¡Qué son 50 años para un matrimonio!
Llegar al 50 aniversario de una boda y que los “novios” de entonces se sigan eligiendo es todo un suceso familiar. Esta pareja lo celebra con ese amor consolidado que lograron construir en el camino.
REDACCION
Estas épocas convulsionadas, de nerviosismo, de discusiones por cualquier cosa, y de alteración permanente de la vida cotidiana, es obvio que se produzcan conflictos en todos los ámbitos. Y por supuesto esas controversias no dejan de alcanzar a las parejas…
Porque no vamos a negar que escuchamos con frecuencia, y accedemos a saber, que muchos matrimonios naufragan después de algunos años de convivencia.
Al principio, hace ya varios años, cuando eso pasaba era todo un suceso que se observaba hasta con alguna incredulidad, o como algo no tan habitual. Pero con el devenir del tiempo –cuando todo cambió tanto-- al producirse un desenlace la circunstancia de un rompimiento empezó a ser tomada como algo más natural, como algo que puede suceder.
Pero, y no obstante, son muchas las parejas que persisten años y años en una armonía que a veces despierta cierta envidia. Porque, de verdad, ¿no es maravilloso que dos personas puedan conservar su amor durante toda su vida? Aún cuando se pueda aceptar que no siempre el camino habrá sido un lecho de rosas; que seguramente pudo haber dificultades, discusiones, e instantes en los que lo que parecía perfecto estuvo a punto de desbarrancar.
Porque el matrimonio se entiende que necesita del amor de los esposos, comprensión y pactos para el entendimiento que permita la convivencia.
Bodas de Oro.
En estas épocas en que de nada se desata un conflicto, un altercado o una porfía, ciertamente es lindo y gratifica ver que hay parejas que -diera la impresión- pudieron saltar todos los obstáculos para llegar a la madurez de la vida juntos. Como antes, como siempre…
Y allí están los que celebran sus Bodas de Plata (25 años), o las de Oro (50 años). Y no son tantos los que llegan a las de diamantes que simbolizan 60 años de matrimonio.
En el caso de Claudio Daniel Zalabardo y Lucía de los Ángeles García, están celebrando sus Bodas de Oro. Sí, en pocos días llevarán 50 años de matrimonio. Toda una vida.
Hace medio siglo –diciembre de 1974- La Arena se ocupaba de publicar la noticia del casamiento de dos “chicos” que tenían entonces 17 y 15 años, respectivamente. En ese suelto periodístico se destacaba que los jóvenes -tuvieron que pedir la autorización de sus padres para contraer matrimonio- se habían conocido “en la fiesta de 15 de una amiga”. Se enamoraron y allí comenzaron sus vidas juntos, hasta este presente que los encuentra viviendo en Santa Rosa de Calamuchita.
Siempre juntos.
No faltará quien pueda considerar que estas líneas son innecesarias, y que habría otras historias mínimas de por aquí nomás que pueden merecer un espacio en un diario como este. Pero por allí está bueno reflejar algunas cosas buenas que le pasan a la gente, entre tanta pálida que nos rodea todo el tiempo.
Seguramente no será la única historia de una pareja llegando a los 50 años de casados, pero sí se da la particularidad que hace décadas el casamiento de dos “chicos” con toda la vida por delante era todo un desafío que se veía reflejado en estas páginas. Claudio y Lucía se conocieron en un cumpleaños de 15 de ese tiempo, se pusieron de novios y nunca más se separaron.
Se trata de un acontecimiento muy importante en la vida de un matrimonio, ya que la pareja celebra su 50º aniversario de boda. Es Claudio el que rememora: “En ese diciembre de 1974 con Lucía nos encontrábamos en la Redacción de La Arena, sin poder creer que con mis 17 años y los 15 de ella seríamos nota de un diario tan importante”.
Él se había criado “en cercanías del Club Estudiantes, a sólo dos cuadras”, y entre sus amigos “estaban Leonardo y Sergio Santesteban, y creo que de ellos surgió la idea de hacer aquella nota”, completa Claudio.
Se casaron el 20 de diciembre “con autorización de nuestros padres... sin ningún tipo de apuro u obligación que nos llevara a unirnos en matrimonio. Sólo el deseo de estar juntos”
La ceremonia religiosa se celebró en la parroquia la Sagrada Familia de Villa del Busto, y Angel Ceferino Baraybar sería el juez de paz que les firmó la libreta de matrimonio.
