Sabado 10 de mayo 2025

El maravilloso mundo de la fotografía

Redacción 16/06/2024 - 00.16.hs

Ha tenido una vida intensa, con distintos trabajos y es uno de los fotógrafos más reconocidos. En su juventud tuvo tiempo para ser entre otras cosas modelo, manejar un taxi y ser dirigente de All Boys.

 

MARIO VEGA

 

“He logrado una gran familia…”. Al cabo de tanto andar, en eso de transitar la existencia, cuando se llega a una determinada etapa pareciera que ahí estaría el secreto… Pasados los años llega el momento de cierta tranquilidad, de calma, después de haber transitado ese maremágnum que es la vida. Y obviamente y para entonces se deben haber sucedido muchos acontecimientos que fueron postergando la reflexión acerca de lo que verdaderamente es importante… Y es precisamente ahí donde se cae en la cuenta que es en la familia donde está el refugio que --ineludiblemente-- se necesita en la etapa del sosiego.

 

“He logrado una gran familia…”, dice René. Sentados a la mesa de un bar conversamos y la charla va discurriendo sobre distintos aspectos de su vida.

 

De Villa del Busto a Villa Elvina.

 

De pibe tanscurrió su niñez y adolescencia en Raúl B. Díaz 345 –“frente a Farmacia Mayra, y entre lo de Fabio Ibarra y Roberto Ganora”, precisa--, hasta pasar a Maestros Pampeanos 327, en Villa Elvina, donde comparte con “Nina” (Olga Raquel Gallego), profesora de Artes. “La conocí en el boliche bailable 04… después eran las ‘pasaditas’ en moto por su casa de calle Sarmiento. Nos casamos en noviembre de 1975, y enseguida nos fuimos donde vivimos actualmente; a la casa que pudimos construir con el famoso crédito de la 1050. Y debo reconocer la gran ayuda del ingeniero Rubén Dal Bianco, con quien trabajé muchos años; que además fue quien me vendió más tarde en una suma accesible el local que hoy tengo en Avenida San Martín, donde está ACA Salud”, reconoce.

 

La familia.

 

Naturalmente, llegaron los hijos y luego los nietos: “Son cuatro varones, Fabricio, Emiliano, Lucas y Leo… y los nietos cuatro: Juana (18), que practica equitación y ya consiguió dos Caldén de Plata; Benicio (15), Olivia (12) y Elena (6)”. Y ellos son los que alegran buena parte de sus días… “Nos encanta tenerlos en casa… Con los hijos es más complicado porque siempre tienen algo para hacer, pero los chicos sí están y nos llenan de vida”, resume.

 

No quiere dejar de mencionar a sus padres, Armando que “supo ser penitenciario en Usuhaia y al venir a Santa Rosa fue empleado de la Dirección de Equipos y Talleres y además hacía mecánica en casa. Un gran laburante el viejo… Mamá se llamaba Elena Maraschio; y tengo a mi hermana Norma (trabajó algún tiempo en Casa Torroba y en la Caja de Ahorro), que vivió un tiempo en Pamplona (España) y ahora está de vuelta… Es casada con Pablo Sáenz, que fue destacado nadador y practicaba saltos ornamentales en las buenas épocas de la pileta al aire libre de All Boys”, señala.

 

Y agrega, por si hiciera falta: “Mis padrinos fueron Fortunato Maraschio e Hita Dal Bianco, padres del escribano Coco Maraschio, mi primo hermano y amigo”, lo define.

 

Aquellos tiempos.

 

Evoca René sus vivencias juveniles y los amigos de entonces. “Las salidas eran a los boliches de la época: 04, Ova, La Capital, El Águila, Tobruk… siempre con grandes amigos como Aldo Falkenstein, Lito Moneo, Abel Corredera, Oscar Fernández, Lalo Fumagalli , Alfredo Pisandelli, El Ruso Draque… Después, más de adultos, empezamos a reunirnos en El Cafetín de Fabio Morales, en una mesa con el Negro Altuna, Omar Almudévar, Eduardo Olmos, Jorge Diván… pero la pandemia nos cortó esos encuentros”, lamenta.

