Sabado 10 de mayo 2025

“La cultura como quehacer colectivo”

Redaccion Avances 08/03/2025 - 16.24.hs

El término ch'ixi, o cheje, viene de la lengua aymará y refiere a una forma de ser y de saber lo uno en relación con lo múltiple, y lo múltiple en relación con lo uno. Esta filosofía se plantea en el espacio cultural Cheje, donde confluyen talleres y propuestas de lo más diversas y del cual decantó Barba de Chiva, una cooperativa compuesta por trabajadores de la cultura y el arte.

 

Rosana Carreño y Jorgelina Marchant son dos de las 30 personas que conforman el espacio cultural autogestionado que supo estar sobre la calle Hipólito Yrigoyen y hoy funciona en Alvear 455, en Santa Rosa. Ambas son docentes jubiladas, y son las responsables de armar la grilla de eventos que se desarrollan en Cheje.
“Tenemos dos patas fundamentales: por un lado tenemos los talleres anuales, que algunos ya comenzaron. Hay propuestas para todas las edades y todos los gustos: cerámica, yoga, canto, teatro, percusión, candombe, dibujo, pintura, y muchas otras. Por el otro lado tenemos eventos: exposiciones de arte en la galería, música en vivo, seminarios, talleres intensivos”, contó Rosana.

 

Hace unos cinco años comenzó a gestarse el proyecto: “Las personas que iban a un espacio que teníamos de cerámica en la calle Alsina nos pedían cosas, nos sugerían que sumáramos otras cosas, y ahí empezamos a abrirnos de a poquito, invitábamos a amigos a dar talleres, hicimos eventos… hubo uno de cierre de año que se llenó hasta la calle de gente, salió tan bien que dijimos ‘esto tendría que seguir’, y ahí nos empezamos a encantar con la idea de abrir un espacio así”.

 

 

Talleres.

 

Desde hace tres años el espacio funciona en una casa, donde conviven propuestas de lo más diversas, y se sostiene a través de los aportes de los 18 talleres que hoy funcionan allí. “Todo se trabaja cooperativamente, todas las decisiones se toman en conjunto en asambleas mensuales; los talleristas cobran sus aranceles y una parte de esa recaudación es aporte para el espacio”, detallaron en una charla con LA ARENA.

 

“También valoramos mucho que los mismos artistas nos busquen para traer ideas, porque han encontrado acá un espacio muy cómodo de trabajo; por poner ejemplos, hemos tenido desde obras de teatro con mini-escenas en varios de los cuartos de la casa, hasta presentaciones y escuchas de discos. Queremos que Cheje se instale también como un lugar de pertenencia, tanto para talleristas y artistas como para la gente que viene a disfrutar de las propuestas”, resaltaron.

 

 

Cooperativa de trabajo.

 

De este recorrido en el ámbito cultural y artístico, comenzó a decantar la necesidad de una organización más formal. Así fue que se creó Barba de Chiva, una cooperativa de trabajo integrada por Cheje, el Taller de Cerámica “Barreales” y la Escuela de Tambores.

 

“Con Barba de Chiva veníamos más o menos desde 2022, y en 2023 conseguimos la matrícula nacional y provincial”, recordó Jorgelina. “Surgió por la necesidad, más que nada, de tener una herramienta de gestión formal. Porque el funcionamiento como una cooperativa con tomas de decisiones en asamblea ya estaba”.

 

También apareció la necesidad de darle mayor formalidad a las y los trabajadores de la cultura. “La mayoría de las personas que están en espacios autogestivos son monotributistas y no siempre se podían sostener. Entonces surge como una forma de paliar un poco con esa situación precaria y sobre todo reivindicar el trabajo cultural y artístico. Acá hay talleristas que viven de dar talleres y de vender sus creaciones. Por ahí cuando uno piensa en una cooperativa de trabajo piensa en otro tipo de cooperativas, más que en las que tienen que ver con la cultura y el arte. Entonces queremos poner por sobre todo la idea de que este es un espacio en el que se trabaja”.

 

 

Cultura y construcción.

 

Tanto desde la Casa Cultural Cheje como desde la cooperativa Barba de Chiva, proponen la cultura como algo que se teje en comunidad y tendiendo lazos con diversos espacios. “Al constituirnos formalmente como cooperativa se nos abrieron muchas posibilidades. Una de esas es el intercambio con otros espacios sociales, por ejemplo laburamos mucho con el Desayunador de Villa Germinal y con el barrio Escondido”.

 

También le dan importancia a manifestarse con respecto a otras cuestiones sociales, y a la defensa de los derechos humanos. “Tenemos una política muy definida con respecto a la diversidad, a los derechos humanos, porque queremos que este sea un espacio amigable y abierto. La bandera de Cheje siempre acompaña las marchas por derechos humanos, este sábado vamos a estar presentes también en la marcha del 8M. También muchas de las personas que dan talleres acá son disidencias, entonces ese respeto lo defendemos como parte innegociable del espacio”.

 

“Entendemos la cultura como un ida y vuelta constante y un quehacer colectivo. Y algo que atraviesa todos los aspectos de nuestra vida, desde la comida hasta el bienestar físico; de ahí también la diversidad de propuestas que se desarrollan acá. Apostamos todos los días a la unidad, especialmente necesaria en estos tiempos donde no vemos que a nivel nacional haya una mirada cuidadosa ni valorativa del aporte del arte y la cultura a la sociedad, del respeto a los derechos humanos, de las mujeres y las disidencias”, concluyeron.

 

 

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