Postergan nuevamente apertura de cámaras en caso Valquinta
Jésica Rosignolo permanece desde hace 50 días en prisión preventiva, a la espera que la Justicia abra los registros fílmicos ofrecidos como prueba por los imputados. "Todo esto es muy raro", dijo a LA ARENA la mujer de 32 años acusada de "tentativa de homicidio" contra Rodrigo Valquinta. "Tengo miedo que adulteren las pruebas" disparó.
La audiencia que se celebró el viernes en la Ciudad Judicial fue la postergación de otra que debía haberse realizado a comienzos de enero, pero que finalmente no se concretó. Durante cualquiera de ellas se tendría que haber realizado la tan esperada revisión de las filmaciones de las cámaras ubicadas en la vivienda del barrio Matadero frente a donde ocurrió la pelea, las cuales, según aducen los tres acusados (Héctor "Sapo" Valquinta, su hijo Gonzalo y su actual pareja Jésica Rosignolo) comprobarían que la familia actuó en defensa propia, y que Rosignolo no habría participado de la pelea que terminó con Rodrigo Valquinta internado en terapia intensiva.
Sin embargo, dicha apertura no se realizó debido a que, según trascendió de fuentes judiciales, se solicitó que se realizara una copia de seguridad de las mismas y además porque "hay que esperar el turno para la pericia".
"Muy raro".
"Esta prueba es determinante hasta para la calificación del hecho, y esta dilatación de ver un archivo de formato DVR, algo que es tan sencillo y simple, mientras hay gente privada de su libertad, me resulta muy raro", dijo el abogado Raúl Quiroga, representante de Rosignolo.
"En realidad esto pasa de una cuestión meramente técnica, porque me resulta extraño que haya una cuestión así cuando hablamos de un formato de grabación simple, que no está encriptado, y más teniendo en cuenta que su contenido podría determinar lo que sucedió... me molesta a sobremanera la dilatación de una prueba cuando hay tres personas detenidas", agregó.
"La fiscalía habla del 'Clan Valquinta'", continuó el letrado. Luego acusó: "Ella (por la fiscal Martini) se lleva puesto el debido proceso, porque para ella es el clan Valquinta, y uno sabe la connotación que tiene decir el clan tal".
Sin domiciliaria.
Por su parte, Jésica Rosignolo expresó durante una entrevista con este medio que "para cuidar a mis hijos solicité en tres oportunidades que me den la prisión domiciliaria con una tobillera, pero en cada una de las audiencias la fiscal se manifestó en contra ante el juez, argumentando cosas diferentes. La primera vez dijo que Rodrigo Valquinta estaba en estado grave y que soy peligrosa. La segunda, luego de que a Rodrigo le dieron el alta, que había gente en el Matadero que tenía miedo a declarar lo que sucedió por si me ponían en libertad. Y la tercera, cuando ofrecí la casa de mi madre para realizar la domiciliaria, que está muy lejos del Matadero, la fiscal también se opuso diciendo que no tiene que ver con la cercanía, sino con las otras personas (sin decir quienes) que sufren supuestas 'intimidaciones'. Yo tengo dos hijos menores y una hija que padece asma crónica y tengo que cuidarlas. Si hasta la mujer que envenenó a su marido (el caso de Páez Albornoz) tiene domiciliaria para cuidar a sus hijos", concluyó.
Pelea entre familiares.
El grave episodio ocurrió el 28 de diciembre en horas de la tarde. Gonzalo Valquinta se encontraba en la vereda de la casa de un amigo en el barrio Matadero cuando su primo Rodrigo llegó y comenzó a increparlo. Luego lo tiró de su bicicleta y comenzó a pegarle en el suelo, pero Gonzalo logró huir hacia la casa de su padre, el conocido entrenador de boxeo Héctor Mario el "Sapo". Rodrigo llegó a esa vivienda y se trenzó a los golpes con el "Sapo", el cual en un momento le pegó con una pala en la cabeza.
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