Domingo 15 de junio 2025

American Papa

Redacción 15/06/2025 - 00.20.hs

Están insoportables los yanquis con eso de que León XIV es "el primer papa americano". Señores: el primer papa americano fue Bergoglio, viejo y peludo. Todo bien con que se hayan afanado el nombre del continente, pero no pretendan que les dejemos pasar este intento de birlar la primacía argentina en esto de colocar nuestra gente a cargo del Vaticano. Bien pensado, el nombre "América" se lo regalamos. El viejo Vespucio ni siquiera fue el descubridor de nuestro continente (tampoco Colón, los vikingos llegaron antes). Y ya que estamos, podríamos discutir eso de que las cosas sólo las pueden descubrir los europeos. La verdad histórica es que los únicos descubridores fueron los humanos primitivos que, partiendo de su origen en el sur de África, pasito a pasito fueron poblando el mundo hasta acabar en la Patagonia, que es donde se les acabó el mapa. Los africanos descubrieron Europa.

 

Chicago.

 

Pero volvamos al papa actual, Robert Francis Prevost ("Bob", para los amigos) quien efectivamente nació en EEUU -más precisamente en Chicago, Illinois- pero que cuando pudo elegir, adoptó la ciudadanía peruana, tras décadas de ejercer su ministerio ahí en Chiclayo. De hecho, en su discurso inaugural sólo se apartó del italiano para hablar en español y saludar a su diócesis peruana.

 

Y para hacer las cosas más complejas, un señor llamado Henry Louis Gates acaba de publicar una investigación en la que revela el árbol genealógico de Prevost, llegando tan lejos como el Siglo XVI en España. Y el cóctel étnico resultante, que incluye hasta ancestros africanos recientes, no puede ser más variopinto.

 

El cuadrito identifica a unas cien personas, que se remontan hasta quince generaciones atrás. Los primeros recontrabuelos por el lado materno eran unos hidalgos nacidos en la ciudad de Isla, en el norte español. Pero ya en la segunda generación conocida empiezan los viajes a América, puntualmente el militar Diego de Arana Isla, que anduvo intercambiando sablazos y balazos allá por Panamá.

 

Bolivia.

 

Sorprendentemente, a través de una hermana de este Diego, el Papa tiene un parentesco lejano con Antonio José de Sucre, gran patriota de la independencia americana, amigo cercano de Simón Bolívar, héroe de la batalla de Ayacucho, y primer presidente electo de Bolivia.

 

Diego terminó sus días en La Habana, Cuba, donde se afincó su familia por cuatro generaciones hasta que terminaron en los EEUU.

 

Por el lado paterno el árbol se corta mucho antes: sólo llega hasta su abuelo, Salvatore Giovanni Gaetano Riggitano Alito, nacido en Sicilia, y emigrado a Norteamérica a comienzos del siglo XX. Curiosamente este abuelo estuvo a punto de ordenarse como sacerdote, cosa que de haber ocurrido nos hubiera privado del actual Papa.

 

Y es en esta generación que las cosas se ponen interesantes: advertirá el lector que el Papa no lleva el apellido de su abuelo paterno, y hay una buena razón para ello: su apellido viene del lado de su abuela, Suzanne Louise Marie Fontaine, nacida en Francia, quien no era la esposa de Salvatore, sino su amante. Se conocieron mientras los dos ejercían la docencia, y el escandalete incluyó una denuncia de la esposa engañada, un arresto policial contra la pobre Suzanne, y hasta un artículo en el periódico denunciando esa "relación impropia". Mirálos vos a los abuelitos.

 

Francia.

 

El Papa tiene ancestros franceses por ambas ramas de la familia: de los que se ha podido identificar, hay 40 franceses, 24 italianos y 21 españoles. La rama francesa había emigrado originalmente a Quebec, Canadá, para luego trasladarse a Nueva Orleans, también un enclave fraco-parlante. Curiosamente, por este lado canadiense, Prevost tiene parientes lejanos célebres, como el ex presidente Justin Trudeau, la actriz Angelina Jolie, la política Hillary Clinton, el escritor Jack Kerouac y los músicos Justin Bieber y Madonna.

 

Ahí en Nueva Orleans se producen detalles interesantes: así como en el listado de abuelos figuran al menos cuatro blancos que eran propietarios de esclavos, también hay al menos 17 ancestros de origen africano, o sea, ex esclavos. Créase o no, ocho de estos abuelos negros supieron ser, a su vez, propietarios de esclavos.

 

La sorprendente variedad étnica de este árbol genealógico no deja de ser una metáfora adecuada para América, y no sólo la del norte. Somos eso: una fusión, un menjunje de mil ingredientes.

 

En momentos en que el gobierno norteamericano ha emprendido una caza de brujas contra los inmigrantes, y mientras la ciudad de Los Angeles -y varias otras también- está en llamas por los choques con la policía en las manifestaciones contra las deportaciones compulsivas, vale la pena recordar esta historia. Porque, como dice la canción de Jorge Drexler: "Yo no soy de aquí, pero vos tampoco".

 

PETRONIO

 

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