“Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”

La irrupción del fenómeno Milei ha provocado un cimbronazo en la vida política y social de nuestro país. El candidato, con su postura extravagante e ideas antidemocráticas, logró el apoyo de millones de argentinos. En sus propuestas, manifestadas en momentos de impunidad mediática, renegaba de la denominada casta política, proponía la dolarización, desaparición del Estado, privatización de la educación y la salud, hasta de las calles, venta de órganos, y romper relaciones con Brasil y China, nuestros principales socios comerciales. En ese momento intentábamos explicar el advenimiento de una ultraderecha sin antecedentes en el mundo.

Sin embargo, después de las elecciones, cuando queda abajo por siete puntos de Massa, llegó el acuerdo sumiso con Macri y el león se transformó en un gatito mimoso (Bregman dixit).

Por el momento no me voy a detener en los síntomas de su desequilibrio emocional y mental.

Lo relevante es que a partir de ese pacto hay una negación implícita de los postulados que logró convocar a un electorado que lo siguió con furia. Ahora, en una suerte de amnesia exprés, se olvida de sus ideas extremistas y se abraza a la casta más rancia de la Argentina.

“Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”, es una frase atribuida a Groucho Marx, que bien le cabría al candidato libertario.

Entonces sumamos un peligro más a una persona con poco equilibrio en todos los niveles. Es capaz de traicionar a sus votantes para acceder al poder. Al final resultó peor que aquellos que durante horas de TV se pasó difamando. Como lo expresó Juan Grabois: “El peor de los traidores es el que traiciona sus propias convicciones”. La pregunta final sería ¿a quién van votar los seguidores de Milei?

Miguel Tanos

Ex ministro de Educación de La Pampa.