Perros, un riesgo en el Parque
Una escena que puede parecer simple -tan acostumbrados estamos de verla-, debiera no obstante merecer nuestra atención. Y también la de las autoridades y los vecinos. Se trata de la presencia de perros en los paseos públicos, algunos de los que son considerados de razas peligrosas.
Se puede señalar que -otra vez- hay muchos canes callejeros, en los barrios pero también en el centro de la ciudad, sobre todo en cercanías donde los animalitos (“¿sin dueños?”) pueden conseguir algo de alimento. Por eso pululan donde suele reunirse mucha gente, como por ejemplo en la avenida San Martín y otras calles donde hay casas de comida sobre todo.
El problema no son solamente los animales callejeros, sino que impensadamente se suman los que son sacados a pasear por sus propietarios. Porque resulta habitual que los lleven a su lado, pero sin la obligatoria correa y bozal que pudieran impedir que se tornen agresivos. Y se da que si llevan esos elementos, no se los colocan al perro mientras van pasando entre el gentío.
Hay en esa actitud obviamente desaprensión y, seguro, una excesiva -y riesgosa- confianza en que el animal responderá sin más a la orden de su amo. Y se sabe, no siempre suele ser así.
Al cabo de trata de animales que en un momento dado podrían responder a su instinto, y tal vez en ese caso toparse con otros de su misma especie. Ha ocurrido en más de una oportunidad, y sabemos con certeza de enfrentamientos que terminaron muy mal para los animalitos más pequeños atacados por otros de superior tamaño y poder.
Lo cierto es que también hay personas que tienen temor a los ataques y mordidas que, lamentablemente, también ocurrieron.
Parque Lineal.
En estos días pudimos asistir a una escena que llamaba la atención, y que no puede menos que causar preocupación. En un Parque Lineal atestado de gente, con adultos y pequeños en sus juegos y bancos, un muchacho se paseaba orondo acompañado de un pitbull terrier. Pasó entre los concurrentes a todo lo largo del paseo, y si bien llevaba en sus manos una correa esta no iba en el cuello del animalito, y brillaba por su ausencia el bozal. Dos elementos que de tenerlos colocados hubieran hecho que disminuyera de gran manera la peligrosidad de su presencia.
Es verdad que en el parque -y también en otros paseos públicos- hay muchos perros callejeros, y no está exenta la posibilidad que se líen entre ellos, o en el caso de aquellos otros peligrosos (como el pitbull) que se desate una batalla. Esto sin descartar la posibilidad que un movimiento, algo que le llame la atención de manera especial al animal ,no lo lleve a atacar a una persona, un mayor o un niño. Sólo pensar en esa posibilidad espanta, porque sabemos de las consecuencias que podría acarrear.
Cuidar los paseos.
El Parque Lineal, y otros que han sido inaugurados -o mejorados- recientemente son un acierto del municipio, que propicia lugares de esparcimiento que son utilizados por los más chicos y también por sus familias.
Sucede con muchos parques, en diversos sitios de la ciudad, pero también en los paseos que fueron puestos a disposición no hace tanto tiempo. Son muy elegidos el parque “Caídos en Malvinas”, que ya antes de su reinauguración era un lugar de encuentro; y el Lineal a la vera de la Avenida Spinetto que ha sido recibido de muy buena manera por los vecinos.
Cada atardecer son cientos de personas -adultos y niños/as- que pasan un buen tiempo en esos paseos públicos, por lo que más allá de las críticas que nunca faltarán (por el motivo que sea) puede decirse que son lugares elegidos por la gente.
Tomar medidas.
El municipio deberá poner especial atención a que no se produzca un incidente que podría ser de graves consecuencias. No se puede andar con perros sin correa y bozal en esos lugares, y habrá que tomar medidas para impedirlo.
Es verdad que no alcanzará sólo con un “placero” -como sugieren algunos-, porque es difícil encarar a quien lleva un animal suelto como si pudiera dominarlo sólo con su voz y una orden. Por eso debiera disponerse de cartelería que indique lo que se puede, o no se puede. Pero además personal que conozca del manejo de animales para decirle al desaprensivo/a que no puede circular por allí con un perro sin las correspondientes medidas de seguridad.
La advertencia queda hecha. Hay que tomar medidas antes que pudiera suceder algo que nadie quiere. De otro modo el municipio se podría ganar un impensado y grave problema.
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