Martes 13 de mayo 2025

Gollán: “Es un desfinanciamiento brutal”

Redacción 13/05/2025 - 00.08.hs

La consigna del encuentro se enfocaba en la grave situación del sistema de ciencia y tecnología por la motosierra libertaria. Pero el intercambio entre panelistas y asistentes produjo un debate en torno a “la batalla cultural”.

 

En estos tiempos de confrontación abierta, cuando la máxima investidura del país apela al discurso grosero para incentivar el odio y convocar a la violencia, cualquier invitación al diálogo y la reflexión resulta un bálsamo. De todas maneras, más allá de una búsqueda colectiva de cordura para enfrentar la demencia libertaria, probablemente quienes ayer colmaron el Salón del Consejo Superior de la UNLPam hayan acudido movidos también por la desesperación que provoca el brutal desfinanciamiento del sistema universitario nacional.

 

Encabezado por los presidentes de las comisiones de Ciencia y Tecnología de ambas cámaras del Congreso nacional, la senadora Silvina García Larraburu y el diputado Daniel Gollán, allí se desarrolló el conversatorio “Democracia y conocimiento. Diálogos urgentes para un futuro común”.

 

Gollán, ministro de Salud de Cristina Fernández durante 2015 y ministro de Salud de la provincia Buenos Aires entre 2019 y 2021, le puso números al recorte presupuestario: “un desfinanciamiento brutal. Según la ley vigente, este año al sector científico tecnológico le correspondería un 0,48% del presupuesto nacional, pero al ritmo que llevamos terminaremos ejecutando un 0,18%”, recordó.

 

Los legisladores compartieron la mesa de oradores con Oscar Alpa, rector de la UNLPam y presidente del CIN; tres referentes del Conicet, Alberto Baruj, actual vicepresidente; Ana Franchi, ex presidenta, y Luz Lardone, directora por organismos de Ciencia y Técnica; la diputada nacional Marcela Coli (UCR-La Pampa); Adriana Serquis, ex presidenta de CNEA; Yamile Sokolovsky (Conadu); Mario Romero (Apinta) y Oscar Galante, asesor de la Comisión de Ciencia y Técnica, en Diputados.

 

“Además de incumplir la ley de financiamiento, este gobierno no transfirió recursos de distintos programas; tampoco abrió el ingreso a nuevos investigadores ni permitió el acceso de aquéllos que habían aprobado sus exámenes y concursos durante 2023”, denunció. Y recordó que, al revés de lo que propone Javier Milei, el mundo desarrollado reconoce el aporte crucial del sector ciencia y tecnología, sin el cual ningún crecimiento es posible: “por eso, en todos los países, el impulso principal y la mayor inversión los realiza el Estado, sumando los capitales privados en etapas posteriores”, señaló.

 

Consulta vinculante.

 

Según Gollán, un eventual “futuro común” para el financiamiento del sistema universitario podría tener el camino marcado. “Varias universidades presentaron una propuesta para convocar a consulta popular vinculante, de acuerdo al Artículo 40 de la Constitución Nacional”, dijo. En diálogo con LA ARENA reveló que presentó un proyecto con ese fin, aunque antes de llegar al recinto deberá sortear el debate previo “en la Comisión de Legislación General, donde el oficialismo tiene mayoría”.

 

Ese artículo, incluido en la reforma de 1994, dice: “El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será automática”. La consulta popular vinculante fue reglamentada en 2001, mediante la ley 25.432, pero en 31 años todavía no se hizo ninguna. “Para que tenga legitimidad, su convocatoria debe contar con apoyo de la ciudadanía, y para eso hay que militar esta iniciativa, desde los claustros, los centros de estudiantes y la comunidad”, añadió. Si finalmente prospera, será la primera consulta popular de la historia, exceptuando el plebiscito convocado por Raúl Alfonsín en 1984, para resolver el diferendo con Chile por el canal de Beagle.

 

Batalla cultural.

 

Sin embargo, la cuestión que alimentó el debate durante las tres horas que duró el conversatorio trascendió la problemática específica de ciencia y técnología, y fue “la batalla cultural”, esa pelea para la cual Milei dice contar con “las fuerzas del cielo”.

