Las pericias comprometen más a Roldán
En la segunda jornada de juicio contra Francisco Roldán, por el homicidio de Lía Falcón, el imputado quedó muy complicado luego de la comparecencia del perito forense y el de Accidentología de la AIC.
Mauro Rossi era el responsable de la Sección Accidentología de la Agencia de Investigación Científica y estuvo a cargo de las pericias en Circunvalación y Cavero, la tarde del accidente, que terminó con la vida de la joven de 22 años.
Rossi explicó que al llegar al lugar se tomaron muestras fotográficas que certificaron que “la visibilidad de la víctima era óptima y lo mismo desde el vehículo”. Dijo que al observar el Ford Falcon de Roldán presentaba “retracción del paragolpe y guardabarros, rotura del faro delantero derecho y el parabrisas, y una deformación de la puerta delantera derecha”. Añadió que más de 20 de carrera, “no recuerdo haber tenido un embestida peatonal con esa magnitud de daño. Yo creía que había una moto involucrada, por la magnitud de daño del vehículo y las deformaciones producidas”.
Pericia.
Rossi señaló que con las mediciones obtenidas en el lugar del siniestro y los videos obtenidos de dos de las cámaras de seguridad del Frigorífico Pampa Meat y un informe de la sección semafórica de Santa Rosa, se realizaron las pericias con un software especialmente diseñado para esa función.
“Una prueba fundamental, y más que certera, es el video en el que se observa toda la mecánica del siniestro. Los comportamientos previos del conductor y la víctima, el impacto y desplazamientos posteriores al punto de impacto”, destacó Rossi.
En ese momento, se exhibieron los videos en los que se observa el momento del siniestro vial en la sala de audiencia, y Alejandra Falcón, la mamá de Lía debió salir del lugar con asistencia de Oficina de Atención a la Víctima y el Testigo. Roldán observó los videos, inmutable ante las imágenes, en la sala.
En base a las imágenes, Rossi explicó que “uno de los puntos de pericia era el ángulo de incidencia, se trata de una embestida peatonal, con el vértice delantero derecho en el flanco izquierdo de la peatona, sobre la senda peatonal”.
“El segundo punto de pericia es la velocidad estimada. En base a la evidencia recolectada, se realiza el cálculo de velocidad, por la posición del cuerpo, por las huellas de frenada o por el video. Yo utilicé los videos porque tienen un rango de variable más preciso, se efectúan las pericias mediante ecuaciones matemáticas. No todos los videos sirven para hacerlo, este sirve por el ángulo focal, que es casi perpendicular al desplazamiento del vehículo”, dijo.
En esa línea, señaló que “se calcula en el video la cantidad de cuadros por segundo y se calcula por la distancia recorrida. La prueba determina que recorrió 12 metros en 0,4 segundos. La velocidad media sería de 108 kilómetros por hora. Nos da un rango de entre 99 y 117 kilómetros por hora”.
“En los videos no se alcanzaba a ver la iluminación de los semáforos. Teníamos la secuencia semafórica de la Municipalidad, y buscamos un punto de anclaje que nos permite calcular en qué momento se produce la colisión. El elemento más fuerte fue un vehículo que estaba detenido en la colectora, que da inicio de marcha correspondiente con el resto de los vehículos, corroborado con las declaraciones de la conductora, que inicia su marcha cuando se pone en verde”, explicó el perito.
“Ese punto de anclaje nos permitió indicar que el vehículo de la colectora inicia la marcha, y el impacto se da 0,8 segundos después. Es decir, que el impacto se da 2,8 segundos después de que el semáforo que cruza Roldán estaba en rojo, calculando que viajaba a 108 kilómetros por hora, recorrió 84 metros con el semáforo en rojo”, añadió.
Asimismo, indicó que “el cuerpo de Lía quedó a 50 metros del punto de impacto. Desde ese punto, Roldán recorrió 31,5 metros hasta que empezó a frenar. Y tardó 84 metros más en detenerse. Las huellas de frenado son todas posteriores al sector de la colisión, no hay huellas de frenado previas”.
Otro indicio de la velocidad del vehículo es que al momento del impacto “la víctima vuela y el auto pasa por abajo. Que la víctima pase por encima del techo del auto es un indicativo del exceso de velocidad. Las estadísticas concuerdan en que en un impacto con un peatón a más de 60 kilómetros por hora la posibilidad de sobrevivir es nula”, aseguró.
