Domingo 07 de diciembre 2025

Un alineamiento que hace empalidecer las relaciones carnales

Redacción 07/12/2025 - 00.15.hs

Milei recibió en Río Cuarto, Córdoba, los primeros seis cazabombarderos F-16, que la Argentina le compró a Dinamarca, en una negociación conducida por Estados Unidos. Los pilotos argentinos aún tienen que aprender a manejar esa chatarra voladora,

 

Horacio Verbitsky

 

El alineamiento del gobierno de los Hermanos Milei con el estadounidense de Donald Trump hace empalidecer las relaciones carnales tal como las concibió Carlos Menem, su canciller chistoso Guido Di Tella y su ideólogo del realismo periférico, Carlos Escudé (el único que tuvo tiempo y lucidez para criticar su propio libreto. Cuestionó la sumisión excesiva a Estados Unidos, y señaló su falta de reciprocidad, al advertir el posible colapso de la convertibilidad, sin que a la gran potencia se le moviera un músculo). Eso, al parecer ha cambiado, porque Trump le echó una mano a Milei para rescatarlo del abismo, según las palabras de su ministro de Economía Scott Bessent. Que eso vaya a repetirse ad infinitum es apenas conjetural, y estos días ha habido indicios fuertes de tensión y malestar en ambos extremos de la línea: enredado en una gresca doméstica con el presidente del fútbol argentino, Milei canceló su viaje a Washington, donde iba a encontrarse con Trump en el sorteo del fixture del campeonato mundial, que tendrá sede en los tres países de Norteamérica. Sin explicitar que era una represalia, Bessent eliminó un nuevo viaje programado a la Argentina.

 

El viernes, el presidente llamó a su Documento de Estrategia de Seguridad Nacional 2025 "el corolario Trump de la Doctrina Monroe". Por primera vez el eje de la seguridad de Estados Unidos pasa por Subamérica, que ellos llaman Hemisferio Occidental. El documento tiene un aire de familia al discurso antiwoke que Milei pronunció en Davos y devela cual fue su inspiración. Pero también se aprecia la desproporción del gobernante de un país de segundo orden, que habla como si representara a una superpotencia.

 

En su estilo grandioso, Trump afirma que "ningún gobierno ha logrado un cambio tan rotundo en tan breve lapso", y menciona: Restauramos las fronteras soberanas y desplegamos a las FFAA para detener la invasión de nuestro país; erradicamos de nuestras Fuerzas Armadas la ideología extrema de género y el progresismo lunático; comenzamos a fortalecer a las Fuerzas Armadas con un billón de dólares de inversiones; reconstruimos nuestras alianzas e hicimos que nuestros aliados incrementaran su contribución a la defensa común, incluyendo el aumento del 2 al 5% del Producto Bruto de los países de la OTAN en defensa; liberamos nuestra producción de energía para asegurar nuestra independencia, e impusimos históricos aranceles para que regresen al país industrias críticas; en la Operación Martillo de Medianoche redujimos la capacidad nuclear de Irán para enriquecer uranio; designé a los cárteles de la droga y a las organizaciones criminales que operan en nuestra región como terroristas; en apenas ocho meses resolvimos ocho conflictos violentos, entre Camboya y Tailandia; entre Kosovo y Serbia; entre el Congo y Ruanda; entre Pakistán y la India; entre Israel e Irán; entre Egipto y Etiopía; entre Armenia y Azerbaiján, y pusimos fin a la guerra en Gaza, con el retorno de todos los rehenes vivos a sus familias; Estados Unidos son fuertes y respetados de nuevo y por eso estamos haciendo la paz en todo el mundo; y en todo lo que hacemos, ponemos primero a Estados Unidos.

 

Este documento, agrega, es la hoja de ruta para asegurar que seguiremos siendo la nación más grande y exitosa en la historia de la humanidad y el hogar de la libertad en el mundo. En los próximos años continuaremos desarrollando todas las dimensiones de nuestro poder nacional, que harán unos Estados Unidos más seguros, más ricos, más libres, más grandes y más poderosos que nunca. Pero también incluye un reconocimiento inesperado: han pasado los días en que Estados Unidos sostenía al mundo como Atlas, reconoce.