 

“Debemos escuchar y tratar de entender a las nuevas generaciones, esos jóvenes que hoy rechazan la democracia y el Estado nación, dicen que no están interesados en la política, no se juntan con la gente, viven encerrados dentro de una casa, se comunican por internet y no salen ni para ir al supermercado. Escucharlos, tratar de entenderlos y no cuestionarlos porque no quieren estudiar, ni trabajar, ni militar y son individualistas. Es gravísimo que repudien la democracia y el Estado nación, pero tenemos que escucharlos y tratar de entender”, dijo García Larraburu.

 

Reside en Bariloche y es senadora por Río Negro, pero confiesa que sus raíces “siguen en La Pampa, porque toda mi familia vive acá”. Silvina es bisnieta de Martín Larraburu, aquel mítico intendente de General Acha que gobernó 20 años seguidos, entre 1923 y 1943.

 

Hubo un rico intercambio entre los asistentes al conversatorio y los 11 oradores del panel. Ensayaron distintas propuestas teóricas y posibles caminos a seguir para resistir y enfrentar el modelo libertario. Para Marcela Coli, “los partidos políticos todavía no hicieron una autocrítica seria. Es cierto, la tecnología nos atravesó y por eso durante la campaña no podíamos entender cómo fue que en Limay Mahuida conocían a Milei y, además, lo votaron. Ni la UCR ni el PJ han hecho una actualización necesaria de su vida interna”.

 

Y advirtió que “esa crisis de institucionalidad y representatividad” inclina el campo de batalla, que “no es sólo cultural, sino sindical y política, donde los impactos son muy significativos y de allí la necesidad de enfocar la mirada hacia adentro”.

 

El asesor Oscar Galante recordó que “construir es muy difícil y costoso, pero destruir es fácil y rápido”. Javier Milei muestra “un discurso disruptivo y recortado. El problema es que ese discurso sintoniza muy bien con la gente y cuesta mucho desarmarlo”. Debe ser por eso que “las ciencias sociales son el blanco principal, sobre el que enfocan los ataques más fuertes: las ciencias sociales son el ámbito desde el cual resulta posible desarmar ese discurso”.

 

Betty Dillon pidió “bajar al territorio”.

 

Una reflexión de Betty Dillon caló hondo en muchos que los asistentes. Se presentó como “geógrafa de territorio” y dijo: “como investigadora científica decidí hace mucho que a la ciencia hay que hacerla abajo. Y ahí fui, ahí estamos y ahí permaneceré, porque discutir esto acá es seguir mirándonos a nosotros mismos, en cambio el territorio nos reclama que estamos dejando que nos ganen la batalla territorial. La gente necesita que compartamos saberes pero no desde acá arriba, sino yendo al llano, donde también hay saberes y hay ciencia, a la que podremos ponerle palabras y método, pero es ciencia del territorio y de la gente”.

 

Las personas hacen ciencia “cotidianamente en un barrio popular, en una huerta comunitaria” y citó el caso del “barrio popular de Toay (Chakra Raíz) no reconocido por el Estado que hoy organiza su propio congreso de acceso a la vivienda. Ahí tenemos que estar, porque nos necesitan. Siempre creí en la militancia científica pero estaba encerrada en mi oficina haciendo ciencia, hasta que un día dije: a mí me necesitan ahí, no para que les diga qué hacer sino para compartir. Esa es la batalla cultural porque el territorio nos está reclamando y tenemos que bajar ahí. Si somos individualistas, también nosotros hemos contribuido. Por eso yo no discuto más. Lo que hago es ir ahí abajo, a lo colaborativo, para compartir con gente que nos ofrece saberes para que nosotros podamos hacer ciencia”.

 

“Hace mucho nos dimos cuenta que el discurso neoliberal permeó las clases populares de manera cruel, pero no sólo desde las redes. Algunos no tienen redes y el discurso permea, ni televisión hay, pero el discurso permea. Vi puestos en el oeste pampeano que tienen colgada una foto de Eva Perón, pero votaron a Milei: eso quiere decir que no nos están ganando, nos estamos dejando ganar. Vayamos al territorio, todos juntos con la física, la química, la ciencia veterinaria, hagamos extensión y divulgación. Vayamos al territorio y ahí veremos cómo están las cosas y cómo podemos cambiarlas. Yo creo en los microterritorios, las resistencias territoriales y la reexistencias territoriales: por eso, tengamos bien claro dónde estamos, adónde queremos ir y cómo queremos hacer ciencia”.

 

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