 

Cuenta que yendo al secundario le gustaba el básquet, y que “aunque no era bueno Carlitos Gómez, que sí era un gran jugador, me ponía. Un día llegó el momento de fundar el Club Banco de La Pampa, con quien era el gerente en ese momento, Norberto Cantero, más Paco Badillo, Hugo Schull , Tito Teso, Osvaldo Toselli, Nelson Ranocchia. Incluso llegué a jugar algunos partidos de futbol para el Club”.

 

Trabajos varios.

 

René Angel Decristófaro (76) es muy conocido en la ciudad. Sus fotografías están por todas partes… en oficinas de organismos oficiales –Casa de Gobierno, Legislatura, Municipalidad, etc.--, y también en paredes de comercios, bancos y obviamente en domicilios particulares, mostrando sobre todo paisajes y reproducciones de la Santa Rosa antigua.

 

Pero, y además, está relacionado con el rubro comercial desde hace décadas, y cabe decir que el trabajo nunca lo amilanó al hombre… “Eso es así: a mis 17 años fui cadete en la Liga Cultural de Futbol; pasé luego a la Municipalidad de Santa Rosa cuando estaba don Enrique Tuban y más tarde Eduardo Molteni… Y enseguida nomás llevé la contabilidad de la Empresa Constructora Dal Bianco (hizo entre otros el edificio de la Universidad Nacional de La Pampa); estuve en el estudio contable de José María Álvarez y de noche manejaba un taxi en una parada que estaba aquí nomás”, señala la vereda de lo que fue mucho tiempo “Pampa Bar”.

 

Llegada a Rivera.

 

Al dejar el municipio se desempeñó por 9 años en el Banco de La Pampa. Fue hasta que lo invitaron a trabajar en Bosso y Saldaño, comercio que estaba precisamente frente a la entidad financiera.

 

Al cerrar Bosso y Saldaño siguió en Oficentro SRL; y pasó más tarde a Rivera Computadoras (su propietaria es la contadora Olga M. Rivera) donde hasta hoy cumple religiosamente horario aunque podría tomarse la dispensa de no hacerlo. “Allí puse a disposición mi experiencia y las relaciones comerciales que tenía”; y asimismo, como le dieron la posibilidad, pudo aportar para que el comercio se transformara: “Empezamos a darle presencia en la provincia, se aumentó la variedad de productos para vender y se generaron nuevos clientes, hasta conseguir ser líderes en varios rubros”, comenta con satisfacción.

 

Le pregunto si es contador y aclara que después de la primaria en la Escuela 4 y la secundaria en el Colegio Comercial, empezó Ciencias Económicas pero dejó en segundo año porque “ya trabajaba en tres lugares”.

 

Directivo de All Boys.

 

Y además de todo eso René fue integrante de la comisión directiva de All Boys. Alguna vez discutimos –ahora lo recordamos con una sonrisa-, él desde la platea de la cancha (estaba también Raúl Miretti) y yo en el campo de juego, por alguna cosa que debo haber escrito y no les gustó a los alboyenses.

 

“Estuve desde 1978 en la Comisión Directiva, como prosecretario, después como tesorero y secretario por varios años junto a Titi Marinelli, Coco Maraschio, Manfredi, Maceira, Norberto Cid, Vicente Guzmán, Raúl Miretti, Carlos González y Pinky Bensusan”. Después casi todos esos dirigentes le dieron lugar a nuevas generaciones y René también dio un paso al costado.

 

El fotógrafo.

 

Más o menos para la misma época ya se había enganchado con lo que sería una de sus grande pasiones. “Tenía 28 años y comencé a estudiar fotografía. Me gustó y enseguida me sumé al Foto Cine Club Pampeano”, del que luego sería presidente.