 

El documento califica las estrategias seguidas desde la finalización de la guerra fría como una lista de deseos y perogrulladas. Rechaza el convencimiento de las élites de que el interés de Estados Unidos era su dominio permanente del mundo, cuando los acontecimientos de otros países sólo debían interesarles si amenazaran a Estados Unidos. Así, asumieron cargas globales que el pueblo no consideraba parte de los intereses nacionales. Esto implicó financiar un enorme estado de bienestar y un enorme complejo militar, diplomático, de inteligencia y de ayuda social. La apuesta equivocada al globalismo y el llamado "libre comercio" debilitó a la clase media y a la base industrial de la que depende la preeminencia económica y militar de Estados Unidos. En el cuestionamiento más frontal a la política seguida hasta ahora, Trump dice que eso vinculó a su país a una red de instituciones internacionales, algunas de las cuales están impulsadas por un antinorteamericanismo manifiesto y muchas por un transnacionalismo que busca explícitamente disolver la soberanía de los estados individuales. Trump anuncia que abogará por la reforma de las organizaciones transnacionales más intrusivas, para que contribuyan, en lugar de obstaculizar, a la soberanía individual y promuevan los intereses estadounidenses. Menciona en ese sentido la ideología del Cambio Climático.

 

Luego sigue la lista de deseos y perogrulladas habituales, con acento en la industria, la energía, la innovación técnica y científica y las Fuerzas Armadas. Estados Unidos es tan grande y decente que no debe pedirle disculpas a nadie por su pasado ni por su presente.

 

Trump define los principales intereses de Estados Unidos en política exterior y a continuación afirma que deben concentrarse en ellos, sin ignorarlos o descuidarlos. Centrarse en todo es no centrarse en nada. Los intereses fundamentales de seguridad nacional de Estados Unidos serán nuestro enfoque. Se trata de garantizar que el hemisferio occidental se mantenga razonablemente estable para prevenir y desalentar la migración masiva a Estados Unidos; con gobiernos que cooperen contra narcoterroristas, cárteles y otras organizaciones criminales transnacionales. En una alusión cuidadosa pero ostensible a China impugna incursiones extranjeras hostiles o de la propiedad de activos clave, para asegurar nuestro acceso continuo a ubicaciones estratégicas clave. Ese es el "Corolario Trump" de la Doctrina Monroe. Es todo mío, mío, mío.

 

Mantener el Indopacífico libre y abierto, preservando la libertad de navegación en todas las rutas marítimas cruciales y manteniendo cadenas de suministro seguras y fiables, así como el acceso a materiales críticos.

 

Apoyar a nuestros aliados en la preservación de la libertad y la seguridad de Europa.

 

Impedir que una potencia adversaria domine Oriente Medio, sus suministros de petróleo y gas, y los cuellos de botella por los que pasan, evitando al mismo tiempo las "guerras eternas".

 

Garantizar que la tecnología y los estándares estadounidenses, en particular en inteligencia artificial, biotecnología y computación cuántica, impulsen el progreso del mundo. Estos son los intereses nacionales fundamentales y vitales de Estados Unidos. (Es decir, varios rubros en los que padece por su retraso).

 

Entre otros, menciona la preservación y crecimiento del sector financiero, como con tanta nitidez padece la Argentina. La igualdad entre todas las naciones es obra de Dios y de la naturaleza. Pero un país con intereses tan numerosos y diversos como Estados Unidos no puede adherir en forma rígida al no intervencionismo. Por eso su política será realista, sin imponerles a otras naciones la democracia ni ningún otro cambio social que difiera considerablemente de sus tradiciones e historias. Esta parecería el acta de defunción del nation building practicado desde mediados del siglo pasado, con un fuerte rebrote en lo que va del actual, si no fuera por los actos que Estados Unidos está realizando en nuestra región y en el resto del mundo, bajo guisa de pacificador. En otra contradicción entre dichos y hechos, Trump declara que su política será en favor del crecimiento pero también de los trabajadores, para que la riqueza no se concentre en el vértice de la pirámide, que es lo que precisamente ocurre y ha derrumbado los índices de aprobación presidencial. Suena ridículo el capítulo de Protección de los Derechos y Libertades Fundamentales que promete castigo a quienes abusen de los "poderes temibles" que han sido conferidos a los departamentos y agencias del gobierno. En particular, los derechos a la libertad de expresión, se propone proteger el presidente que hasta ha sugerido la pena de muerte para periodistas que lo cuestionen o filtren información confidencial.