Autopsia.
El forense del Poder Judicial, Pablo Véliz, que estuvo a cargo de la autopsia de Lía, dijo que “tenía múltiples escoriaciones en su cuerpo, sobre todo del lado izquierdo, producto del raspado por arrastre en el asfalto. Presentaba muy graves traumatismos de cráneo, cuello y tórax. Además fracturas de húmero izquierdo, tibia y peroné de las dos piernas”.
Véliz describió que “además de las fracturas en cráneo y cuello, tenía fracturas en ambas partes de la parrilla costal, que le provocaron hemoneumotorax en los dos lados. Lía murió en el acto, post impacto. Comentaron que habían hecho maniobras intentando resucitarla, pero con las lesiones que tenía eso era imposible”, aseguró.
Teléfono.
Ariel Erviti, jefe de la División Análisis de las Telecomunicaciones, dijo que se hizo una pericia el 9 de abril, a partir de un pedido de la jueza Florencia Maza, en la que se realizó la apertura del teléfono de Roldán.
Detalló que “entre las 16:58 y las 17:02 se registraron múltiples cookies de acceso a la billetera Mercado Pago, desde la aplicación. A las 16:58:43 estaba en la estación de servicio de Circunvalación y Schmidt. La última cookie que se registra es 16:59:02. A las 17:02:02 se registra una llamada saliente al contacto Fabi. De 2 segundos. Los registros fueron borrados del teléfono, y el sistema los recuperó. No hubo acceso a redes sociales”.
“No tuvo la intención de frenar”.
Las primeras testigos de la segunda jornada fueron dos mujeres que estaban paradas en la colectora de Circunvalación (Norte-Sur), esperando el semáforo para doblar a la izquierda en la esquina del siniestro. Fueron además, las primeras en asistir a Lía.
La primera mujer, de apellido Maldonado, dijo que “estaba esperando en el semáforo, cuando se puso en verde arranqué, miré para ambos lados y vi aparecer el auto de Roldán muy fuerte, no tuvo intención de frenar. En ese momento sentí un estruendo y vi un cuerpo que voló”. La mujer dijo que le costó mucho volver a circular por la esquina del siniestro. Su vehículo fue tomado por el perito para calcular el cambio de semáforo, y confirmar que Roldán cruzó con luz roja.
La mujer dijo que “después del impacto crucé del otro lado, y bajé a tratar de ayudar a Lía. Roldán vino corriendo y le grité ‘Hijo de p… qué hiciste’. Me preguntó si estaba llamando a la ambulancia, le dije que sí y se volvió a su auto. No lo vi más. En eso, con otra chica empezamos a hacerle RCP a Lía”, explicó.
La segunda testigo, de apellido Alvarado, dijo que sintió el impacto “cuando salía de la colectora para doblar en Cavero. Pensé que habían chocado a una moto por el ruido, estacioné y fui adonde estaba el cuerpo de Lía mientras llamaba al 107. Me atendieron y me dijeron que ponga el altavoz”.
“Estaba toda ensangrentada, con la ropa rajada, del 107 me guiaban mientras le hacía RCP. La gente me gritaba que no la toque, pero sé hacer RCP porque trabajo como promotora de salud, así que seguí haciendo la maniobra. Cuando llegó la policía le pedí que corten la calle. El asfalto estaba muy caliente, me quemaba las piernas haciéndole la maniobra, imagináte como estaba el cuerpo de Lía”, se lamentó.
“Pensé que no la tocaba”.
Juan Gallego, cabo 1° de la Seccional Séptima, manejaba el segundo patrullero que llegó al lugar del siniestro vial. “Nos constituimos en el lugar, buscaba una moto, que es lo más común en los accidentes en ese lugar, y vi el cuerpo de la chica en el piso, y una señora rubia que le estaba haciendo RCP”, explicó. Y añadió que “pregunté quiénes era los involucrados y Roldán me dijo que él. Repetía ‘venía con el teléfono’, se agarraba la cabeza, y me dijo ‘venía jugado con el semáforo, tendría que haber pasado por el lado del paredón. Pensé que no la tocaba’”, aseguró el policía. Asimismo, dijo que “Roldán estaba charlando con unos allegados, a unos 60 ó 70 metros de donde estaba Lía. No se acercó al cuerpo. Se lo veía tranquilo”, indicó.
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