidenta de nuestro país, Cristina Fernández de Kirchner, el periodista santarroseño de Tiempo Argentino, Ariel Stemphelet, que realizó una minuciosa cobertura del juicio contra los integrantes de “Los Copitos”, acusados del intento de asesinato, habló del desarrollo del proceso en Radio Noticias.
“Está por terminar el juicio a dos autores materiales, que son tres, aunque uno ya no va a poder ser condenado, que es el jefe Los Copitos -Nicolás Carrizo-, porque tanto la querella como la fiscalía desistieron al no haber encontrado pruebas que acreditan su participación, entonces los que van a ser condenados son Fernando Sabag Montiel, el autor de este intento, y Brenda Uliarte, la que planeó todo esto que pasó”, detalló Stemphelet.
Y añadió que “lo que quedó en primera instancia, que hasta hace unos meses tenía a Gerardo Milman en el centro de la escena, y eso cambió, ya sin Milman en el eje de la investigación, más allá de lo formal, sigue imputado, sigue siendo investigado, pero no está en el centro de la escena”.
Pista política.
El periodista recordó que “la pista política, es una serie de elementos, con suficiente fuerza como para que se investigue la posibilidad de que esto haya existido. Hay una persona, asesor de un ex diputado, que días antes del atentado escucha a Milman decir ‘cuando la maten voy a estar camino a la costa’, en un bar que está enfrente del Congreso. Cuando ocurre esto el 1º de septiembre, le manda un mensaje a su jefe y le dice ‘che, yo lo escuché a Milman decir esto’, medio asombrado. Por las coincidencias, esta persona después va, declara como testigo, se confirma que estuvo en el bar Casablanca”.
“Las cámaras confirman todo. Había dicho que estaba Milman con dos secretarias, van a las cámaras y ven que eso era así en el rango horario que había declarado este testigo que se llama Jorge Abello. Después, pasa un tiempo, llaman a declarar a estas dos secretarias que en primera instancia niegan haber estado ahí. Les muestran las cámaras, y llamativamente se acuerdan, ah sí, estuvimos, cuando se ven. Ese es el núcleo de lo que se llama pista Milman”, explicó.
Y añadió que su bien Milman nunca fue citado, “declaró por primera vez hace dos meses, y fue una declaración espontánea. Un día dijo voy a ir y voy a contar mi verdad, que el famoso teléfono que usaba al momento del hecho y que se negó, no solo se negó a entregar, sino que la jueza María Eugenia Capuchetti nunca le pidió, no lo quiso incautar. Ese teléfono se perdió en una mudanza, no supo más nada. Entregó un teléfono de manera voluntaria más de dos años después. Y era un teléfono que había salido a la venta después del atentado”, detalló.
“Sumado a esto que declara una de las secretarias que trabajaba con Milman, Ivana Bohdziewicz, que estaba en ese mitín en el bar Casablanca, y relata que un día la llaman a oficinas de la Avenida de Mayo con Milman y con la otra secretaria y le piden que entreguen el teléfono para que una persona, un experto que estaba ahí lo borre y resetée. Eso fue en las oficinas que tiene la actual ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich”, describió.
Y acotó que “ese perito, se conoce el nombre, es un funcionario del gobierno de Javier Milei, en el Ministerio de Seguridad. Todo eso está en el expediente, de manera explícita, la querella lo ha manifestado en distintos escritos, distintas presentaciones, y lo que se ha hecho, básicamente, es rechazar todo”, subrayó.
“La Cámara Federal en cinco oportunidades le dijo a Capuchetti que debía secuestrar el teléfono de Millman, por ejemplo, y nunca lo hizo. Hubo un intento por profundizar en la pista política, pero por una cuestión procesal, teniendo en cuenta que en primera instancia hay una causa que tiene como objeto eso, en el juicio, no se puede avanzar mucho porque estás a riesgo de que la jueza vaya y plantee una queja poniendo en riesgo el juicio de alguna manera. Hubo un intento, pero para mí, lo que sirvió del juicio relacionado con la pista política es para que se sepa, para que en la sala de audiencias las partes hablen de esto, que se sepa que hubo cosas que pasaron, por ejemplo con el celular de Sabag Montiel, el atacante, que es otro de los ejes importantes en esta trama de irregularidades. El celular del atacante, que es una de las pruebas principales de todo este caso, todavía no se puede abrir. Está por terminar el juicio y no se sabe qué había dentro de ese teléfono”, aseguró.
Integralidad.
Respecto de la pista sobre el financiamiento de Los Copitos, a través de la compra de muebles, Stemphelet indicó que la querella “intentó desde un principio leer esto como una integralidad, interpretar todo esto que estaba pasando como una cuestión única. Pero no solo partió en dos la causa propia del atentado.,dividiendo la pista política de la autoridad material, sino que también se negó a unificar las causas, con esta que investigaba a Caputo Hermanos, a la gente de Revolución Federal, a este carpintero Morel que de la nada aprendió por tutoriales carpintería y lo contrató Roxana Pía Caputo para que arme una cantidad enorme de muebles para un desarrollo en Agnelo. Eso a la jueza, tampoco le llamó la atención, y en ningún momento se ponderó la posibilidad de que esto se investigue todo junto. Es el hecho de violencia política más grave en 40 años de democracia, y no se actuó en consecuencia”.
“Hoy no puedo decir si Milman tuvo algo que ver o hubo un financiamiento de la política. No lo puedo decir pero yo le exijo a la justicia que agote todas las instancias para que me saque esa duda, que le saque esa duda a la democracia y a la sociedad”, enfatizó Stemphelet.
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