 

En el Hemisferio Occidental, la tarea será reclutar aliados para controlar la migración, detener el flujo de drogas y fortalecer la estabilidad y la seguridad en tierra y mar. Así ayudarían a crear una estabilidad tolerable en la región. Los gobiernos, partidos políticos y movimientos de la región que se alineen con Estados Unidos serán recompensados. También se propone incrementar su presencia militar en la región y "alejarnos de escenarios cuya importancia relativa para la seguridad nacional estadounidense ha disminuido". Esto implica mayor presencia de la Guardia Costera y la Armada para controlar las rutas marítimas, frustrar la migración ilegal y no deseada, reducir el tráfico de personas y drogas, y controlar las rutas de tránsito clave en una crisis.

 

Controlar la migración.

 

Al fortalecer las cadenas de suministro críticas aumentará la resiliencia económica estadounidense. Los vínculos creados entre Estados Unidos y nuestros socios dificultarán que competidores no hemisféricos aumenten su influencia en la región. Y aunque priorizamos la diplomacia comercial, trabajaremos para fortalecer nuestras alianzas en materia de seguridad, desde la venta de armas hasta el intercambio de inteligencia y los ejercicios conjuntos. Permitir las incursiones de competidores no hemisféricos sin una respuesta firme es otro gran error estratégico. Los términos de nuestras alianzas, y bajo los que brindamos cualquier tipo de ayuda, deben estar condicionados a la reducción de la influencia externa adversaria, desde el control de instalaciones militares, puertos e infraestructura clave hasta la compra de activos estratégicos en sentido amplio.

 

Revertir la influencia extrajera no será fácil, reconoce el documento. Estados Unidos está demostrando los costos ocultos, en espionaje, ciberseguridad, trampas de deuda, implícitos en la supuesta asistencia extranjera de bajo costo. Deberíamos acelerar estos esfuerzos, incluso utilizando la influencia estadounidense en finanzas y tecnología para inducir a los países a rechazar dicha asistencia. Estados Unidos debería dejar claro que los bienes, servicios y tecnologías estadounidenses son una inversión mucho mejor a largo plazo, porque son de mayor calidad y no tienen las mismas condiciones que la asistencia de otros países.

 

¿Hay un camino en el medio?

 

El socorro de Trump a Milei ha sido providencial, para que una llamarada inflacionaria no arrebatara sus posibilidades electorales. La muñeca política que tarde o temprano deberá reconocérsele a la Zarina, junto con su séquito peronista (los primos Menem y el Colorado Santilli) le ha dado a los liberticidas la primera minoría en la Cámara de Diputados y la presidencia de las principales comisiones. En la primera reunión de la de Asuntos Municipales, el matancero Fernando Espinoza dijo que "se está empezando a sentir fuerte el hambre". Los camaleones Miguel Pichetto y Lourdes Arrieta asintieron.

 

Ni la billetera de Trump está en escala con las necesidades de la Argentina ni con la magnitud de los aportes chinos. Aquí están las mayores inversiones chinas en el mundo, fuera de sus propias fronteras, y la idea del espionaje no parece intimidatoria para la Argentina. Milei desea complacer a su protector, pero hay fuertes intereses económicos que se siguen profundizando. La semana pasada se anunció que la línea aérea China Eastern acaba de inaugurar dos frecuencias semanales entre Buenos Aires y Shanghai, la ruta más larga del mundo, apenas con una escala de reabastecimiento en Nueva Zelanda. Y esos aviones no irán vacíos. Con reservas negativas por 17.000 millones de dólares y vencimientos de deuda por otro tanto en el próximo año y medio, el único camino abierto para el gobierno está en el swap y en las inversiones chinas. Caputo y Milei celebraron como un penal atajado por Cambeses el regreso al mercado voluntario de deuda, mientras el riesgo que mide JPMorgan tiende a la baja. Pero todas sus opciones son China y más deuda cara, porque los principales bancos españoles le han bajado el interruptor a sus contrapartes locales. Hasta han comenzado a hablarles en inglés, porque esto no es política sino negocios. Show me the money. Esto no es lo que tenía in mente quien le escribió la directiva a Trump. La ex jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson dijo en el Congreso de su país en 2022, que cuenta con escasos recursos que no le permiten competir con las gigantescas inversiones chinas. Su sucesor, el almirante Alvin HolSey renunció a mitad de su mandato disgustado con la creciente prepotencia armada de las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica, que en pocos días ha matado a más de 50 personas bombardeando lanchas venezolanas y colombianas sindicadas sin pruebas como de narcotraficantes.

