Miércoles 24 de abril 2024

El masajista, un esencial

Redacción 29/05/2023 - 08.16.hs

En estos tiempos de tantas preocupaciones, donde vamos de aquí para allá casi siempre apurados, tratando simplemente de vivir un poquito mejor -nada más ni nada menos-, existen esos momentos en que las personas necesitamos un rélax. Y para eso qué mejor que poder disfrutar de una buena sesión de masajes.

 

Hubo tiempos en que nuestros mayores -una enorme mayoría- que obviamente también tendrían sus problemas y habrán afrontado situaciones complicadas, no conocieron las bondades de un masaje relajante. Hoy en día esa posibilidad aparece al alcance de la mano, porque por todas partes aparecen personas que ejercen el oficio o la profesión de masajistas.

 

¿Para qué sirven los masajes? Puede señalarse que no sólo es una técnica de bienestar, sino que también es una terapia para aplacar dolores, recuperarse de lesiones, mejorar la circulación y producir una sensación general de alivio.

 

Hay masajistas -hombres y mujeres- buenos y no tan buenos. Muchos son verdaderos expertos pero también están los que se animan a empezar un oficio y lo intentan a modo de salida laboral. Pero es verdad que algunos resultan eficientes y tienen muchos pacientes que valoran el tratamiento que llevan adelante.

 

Uno de ellos, de los mejores masajistas -a juzgar por la experiencia de quien esto escribe (que recorrió muchos desde hace años)- es Carlos Elpidio Zunino, a quienes muchos conocen como “Cachorro”.

 

Profesor de Educación Física, nacido en San Juan pero radicado hace muchos en Santa Rosa, Zunino es muy conocido porque trabajó en diversos lugares, uno de ellos el Club Deportivo Mac Allister. “Hace seis meses dejé de trabajar en el club y desde entonces me dediqué de lleno a lo que aprendí en Córdoba, en la Facultad de Quineología y Fisioterapia en un curso para profesores y alumnos de último año de Educación Física, que duró ocho meses y tuvo una intensidad en la semana de tres horas cada día, tres días por semana”, cuenta.

 

Se recibió y salió “con el certificado de masoterapeuta deportivo, que se diferencia un poco de lo que es el masaje común. Me dedico bastante a recuperación de de personas que vienen de después de haber sido tratado por profesionales como kinesiólogos, traumatólogo. Pienso que hoy en día creo que el masaje es muy importante, y una de las formas más comúnmente practicadas de bienestar”.

 

Estuvo en Malvinas.

 

Sobre su historia personal dice que su padre se llamaba Elpidio Felipe y “era contador; mi madre Olga maestra, directora de escuela; y tengo una hermana Silvia. Diría que en mi familia todos hemos estudiado”.

 

Le tocó el Servicio Militar y perteneció al grupo de la Policía Aeronáutica del Aeropuerto de San Juan. “Hice dos años y el 4 de abril de 1982 me reincorporaron para el conflicto con Gran Bretaña, donde pertenecí a la V Brigada Aérea. Me dieron destino en Palomar y me tocó ir a las Islas”, narra. Obviamente los sucesos más horrendos de la guerra los vio de muy cerca, y algunos de sus amigos quedaron para siempre en Malvinas.

 

Y sigue: “Cuatro días después del final de la guerra me dieron la baja y regresé al continente. Me preguntaban qué iba a hacer y dije que quería estudiar Geografía, pero cuando iba a la facultad me encuentro con mi profesor de gimnasia que me dijo que yo tenía que seguir Educación Física. Y le hice caso... hice un año en el INEP de San Juan y luego terminé mi carrera en la Universidad Nacional de Río Cuarto donde me recibí”.

 

En Santa Rosa.

 

Un día decidió que vendría a esta ciudad. “Empecé a trabajar con la mamá de los chicos de acá en una despensa en Villa Elvina... después di clases en la escuela, y también trabajé en clubes. En Estudiantes, en las colonias de vacaciones, y más tarde en el Deportivo McAllister. Y de ahí tengo que decir con orgullo que muchos de los pibes que estuvieron conmigo ya están jugando a nivel internacional como Nicolás Capaldo", resume.

 

Desde que se fue de Mac Allister se dedicó de lleno a la tarea de hacer masajes, y tiene realmente una enorme cantidad de personas que acuden a que sus manos virtuosas le produzcan el alivio que van a buscar.

 

“No me puedo quejar... trabajo todos los días con muchos turnos, pero además voy a varios pueblos del interior. No estoy arrepentido para nada de esta decisión de dedicarme de pleno a esto”, señala Carlos. Es uno de esos profesionales que saben muy bien de qué se trata... y casi que se podría decir que es uno de los mejores de por aquí. Y ha sido precisamente el boca a boca, eso de que una persona le comente a otro lo bien que es tratado para que más gente se sume a pedirle un turno.

 

Es uno de los tantos que han hecho de la condición de masajista, su profesión. Y, la verdad, está bueno recibir unos buenos masajes. ¿O no?

 

El masaje, desde el fondo de los tiempos.

 

Si bien se ha popularizado en estos tiempos, lo cierto es que la práctica del masaje viene de tiempos inmemoriales. Dicen los que dicen saber que Galeno, el médico griego que aw destacó en Roma, desarrolló innumerables técnicas de masajes que aplicaba a los gladiadores. En su libro “Gimnástica” llegó a clasificar distintos tipos de masaje y podríamos decir que es el fundador del masaje deportivo o terapéutico.

 

Pero incluso hay que ir bastante más atrás porque en China, el libro Nei Ching, considerado como una referencia en el fundamento médico tradicional y escrito en el 1000 a.C., ya se reflejaba el masaje como una técnica eficaz para tratar diversas dolencias.

 

Más aportes señalan que la fecha más temprana de origen en la historia del masaje se remontaría al 2700 a.C., cuando se supo de un libro histórico sobre las tradiciones medicinales chinas titulado "El libro clásico de medicina interna del emperador amarillo". No obstante no se tradujo y publicó hasta el siglo XX, y ahora se considera uno de libros básicos de masaje, que detallan las prácticas y técnicas que se utilizan. Se inclue la acupuntura y la acupresión, que están bien relacionados entre sí.

 

Sería en el antiguo Egipto, un par de siglos más tarde, cuando los egipcios desarrollaron la técnica de la reflexología, una parte vital de algunas de las culturas más grandes en la historia antigua, incluida la antigua Grecia y Roma. Esa práctica se basa en la idea de que el cuerpo tiene puntos en los pies que se reflejan en todos los órganos del cuerpo; y se cree que un masaje aplicado a una determinada parte del pie estaría incidiendo en un órgano particular en el cuerpo.

 

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