Pareja varada tiene trabajo
Angel Norberto Díaz (38 años) y Sofía Lorena Almada (40) habían llegado desde Santa Fe para trabajar en un tambo de Macachín, pero sólo estuvieron una semana y el empleador los echó. Tras dar a conocer su historia en LA ARENA, el Centro de Empleados de Comercio les dio la posibilidad de descansar en el hotel Unit y les gestionó el traslado hacia su nuevo destino. A los pocos días consiguieron trabajo en un tambo de Darregueira.
La semana pasada, Angel y Sofía contaron a este diario que arribaron a Santa Rosa el sábado 22 de marzo, provenientes de la ciudad de Rafaela. “Teníamos trabajo, yo como soldador en una fábrica, y ella cuidando pacientes en una clínica. Pero no encontrábamos casa para alquilar y no teníamos dónde vivir”, relataron. Decidieron buscar trabajo en otros lugares, a través de internet. “Un hombre, llamado Luis, nos contrató por Facebook para atender un tambo en la zona rural de Macachín. Gastamos lo poco que teníamos en pasajes y vinimos, pero solamente trabajamos una semana”, explicó.
Angel atendía el tambo y Sofía estaba encargada de la guachera. “El jueves 27, al mediodía, este hombre nos dejó sin empleo, sin causa alguna. Nos trasladó hasta la terminal de Macachín y nos dio dos boletos de ómnibus para Santa Rosa”. Como estaban sin dinero, se guarecieron en la terminal y pidieron ayuda al municipio. “Fuimos hasta la comisaría, para avisar que estábamos parando en la terminal, y después solicitamos alguna ayuda en Acción Social”, donde les respondieron que por estar sin sus hijos no pueden ayudarlos. “Tenemos dos hijos, pero preferimos dejarlos con sus abuelas hasta estar bien instalados”, explicaron.
En La Pampa no conocen a nadie, pero siempre hay personas dispuestas a ayudar y desde el Centro de Empleados de Comercio (CEC) les dieron una mano. Les ofrecieron un lugar donde dormir, el hotel UNIT (ubicado en avenida Luro 787 de Santa Rosa) y también les gestionaron el traslado hacia su nuevo destino.
En Darregueira.
En poco tiempo, la pareja consiguió trabajo en un campo de Darregueira y los trabajadores y trabajadoras del CEC los ayudaron con la limpieza de su ropa, los pasajes y algo de dinero para que se puedan manejar. “Gracias a Dios estamos trabajando a full”, comentó Angel y agradeció al personal del sindicato que los acompañaron: “Quiero darles las gracias por todo lo que hicieron por mí y por mi señora. Quiero agradecer a todos los del hotel por su atención, su amabilidad y por brindarnos todo sin conocernos. Espero que Dios los bendiga grandemente”.
“No fue fácil, pero gracias a Dios y a la solidaridad de la gente pudimos salir adelante”, agregó Sofía.
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