 

Mátenlos a todos.

 

Más explícito fue el cuestionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una de las instituciones que tanto Trump como Milei desearían echar a la basura. Aunque no pasa por su mejor momento, la Comisión reclamó que Estados Unidos garantizara el respeto a los derechos humanos en operaciones de seguridad extraterritoriales.

 

Al presentar los nuevos blindados livianos Stryker 8×8, el saliente ministro de Defensa, Luis Petri, dijo que "queremos profundizar la relación con Norteamérica, transformarnos en el socio estratégico más importante del hemisferio sur", para que "nos garantice, entre otras cosas, equiparnos con el mejor ejército del mundo y entrenar con el mejor ejército del mundo para defender a los argentinos”.

 

Esta definición política y no técnica, omite que los blindados a rueda Stryker 8×8 se emplean en guerras asimétricas y entornos urbanos, es decir tareas de seguridad interior, que la legislación argentina no asigna a las Fuerzas Armadas. Pero forma parte de la doctrina que, desde fines del siglo pasado, el Comando Sur les plantea a los Ejércitos latinoamericanos.

 

La escuelita blindada.

 

Su definición de las nuevas amenazas incluye desde un ataque bacteriológico o nuclear, el narcotráfico y el terrorismo, hasta el indigenismo y el populismo radical. La gama es tan amplia que nada queda excluido. Cuando Estados Unidos comenzó con esas definiciones, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, un especialista crítico preguntó con fingida ingenuidad, con qué armas se dispararía contra el agujero de ozono. La novedad es que, en su segundo mandato, el presidente Donald Trump intenta extender ese empleo al frente interno de su propio país, lo cual ha generado un conflicto de creciente acritud con el Partido Demócrata, con varios jueces y fiscales e incluso con algunos republicanos que se aferran a la ley Posse Comitatus, de 1878, que preservó a los estados de la ocupación militar en conflictos políticos.

 

Incluso en 2020, Trump llegó a utilizar Fuerzas Armadas para reprimir protestas políticas cuando la policía de Minneapolis asesinó a George Floyd, porque debido a su color lo consideró sospechoso de un robo que no se había producido y lo asfixió con un par de rodillas policiales sobre su cuello, pese a que clamaba que no podía respirar. Trump invocó una Ley contra la Insurrección, de 1807, para desplazar tropas federales a Washington, que arrojaron gases lacrimógenos y bombas de estruendo en los alrededores de la Casa Blanca. El ministro de Defensa, Mark Esper, y el jefe de Estado Mayor Conjunto, Mark Milley (si, leíste bien, Esper y Milley), acompañaron a Trump en una recorrida entre los destrozos, Milley de uniforme. Pero luego sintieron que habían caído en una emboscada, para una foto que sugería el apoyo militar a la represión con medios prohibidos. Ambos disintieron con la aplicación de la Ley contra la Insurrección y se opusieron al despliegue de miles de efectivos de las Fuerzas Armadas para intimidar a los manifestantes. Luego de la toma del Congreso por una turba el 6 de enero de 2021, Milley instruyó a los más altos jefes militares a que le informaran si Trump llegara a ordenar un ataque nuclear. Hasta lo puso en conocimiento del jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de China, en un diálogo confidencial que el presidente desconocía. Le prometió que Estados Unidos no atacaría a China y que lo tendría al tanto de cada novedad. Ese es el tipo de relación que muestra Kathrine Bigelow en su película Una casa hecha de dinamita, e implica una inocultable ruptura de la cadena de mando. Aunque aquí cueste entenderlo, en Estados Unidos la dosis de sensatez de los jefes militares excede la de la conducción política. Y no se trata solo de la excitación nerviosa de Trump. Desde enero, Milley es investigado por orden de Trump, que desearía degradarlo por deslealtad.

