Jueves 25 de abril 2024

Nuevo servicio y una manera de ganarse la vida: "moto grúa" para auxilios rápidos

Redacción 14/09/2022 - 10.37.hs

Seguramente más de uno reflexionará después de leer estas líneas utilizando una frase muy remanida: "Después dicen que no hay trabajo...". Cabe decir que por estos lados ese flagelo que es la desocupación pareciera ir cediendo paso -lentamente- a mejores escenarios, luego de los efectos devastadores de la pandemia y de esta economía argentina que va de banquina a banquina sin escalas y nos mantiene sobre ascuas.

 

Aunque la inflación sigue golpeando impiadosa, se puede decir que de la mano de la obra pública -sobre todo viviendas y otros emprendimientos en pueblos de la provincia-, y también de un crecimiento de la actividad privada, el empleo se va recuperando. Aunque todavía falte, es verdad.

 

Aguzando el ingenio.

 

Pero además cabe reconocer el espíritu emprendedor de muchos comprovincianos que no se quedan a esperar que las cosas sucedan casi mágicamente, y en tiempos de crisis -¿casi todos los tiempos en Argentina?- aguzan el ingenio para atemperar los malos momentos. Y es el caso de Marcos "Chato" Goñi (42), el hombre de la moto grúa. ¿El hombre de qué...?, se preguntará algún desprevenido. Y sí, es el señor que responderá el llamado de alguien que lo requiera porque su motocicleta ha tenido algún desperfecto, que puede ir desde un simple pinchazo a un problema mecánico.

 

Miles de motos.

 

Porque está buena la moto como medio de transporte, y por eso son miles las que recorren la ciudad en cada jornada. La usa la gente para ir a su trabajo, para llevar o traer los chicos a la escuela, o para el trámite que pudiera tener que hacer. Un medio de movilización formidable que a veces puede resultar más cómodo que un auto en un tránsito tan alocado como el que tenemos en Santa Rosa. Y también es verdad le soluciona el traslado a muchas personas que no han podido accede a un auto.

 

Lo cierto es que si bien es verdad que una moto soluciona muchas cosas puede suceder que -fierros al fin- tengan algún inconveniente. Y ahí sí se torna un problema, eso de tener que llevarla a la rastra de vuelta a casa porque no hay forma de andarla... porque se le pinchó una goma, porque se quedó sin combustible -a veces pasa-, o por una avería mecánica.

 

Aparece "Parche Ya".

 

En el caso de los automotores, cuando tienen inconvenientes, existen servicios de auxilio que concurren en asistencia de quien lo necesite. Pero no estaba esa ayuda para las motos... obviamente hasta que apareció "Parche ya". Sí, como esa conocida aplicación que se denomina "Pedidos ya".

 

Se ríe "Chato" Goñi cuando lo cuenta. "Empecé en esto en abril de 2020, en plena pandemia, y de algún modo de una forma más o menos inesperada: yo hacía cadetería en ese tiempo, y veía que más de una vez algunos colegas tenían problemas con sus motos, y volvían a la base llevándolas de a pie. Así que empecé auxiliando a algunos de ellos, y después de otras cadeterías y me di cuenta que podría ser un buen emprendimiento para seguirlo con continuidad", cuenta.

 

"Sí, Moto Grúa Parche Ya".

 

Esta misma semana, a metros de esta Redacción, una señora -después diría que se llama Dora- desesperaba porque su moto estacionada en la vereda estaba con el neumático trasero pinchado. Todo un problema para la mujer, que preguntaba a quien pasara qué podía hacer para solucionar el tema. Alguien le sugirió que convocara al "moto grúa", algo desconocido para ella. Y para muchos... "En 20 minutos estoy ahí", escuchó aliviada cuando le respondieron la llamada.

 

El cronista de La Arena que pasaba circunstancialmente miró la escena del hombre trabajando en la moto y la mujer esperando y siguió su camino. Pero justo en ese momento al trabajador le sonó el celular y contestó: "Sí! Moto grúa Parche Ya!"

 

¿Qué es eso?, se preguntó el escriba curioso. El muchacho, sonriente, mientras manipulaba la rueda de la moto para colocarla en su lugar le explicó: "Sí, me llaman por teléfono y voy donde me necesiten a arreglar una moto, sea lo que sea. Si es una rotura importante que no se puede hacer en el lugar hago también el servicio de traslado", explicó.

 

Un hiperactivo.

 

"Me dicen 'Chato', y soy nacido y criado en Anguil; pero hace varios años que estoy en Santa Rosa", aceptó narrar sobre su vida.

 

Se nota -y lo reconoce así- que es hiperactivo, y tiene gestos que lo definen de esa forma. Es hijo de Elbio René (fallecido) y de Sara Noemí Ramayo, y tiene dos hermanos menores que él: Maximiliano y Mauro. Hizo la primaria en la escuela "Nicolás Avellaneda" y el secundario en el "Enrique Stieben" de su pueblo: "Soy bachiller con orientación en tecnología bancaria; y finalmente estudié Administrador de Empresas Agropecuarias. Mi viejo fue empleado rural de la zona, y yo mismo trabajé 10 años en el campo".

