Perito de la defensa confirmó que Roldán iba a 85 km/h
En la cuarta jornada del juicio contra Francisco Roldán, acusado del homicidio de Lía Falcón de 22 años, en un siniestro vial ocurrido el 16 de enero pasado en la esquina de Circunvalación y Cavero, declararon los últimos cuatro testigos de la defensa. En primer lugar, y durante más de tres horas, expuso el perito Aníbal García, ingeniero mecánico especializado en la siniestralidad vial, autor de varias obras relacionadas con la materia.
En su declaración, el perito requerido por la defensa dijo que la muerte de Lía se produjo “por un atropello peatonal que ocurrió en el carril central de la Circunvalación, en fase amarilla del semáforo, posiblemente en el final de esa fase, a una velocidad de 85 kilómetros por hora -más/menos cinco kilómetros por hora-”. Asimismo, dijo que la víctima “cruzó entre tres y cuatro segundos antes de que se lo habilitara el semáforo peatonal”.
Tres cálculos.
El perito explicó que trabaja “contemplando rastros, como huellas de neumáticos, que se interpretan y evalúan. Las distancias recorridas por los cuerpos en colisión son rastros, en la medida que se registren y eso se haga de una manera confiable. Cuando uno puede pasar un rastro a una ecuación matemática, obtiene una evidencia”, explicó.
Asimismo, dijo que es necesario separar “rastro de indicio, porque de un indicio no tenemos un elemento tangible, algo que podamos evaluar científicamente. De todas las preguntas que me van a hacer hoy, yo voy a terminar contestando solo una, cómo ocurrió el accidente”, confió. “Nos manejamos en ámbitos donde la precisión no es la que querríamos, porque una medición no es precisa, nos manejamos con rangos porque la indeterminación es insalvable”, agregó.
Reconstrucción.
Respecto de sus objetivos al momento de la reconstrucción analítica, García dijo que “cuando me fue suministrada la documentación que había en el legajo en cuestión, vi que había tres cuestiones básicas a entender. La velocidad del automóvil al momento del impacto, la velocidad de desplazamiento de la víctima y cómo se correspondían esas variables, en el contexto de las luces de los semáforos”.
En base a la infografía elaborada por el perito de la AIC, Mauro Rossi, sobre una foto del lugar obtenida con un dron, García dijo que “me permite estimar la velocidad del vehículo analizando la proyección de la victima y la distancia recorrida por el vehículo, a través de una modelación cinemática del atropello”.
En esa línea, García informó los métodos utilizados para hacer la pericia, y dijo que “en base a la distancia recorrida por la peatón tras el impacto (50.5 metros), según indica la infografía, me da que la velocidad del automóvil es de entre 79 y 90 kilómetros por hora. Ese es un punto de vista”.
Como segundo punto, García utilizó las marcas del neumático producto de la frenada, “es decir, todo el movimiento de desaceleración que tuvo el vehículo. El auto se detuvo a 111,5 metros del punto de impacto. Pero en ese recorrido tuvo dos etapas, una en la que el conductor no reaccionó, y es el ‘tiempo de reacción’ y la segunda etapa, una vez que reaccionó y comienza a frenar, hasta que se detiene, que es el tiempo total de desaceleración. El tiempo de reacción es entre 0,75 y 1 segundo normalmente, en el frenado no hubo bloqueo, la rodadura de las ruedas indica un rango de desaceleración de 0,25 a 0,35. Este cálculo me da un rango de velocidad de 78 a 88 kilómetros por hora”, aseguró.
Críticas a Rossi.
Luego criticó la metodología utilizada por el comisario de Accidentología Mauro Rossi para realizar la pericia de la AIC. El comisario había aclarado que eligió el video para calcular la velocidad, porque era el método más preciso. “Si en ingeniería forense usted tiene un rastro y no lo analiza, está cometiendo un delito”, aseguró en referencia a que Rossi solo utilizó uno de los tres métodos, a pesar de haber realizado todas las mediciones en el lugar del siniestro.
“Ahora voy a un método más moderno, más tecnológico, que se hace con un video y lo voy a sumar a lo elaborado previamente. El video que tengo está en formato de Whatsapp, es una traducción del video original, no es preciso, es lo que en la jerga consideramos un ‘video arrugado’. Los saltos de imágenes son irregulares, los autos no se de desplazan, van apareciendo como saltos. El video tiene 15 fotogramas por segundo”, describió.
Y agregó: “Tiene cuadros de mayor duración y cuadros de menor duración. Con esto es muy difícil obtener velocidad, porque uno puede elegir un segmento y manipular la información. Debería usarse una imagen de al menos 15 cuadros, porque en el segundo se equipara esa diferencia. Calculando que recorrió 15,4 metros en 11 fotogramas, me da un rango de velocidad medida con este sistema de 81 a 85 kilómetros por hora”, indicó.