 

Como es un perfeccionista siempre estuvo decidido a sumar conocimientos. Así hizo cursos en Buenos Aires con Alfredo Willimburgh, Norberto Barabino Devoto, Juan Travnik, Mac Dlouky. Pero también tomó contacto con otros profesionales pampeanos e hizo grandes amigos como Bocha Zorzi, Eduardo Pérez, Julio González, familia Echaniz, El Negro Gatica, Horacio Rucci, Gustavo Suarez y Juan Bortagaray.

 

Atrapado por la fotografía, su capacidad fue trascendiendo y por eso lo convocaron para diversos eventos. Hizo un enorme trabajo fotográfico con “reproducciones de la Santa Rosa Antigua”; pero sería recién en 1999 que iba a hacer su primera muestra junto a Julio González y Gustavo Suárez. A ambos los distingue como “dos amigos” con los que trabajó mucho, y que tienen “una excelente calidad fotográfica”.

 

Premios y distinciones.

 

Sería la fotografía una actividad que le abrió “un gran camino. La publicación de algunos trabajos y premios ganados en el Foto Cine Club y otros como el primer premio en el aniversario de Canal 3, y en el Festival de Jazz en el Cine Don Bosco me hizo ser conocido”.

 

Pero hubo muchísimo más, que resulta difícil enumerar en unas pocas líneas. Pero en tema Paisajes Argentinos una de sus obras fue elegida entre 3.600 que se presentaron.

 

En todas partes.

 

Lo cierto es que le ha sacado fotos a personalidades, presidentes, gobernadores, artistas de distintos rubros. Muchos grupos musicales lo convocaron como Cantizal, Pampamérica, Iraupén, Roston-Cuello, Mario Cejas, Lalo Molina; tomó escenas de bailes de Julio Bocca y Maximiliano Guerra.

 

No hubo acontecimiento donde el lente de René no estuviera dispuesto… un acto, una inauguración (como la Ciudad Judicial, entre tantas); y hasta se dio el gusto de viajar en el Tango 01 para una visita de funcionarios a la Casa Rosada, cuando gobernaba Carlos Menem.

 

La jubilación.

 

Hoy jubilado, sigue no obstante trabajando… Presentó aportes por 45 años, del municipio, del Banco de La Pampa, del comercio y otros que hacía como trabajador independiente”. Por supuesto, como lamentablemente sucede en este país, el monto que percibe cada mes está lejos de subvenir las necesidades de cualquier familia, aunque René tiene una renta aparte y sigue trabajando, de modo que puede vivir de la mejor manera.

 

Atrás quedó aquel joven que supo hacer de modelo para Ñaró Suixtil, el que manejaba un taxi, y el que trabajó en diversas partes.

 

¿Y el fotógrafo? “Hoy profesionalmente no estoy haciendo nada. De vez en cuando le saco fotos a mi nieta que hace equitación; o a la que baila ballet; y tal vez a la hija de algún amigo… pero ahora ad honorem”, indica.

 

Uno de sus hijos, Leo, sigue su camino y a él le regaló sus cámaras fotográficas, y es de quien está esperando se lleve el laboratorio que René aún conserva en su casa.

 

“¿Qué hago hoy? Sigo en Rivera donde cada mañana desayuno –es casi un rito-. Es algo sagrado… puedo no almorzar o cenar, pero el desayuno es esencial para mí”, agrega.

 

Recorriendo el mundo.

 

Ahora, podría decirse, es el descanso del guerrero. “Trabajo, camino un poco cuando termina el día si está lindo, y a casa… A ver un poco de televisión, tranquilo…”, narra sobre lo que hace hoy, muy alejado de la vida ajetreada en lo laboral que siempre tuvo.

 

Eso sí, varias veces en la semana con su esposa practican Taichi y Chi Kung, milenarios ejercicios chinos de movimiento.

