Piden inmediata detención para abusador de su nieta
El Tribunal de Impugnación Penal llevó a cabo ayer una audiencia de reexamen de la condena a 16 años de prisión a un comerciante de Santa Rosa que fue encontrado culpable de haber abusado en innumerables ocasiones de su nieta, mientras ésta tenía “entre 5 y 11 años de edad”. De acuerdo al juicio que finalizó en noviembre, el juez Carlos Alberto Besi consideró probado que el abuelo cometió los “delitos de abuso sexual por sometimiento gravemente ultrajante por su duración y las circunstancias de su realización y abuso sexual con acceso carnal, de una niña menor de 13 años, mediante el uso de amenazas y con el agravante de haber sido cometido por el ascendiente y en calidad de guardador como delito continuado”.
En aquella instancia, el fiscal Andrés Torino solicitó una condena a 15 años y la querella, patrocinada por Simón Barretto, reclamó 18, mientras que la defensa consideró que correspondía la absolución del imputado. Besi, finalmente, le aplicó una pena de 16 años, que tanto la querella como la fiscalía no apelaron.
Impugnación.
Durante la audiencia de la víspera, los jueces María Eugenia Schijvarger y Gabriel Lauce Tedín, del TIP, iniciaron el análisis de la impugnación de la sentencia condenatoria, realizada por el abogado defensor Hernán Danzi, quien interpuso el recurso en nombre de E.C.O., solicitando la nulidad de la condena y su absolución, argumentando que la sentencia es arbitraria y carece de fundamentación.Danzi sostuvo que la sentencia no consideró correctamente la prueba forense, en particular el informe ginecológico, que solo constató un desgarro himeneal de antigua data. Para el defensor existía una duda razonable respecto de la lesión, teniendo en cuenta que la víctima ya tenía relaciones sexuales con su pareja. “Si los abusos hubieran sido tan violentos y continuados, deberían haber dejado lesiones físicas más graves, lo que no ocurrió”, argumentó. Señaló asismismo que el juez no dio respuesta a las objeciones planteadas por la defensa y que las pruebas alladas en el teléfono del abuelo no eran explícitas ni evidencias que vinculen al acusado con material pornográfico infantil. Además sugirió que el relato de la víctima pudo haber sido influenciado por problemas familiares y conflictos previos entre el imputado y su hija. En conclusión, la defensa pidió la anulación de la condena y, en caso de ser rechazada la absolución, una reducción de la pena por considerarla desproporcionada.
Detención.
El abogado de la querella, Simón Barreto, solicitó el rechazo del recurso de la defensa y la confirmación de la condena de 16 años de prisión. Negó la arbitrariedad alegada por Danzi, toda vez que el fallo de Besi cumplió con todos los requisitos legales y se basó en prueba válida, incluyendo testimonio de la víctima, informes médicos, psicológicos y peritajes tecnológicos.Adujo que el relato de la víctima en Cámara Gesell fue compatible con el informe ginecológico e incluso con el relato de un testigo clave, el novio de la menor, quien señaló que las secuelas del abuso afectaron su relación. Citó jurisprudencia internacional (CIDH) para sostener que la falta de lesiones adicionales no excluye la existencia del abuso.
Además, añadió que las declaraciones del imputado en las que aludió a una supuesta caída de la menor en el campo, producto de un ataque de un gato montés, en la cual se había lastimado, fueron totalmente inconsistentes, ya que fueron rebatidas por su propia pareja. También sostuvo que la prueba sobre el celular del abuelo fue incriminatoria, pues se encontraron fotos de la menor en el celular del imputado y mensajes de chat con contenido sospechoso.Resaltó que E.C.O. tenía un trato diferenciado con la víctima respecto de sus otros nietos, realizaba regalos excesivos y habría intentado apartarla de su madre.
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