 

En pareja habla de Jennifer Silva, "mi hija del corazón", dice.

 

"Empecé en pandemia".

 

Ya en Santa Rosa ingresó a la Policía, donde hoy permanece "en disponibilidad" por un incidente ocurrido precisamente en tiempos de pandemia. No quiere extenderse mucho sobre el tema, pero parecería que la cuestión se va a aclarar y podría regresar, aunque le está yendo tan bien con lo de la "moto grúa" que duda sobre esa posibilidad.

 

"Cuando había empezado la pandemia arranqué a cadetear y veía muy seguido que muchos compañeros volvían con sus motos de tiro... por ahí pinchaban una goma y no había forma de arreglarla porque todo estaba cerrado por las restricciones. Le pasaba a un compañero, después a otro, y entonces como soy mecánico de motos le empecé a dar una mano. Empecé con los de la cadetería 'Mis viejos' de Diego Hernández; pero después por el boca a boca se sumaron los de otras. Y bueno, así comenzó todo... Al tiempo puse publicidad en todas las cajas de los cadetes y se fue sumando trabajo. A los compañeros les hacía precio; y si no tenían igual los ayudaba", señala.

 

Un tipo solidario.

 

Hoy mismo si alguna persona lo llama porque se le quedó la moto y le dice que no tiene dinero "Chato" estará dispuesto a dar una mano: "En todo caso, cuando tengan me pagarán", agrega.

 

Se lo ve absolutamente entusiasmado a Mauro con el trabajo que desarrolla. "Es que la verdad no me puedo quejar... Yo a esto lo vi por primera vez en Brasil cuando viajé hace un tiempo con un camionero amigo... y bueno, aquí estoy y decidido a continuar", señala.

 

Un lindo ejemplo de que con imaginación, con deseos de superar las adversidades, las oportunidades aparecen. Que sólo hay que proponérselo para encontrar la manera de ganarse la vida honradamente... Tal vez con un oficio novedoso como este... el moto grúa.

 

Aplicación en marcha.

 

En ese ir y venir por las calles de la ciudad Marcos Goñi conoció a Santiago Aguirre (32), que presta el mismo servicio; y quiso llamarlo para que también hable con el periodista: "Porque hace lo mismo que yo... y muchas veces nos damos una mano pasándonos clientes", expresa.

 

Y al ratito Santiago llega con su moto y la caja de herramientas detrás para contar su parte: "Soy de Doblas, hice la primaria en la 'Paula Albarracín de Sarmiento', y arranqué el secundario en el Instituto 'Juan Manuel Estrada. Después dejé el colegio empecé a trabajar de tambero en distintos pueblos de la zona: General Campos Macachín, Carhué, San Martín... Tengo otros cuatro hermanos: Eduardo, Guillermo, Marcos y Facundo; estoy en pareja con Antonella y tenemos a Martina de dos años y medio", precisa su historia familiar.

 

El joven dice que es "tambero desde que tenía 14 años; y después gracias a mi madre (se llama Juana Beatriz, y su padre Juan Carlos), hice un curso de mecánico porque en Doblas había uno solo, así que podía ser una buena posibilidad", admite.

 

Y sigue Santiago: "Me dediqué a arreglar motos y bicicletas, pero nunca puse taller, sino que iba a domicilio para que el cliente viera cuál era el trabajo que le hacía", señala.

 

Otro moto grúa.

 

En Santa Rosa se dedicó a tareas de construcción y carpintería; pero hace unos cinco años se inició en la cadetería. "Hacía algunos arreglos de moto, pero no en forma constante, sino más como un hobby y para ayudar a otros. Un día me decidí, compré cinco cámaras de distintos rodados de motos, un inflador, dos francesas, dos destornilladores y una pinza y me puse a trabajar en esto", completa. "Esto" no es otro que este nuevo oficio de "moto grúa", sin dudas muy valioso para tantos que utilizan ese tipo de vehículos.

 

No es caro.

 

Como Marcos tiene su costado solidario: "Nosotros tenemos una tarifa, y cuando se trabaja de noche obviamente, después de las 23, es más caro. Pero la idea es nunca dejar tirado a nadie, porque no todo es plata... noches atrás una chica que salía de la universidad a las 11 y media de la noche tenía su moto pinchada. Imagináte... todo un trastorno. Y bueno, en esos casos es mejor arreglársela en el momento y no que tengan que llamar a una grúa para que se las lleve a la casa, y que la moto siga pinchada", explica.

 

En el final indica que el servicio "en general no es caro... lo que pasa es que la gente no toma conciencia que cuando le dicen 1.000 pesos hoy son como 100 pesos de no hace tanto tiempo. ¿Qué comprás con 1.000 en la despensa?", dice con lógica.

 

Marcos y Santiago están pensando en el futuro armar una aplicación para ofrecer un servicio mecánico como si fuera un seguro: con un arancel mensual que el cliente se desentienda de los problemas que pueden tener con sus motos y bicicletas.

 

Como puede verse, dos personas con imaginación... y ganas de trabajar, claro. (M.V.)

 

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