Seis décadas de casados… y tan felices
Parecería que en este tiempo resulta más complicado encontrar parejas con muchos años de convivencia, aunque algunas hay. Y también daría la impresión que antes eso se daba con una mayor habitualidad.
Hoy en día -basta mirar alrededor- muchas parejas suelen aparecer, a diferencia de otros tiempos, un poco endebles, como menos comprometidas para emprender toda una vida juntas. Lo habitual era -en otras épocas- que duraran mucho, incluso hasta el final de la vida. Aunque obviamente había también separaciones. Pero no era la norma.
En este tiempo, mal que les pese a muchos, eso cambió diametralmente y nadie puede asegurar que dos personas continúen su vínculo para siempre. Los cambios en los hábitos de vida de la gente también conllevaron -en ocasiones- compromisos menos consolidados, y así no son pocos los matrimonios que un día dejan de serlo. Y tanto ha cambiado todo que hay menos formalidad, al punto que muchos eluden pasar por el Registro Civil para registrar las alianzas que se producen. Los jóvenes -y no tanto- eligen la convivencia y recién tiempo después a lo mejor formalizar ante el juez de paz.
Más de seis décadas.
Se debe reconocer que hay uniones de muchos años, matrimonios a la antigua usanza que perduran pese a todas las dificultades que la vida les ha puesto en el camino. Y se celebra que eso ocurra. Claro que sí.
Es el caso de Eiten René Jalabert y María Luisa Roveda, quienes llevan más de seis décadas juntos. Y allí están, muy felices en la casa que los albergó siempre. A él de toda la vida, porque allí vivieron sus padres, porque Eiten heredó la vivienda que refaccionó con sus propias manos hasta convertirla en esa coqueta residencia de Río Negro 554, la barriada de Villa del Busto cuyas calles recorrió desde que era un niño.
Hoy Eiten anda por los 84 años -ella tiene algunos menos-, y con María Luisa disfrutan de la tranquilidad de un transcurrir que ha sido de mucho trabajo y esfuerzo, pero con la alegría de haber conformado esa familia que es el verdadero motor de sus existencias.
Naturalmente el paso de los años van debilitando las fuerzas de las personas, y hay cosas que antes se hacían y ahora ya cuestan un poco más, por lo que para los dos es un “buen plan” pasar “muchas horas plácidamente, juntos… y ver bastantes programas de televisión” que los entretengan. Más allá que la casa se llena de luz con la visita de los hijos y los nietos que completan la familia.
Eiten y María Luisa tuvieron cuatro hijos: Alberto René (trabajaba en la Legislatura), Sergio Andrés, Marcela Fabiana, Pablo Daniel (los tres últimos trabajaron en el Servicio Penitenciario Federal). Los dos nietos son Macarena (es Licenciada en Psicopedagogía) y Gabriel (piloto de avión).
Amor epistolar.
¿Cómo se conocieron? Y relata Eiten: “Yo estaba haciendo el Servicio Militar en Neuquén, en 1960. Me tocó ir en comisión a La Plata y aproveché a pasar por la casa de unos familiares en Sarandí (Buenos Aires). Y allí estaba María Luisa…”. Desde entonces están juntos.
Es ella la que cuenta algunos detalles: “Nos gustamos enseguida y entonces empezamos a cartearnos… Como era entonces. Por suerte Eiten consiguió trabajo con el comisionista Calvo, y tenía que viajar seguido a Buenos Aires y entonces podíamos vernos”, comentó.
Al tiempo se casaron en Sarandí y decidieron venirse a Santa Rosa. Precisamente a la misma casa donde residen ahora. “Estamos en este barrio desde siempre, y muy contentos porque tenemos muy buenos vecinos… cuando vinimos esta casita era muy humilde, pero Eiten se las arregló para dejarla muy linda”, comenta ella con orgullo.
Fueron años de mucho laburo. Él se empleó en el Servicio Penitenciario (camino que seguirían tres de sus hijos), pero al retirarse joven no se quedó con ese salario, y nunca le escatimó al esfuerzo: “Trabajé en varios lados, en la fábrica de mosaicos de Formiglio, con Dante Pracilio pasando películas en el Cine Monumental; y en la Panadería La Norteña. Y bueno, así pudimos vivir bien, y darnos el gusto de viajar con los hijos, a la costa, Mar del Plata, Miramar, Las Grutas”, puntualiza.
Nuevo aniversario.
Por estas horas se cumple un nuevo aniversario de casados, y lo festejarán como cada vez en familia, junto a los hijos y los nietos. “Hemos tenido una linda vida”, sintetiza María Luisa.
Eiten y María Luisa. Un amor para toda la vida. Juntos construyeron una pequeña historia de por aquí nomás, común, sencilla, simple. La de una pareja que supo comprenderse y apostó al amor, al respeto y el apoyo mutuo. Y hoy lo celebran. (M.V.)
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