 

Un tema de enconada discusión en estos días es la orden impartida por el ministro de Defensa, Pete Hegseth, de matar a los náufragos aferrados a los restos de su lancha de pescadores hundida por un misil estadounidense. Hegseth descargó la responsabilidad de ese segundo golpe sobre el almirante Mitch Bradley, quien al informar al Senado asumió que fue una decisión personal. Un legislador oficialista dijo que ambos hombres estaban tratando de rescatar la droga (de cuya mera existencia no hay una sola prueba) para introducirla en Estados Unidos. Hegseth dijo que respaldaba a Bradley. Pero el representante demócrata de más alto rango del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Jim Himes, expresó su consternación por el ataque en aguas internacionales cercanas a la costa de Venezuela.

 

"Fue una de las cosas más preocupantes que he visto en mi carrera en el servicio público”, dijo Himes. "Dos individuos en una situación extrema, sin ninguna posibilidad de moverse, con una embarcación destruida, que son abatidos por Estados Unidos". Los principales demócratas de las comisiones de Fuerzas Armadas y de Inteligencia de la Cámara de Representantes afirmaron en un comunicado que “hoy no hemos visto ni oído nada que nos convenza de que la decisión de atacar el buque por segunda vez estuviera justificada. El video que vimos hoy mostraba a dos náufragos que no tenían medios para moverse, y mucho menos para representar una amenaza inmediata, y sin embargo fueron asesinados por las fuerzas armadas de Estados Unidos", dijeron en un comunicado conjunto Himes y el representante demócrata por Washington Adam Smith. En medio del torrente de opiniones jurídicas, políticas y éticas sobre el episodio, un funcionario reveló que el primer presidente que autorizó ese tipo de ejecuciones de personas indefensas que en el momento no constituían un peligro, fue Barack Obama. Efectivamente, aquel presidente demócrata se reservó el derecho de supervisar la nómina de blancos humanos a batir que le presentaban los jefes militares. Ya entonces, la principal organización de derechos humanos de Estados Unidos, la AACLU, sostuvo que George W.Bush era preferible a Obama. La opinión predominante es que constituyen crímenes de guerra.

 

Chatarra Voladora.

 

Ayer, Milei recibió en Río Cuarto, Córdoba, los primeros seis cazabombarderos F-16, que la Argentina le compró a Dinamarca, en una negociación conducida por Estados Unidos, que fabricó los aparatos en tiempos de la guerra fría. Los pilotos argentinos aún tienen que aprender a manejar esa chatarra voladora, de 40 años de antigüedad, que Gran Bretaña autorizó vender a nuestro país, siempre que se garantizara que ni el radar ni el sistema de armas permitieran alcanzar las islas Malvinas. La serie de notas pagas que publican los grandes medios pregonando que los F-16 son los mejores aviones del mundo no alcanzan a disimular que han sido emparchados, pero son de otra generación.

 

La mejor oferta, que fue desechada a pedido de Estados Unidos, eran los cazabombarderos de última generación chino-pakistaníes JF-17 Thunder, con amplio financiamiento. Quien se acopló al pedido estadounidense fue el jefe de Estado Mayor Conjunto, brigadier Xavier Julián Isaac. No fue recompensado: Milei acaba de pasarlo a retiro, de acuerdo con el nuevo ministro de Defensa, general Carlos Alberto Presti. Isaac era mayor que Presti, o como dice la jerga castrense, más antiguo. El informe oficial lo dio la embajada de Estados Unidos, que festejó la intervención de su gobierno para la transferencia y anunció que la entrega será de a cuentagotas, con seis aviones cada diciembre hasta 2028. Lamelas resplandecía como quien acaba de colocar a buen precio piedritas de colores, además de las 90 fotos de la ceremonia que distribuyó. La politización de las Fuerzas Armadas incluyó la fijación de un sticker en una de las máquinas, de homenaje a Milei, un león celeste y blanco. A su butaca de comando se sentó la Zarina. El acto partidario culminó con el discurso presidencial. Milei dijo que para el kirchnerismo la soberanía era una gran villa miseria con banderines celestes y blancos, y fabuló que los nuevos/viejos aviones harán respetar a la Argentina en "el concierto de las naciones",

 

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