 

Como quedó dicho ha recorrido buena parte del mundo, y eso es lo que sigue manteniendo como objetivo. “Siempre me gustó viajar, además de la fotografía… disfrutar del sol de las playas, o caminar… recorrí el país con la cámara desde el Norte: Jujuy, Salta, Cataratas, el Glaciar Perito Moreno, el Faro del Fin del Mundo, el Estrecho de Magallanes, Rio de Janeiro, Cuba, Miami, New York, Washington, Brasil, Perú, Colombia y Ecuador”, resume.

 

Lo que viene.

 

Pero todavía le quedan sueños. “Trabajé toda la vida para andar por el mundo… Pero me quedan tres países por visitar: China, Japón y Australia. La pandemia frenó lo que tenía preparado hace un par de años, pero ahora estoy evaluando lo de Japón… Veremos como se lo digo a Nina”, sonríe.

 

Es que un problema de movilidad le impide a su esposa realizar periplos tan largos, aunque ella comprensiva nunca le dijo que no cuando él decidió viajar. Así que es probable que “la tierra del Sol Naciente” lo vea aterrizar en algún momento… con su cámara bajo el brazo, claro está.

 

En el final se pone serio y dice simplemente: “Hice muchas cosas, y creo que logramos una gran familia... cada uno de mis hijos tiene su vivienda y eso me pone feliz”.

 

En el momento del balance, cuando se tienen sobre las espaldas algunos años, se llega a entender cuáles son las tres o cuatro cosas que en la vida valen la pena. Y es cierto… quizás la principal es la familia. Tenés razón René.

 

Una vasta galería artística.

 

Aunque René Decristófaro ha tomado fotos sociales de todo tipo (cumpleaños y casamientos, paisajes y también para publicidades), confiesa que aquello por lo que siempre tuvo inclinación es por los retratos.

 

Y verdaderamente tiene una vasta galería en la que aparecen entre otros muchos Graciela Borges, China Zorrilla, René Favaloro, Guillermina Gavazza, Paulino Ortellado, Ernesto Sábato, El Bardino, Guillermo Vilas, César Luis Menotti Y Ricky Maravilla. Pero la que más le gusta, aquel retrato que siente más logrado es el que le hizo al poeta nochernícola (Bustriazo). Una verdadera obra de arte.

 

Cuando le tocó hacer la foto para la tapa de un CD de Julio Domínguez, El Bardino quería tener un águila sobre un hombro… “¿Y de dónde sacábamos un águila?… tuvimos que pedir una embalsamada y con eso hicimos un monocromo, que recuerdo le gustó mucho a mi profesor Horacio Echaniz”, dice con satisfacción.

 

De esa manera pudo compartir lindos momentos con “gente muy conocida”. Y por supuesto fue convocado por políticos: “Hice los retratos oficiales de Rubén Marín, Carlos Verna, Oscar Mario Jorge junto a Cacho Campo… y tengo un aprecio especial por quien fue intendente de Winifreda, ‘Chiqui’ Cases. También retraté a Titi Marinelli, cuando proyectaba su candidatura al Club de Leones…”, completa.

 

La fama de fotógrafo de René empezó a crecer, y le tocó estar en muchísimos casamientos. “Puedo mencionar a Alba Marín y Pablo Ruggero, Lisandro Ranocchia y Valeria Losada, el periodista Diego Cabot y Mariana Erquicia, Varinia Marín y Gustavo Parra Morón, Marcos Aguerrido y Andrea Vázquez, Pablo Jorge y María Silva, Patricia Asquini y Jorge Rodríguez, Aixa Santos y Oscar Guibelalde, José Luis Scarpello y Erika Milano, Martín Matzkin y Mariana Zubillaga, María Bilbao con Mariano Rully, Javier Gil y Andrea Orden, Sergio Samper y Gisela Colombo. Es larga la lista”.

 

Y agrega una mención especial para una estrella del básquet de la NBA y la Selección Argentina: “Me tocó hacer las fotos del casamiento de ‘Chapu’ Nocioni y la joven de General Pico Paula Raquel Aimonetto”, completa.

 

'
'