Cinco hijas mujeres.
Después vino la vida juntos. “Luego de dos años comenzamos a agrandar nuestra familia, y comenzaron a llegar las hijas, y más tarde los nietos. Así están Claudia Karina (48), empleada en Relaciones Laborales; Gabriela Alejandra (44), licenciada en Servicios Sociales; Ana Carolina (40), que trabaja en la actividad privada, en su peluquería y taller de costura; Marcela Paola (35), profesora; y Erika Daniela (34) licenciada en Comunicación Social. Más tarde llegarían sus ocho nietos, siete varones y una nena… “Hermosos, nos llenan de amor y con su juventud a pleno nos acompañan cada vez que podemos vernos”, dice Lucía.
Recién casados Lucía debió seguir estudiando; y Claudio, luego de dejar de trabajar en Hacendados de la Pampa hizo algunas otras cosas hasta que ingresó en la Policía provincial. Allí estuvo cumpliendo funciones durante 30 años, hasta retirarse con el grado de Comisario Inspector. “En mi trayectoria tuve diversos destinos: Toay, Colonia Santa Teresa, Embajador Martini, 25 de Mayo y Caleufú, y conocimos muchísima gente”, rememora.
En el caso de Lucía estudió en la Escuela de Enfermería y se desempeñó en esa profesión por 33 años.
En las sierras.
Ambos coinciden y admiten que “en todo este tiempo hubo por supuesto momentos de conflictos y desafíos, porque se va aprendiendo en el camino… y aquí estamos”, sonríen felices.
Claudio afirma sin dudas que, de volver el tiempo atrás, “repitiríamos la misma historia… más aún después de haber conformado esta linda familia. Desde casi cuando nos casamos siempre mantuvimos la idea de jubilarnos y venirnos a vivir a las sierras. Y pudimos concretar ese sueño: hace 10 años que Santa Rosa de Calamuchita es nuestro lugar de residencia y de disfrute”.
Lucía aporta que “viajamos bastante, visitamos amigos, o ellos nos visitan… Compartimos recuerdos, experiencias, o aventuras nuevas, acorde a nuestras edades y formas de vida. Con salud, unión familiar y bienestar”,
Han sido muchos años de lucha, de siembra y ahora de disfrute… “¿Cómo se hace?, ¿cómo se logra? Con humildad, sabiendo reconocer errores, teniéndonos fe y teniéndosela al resto… a la familia, a nuestros hijos, a los amigos…”.
Muy agradecidos.
Son gente agradecida, y lo expresan. “Es que hubo muchas personas que nos acompañaron, aconsejaron, nos reprendieron o nos enseñaron, y que contribuyeron a darle forma a nuestras vidas. Y tenemos que mencionar a nuestros padres, de ambos lados… porque ellos dijeron sí cuando apenas éramos dos chiquilines. Y está a la vista que no se equivocaron cuando nos dieron aquella autorización”, completa Claudio.
Y sigue: “Si nos parece mentira que hace tanto tiempo estábamos sentados en la Redacción de La Arena, y recordamos que nos preguntaban como no entendiendo que tan jovencitos nos íbamos a casar…”.
¡50 años! Sí, ha transcurrido medio siglo, y es un buen momento para echar una mirada atrás y repasar toda una vida juntos de Claudio y Lucía, prodigándose el amor eterno que se juraron frente al altar.
Un privilegio que no todos alcanzan; de momentos lindos, y otros de conflictos y desafíos. “Porque no existe la perfección ni el conocimiento pleno de ser esposo, padre y abuelos... Se va aprendiendo con el tiempo, con errores y aciertos…”.
Y tienen razón, porque de verdad… no hay un manual que enseñe a ser felices. Fueron aprendiendo… (M.V.)
La noticia en el diario.
Hace medio siglo -diciembre de 1974- LA ARENA se ocupaba de publicar la noticia del casamiento de dos “chicos” que tenían entonces 17 y 15 años, respectivamente. En ese suelto periodístico se destacaba que los jóvenes -tuvieron que pedir la autorización de sus padres para contraer matrimonio- se habían conocido “en la fiesta de 15 de una amiga”.
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