“Un dictamen diría que utilizando medios más y menos sólidos, con un criterio amplio, llegamos al mismo lugar. Tenemos que la velocidad del auto es 85 más/menos 5 kilómetros por hora”, aseguró García.
Lía en rojo.
Por otra parte, el ingeniero dijo que “según se desprende de los videos, la víctima recorrió cuatro metros en dos segundos, desde que bajó a la calle. Esto resulta fundamental para el tercer punto del dictamen que es determinar las luces del semáforo”, dijo, e indicó que según sus cálculos “Lía comenzó a cruzar la calle cuando el semáforo peatonal todavía no le había dado verde. Bajó entre tres y cuatro segundos antes a la calle”.
Otra de las críticas a la pericia de Rossi fue haber tomado a un solo vehículo como punto de anclaje para contraponer las imágenes con la secuencia semafórica. “Usar un solo elemento, en este caso un solo auto, se vuelve muy arbitrario. Yo utilicé cuatro autos, que me dan cierta razonabilidad. Siempre más de uno”, aseguró.
Otros testigos.
Otros testigos de la jornada fueron Gonzalo Franc, que dijo ser vecino de Roldán, y quien lo atendió en una gomería minutos antes del siniestro vial. “Le cambiamos las cubiertas en la gomería de Gaich y Circunvalación, a las 16:30 aproximadamente”, dijo.
Y Bruno Bonatto, trabajador social durante ocho años en la Asociación Rumen. “Trabajaba en la reinserción de los pacientes, ayudando a armar currículums, contactando a los familiares. Para esta causa en particular nos mandaron un correo solicitando la información correspondiente, y contestarlo”.
“Conozco a Gastón Roldán porque estaba internado en ese momento en el centro de adicciones. A veces me toca intermediar con los pacientes, y con Gastón estuve trabajando bastante en su búsqueda laboral. Me tocó hacer el informe de las llamadas con su progenitor”, dijo.
“Gastón había empezado con el proceso de salidas los fines de semana, son salidas terapéuticas para trabajar la vinculación con la familia, y esas salidas eran a la casa de su progenitor. Viajaba siempre en Rapibus o Transur, y era el padre el que se ocupaba de conseguir los pasajes. Mediante el teléfono institucional corroboré que el día del accidente hubo una comunicación con el operador que estaba de guardia”, dijo.
“No veo un nervio óptico tan dañado”.
La estrategia de la defensa de Roldán apunta a que el hombre circulaba muy apurado porque tenía que ir a comprar un pasaje para su hijo, y al padecimiento de glaucoma que le disminuye el campo visual.
El último testigo de la jornada de ayer fue el oftalmólogo, Héctor Germán Martínez, quien comenzó a atender al imputado dos meses después del siniestro vial. “Lo atendí porque le costaba ver y tenía dolor de cabeza. Le hice estudios y tiene una visión central óptima, pero tiene muy elevada la presión ocular. Advierto la posibilidad de la existencia de glaucoma, que después se confirma”, indicó.
Y añadió que “presenta daño en el ojo derecho y en el izquierdo un resultado dudoso. Tiene una disminución del campo visual. En el estudio de campo visual lo marca en los dos ojos, en el estudio OCT que es involuntario, más en el derecho”.
“El glaucoma es una lesión en el nervio óptico, por la cual el paciente empieza a perder la visión de afuera hacia adentro. Él padece un glaucoma de ángulo abierto, que no genera dolor. En el estudio de campo visual vemos lo que el paciente nos muestra, dependemos de él. El estudio OCT es involuntario. Los dos estudios sirven. En la primera consulta se le inició un tratamiento con gotas y un tratamiento con láser”, explicó el profesional.
Si bien aseguró que “no se puede inferir la antigüedad de la enfermedad. El daño que se registra en el OCT existe, pero no se condice con el estudio campo visual. Y en el fondo de ojo no veo un nervio óptico tan dañado, para el resultado que da el campo visual”, indicó. Ante la consulta de la querellante, dijo “no recordar” si Roldán asistió con lentes a la primera consulta.
Un abrazo simbólico por Lía.
Antes de comenzar ayer con la cuarta audiencia del juicio oral y público por la muerte de Lía Falcón, familiares y amigos y amigas de la víctima realizaron un abrazo simbólico en las afueras del Centro Judicial."Ellos están haciendo una especie de mensaje simbólico por el amor que le tenían a Lía, ellos están afuera a pesar que no pudieron entrar a la audiencia", contó Alejandra Falcón, la mamá de Lía, en una breve conversación con LA ARENA. Justamente, la audiencia fue a puertas cerradas debido a los incidentes registrados durante la jornada del jueves por la mañana entre familiares de Lía y de Roldán. Alejandra dijo que “esto significa todo el apoyo a la familia de Lía” en momentos donde se desarrolla el juicio cuyos alegatos se leerán este lunes. "Nosotros somos creyentes, y oramos al señor para que salga a la luz todo y lo hacemos en nombre de Lía y por Lía", expresó la mamá.
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