Lunes 29 de septiembre 2025

“Son premios nacidos del corazón y la tierra pampeana”

Redacción 29/09/2025 - 00.20.hs

Tempranillo y un Reserva Malbec de Acha alcanzaron la máxima distinción. “Con la sala de desgustación completamos nuestro circuito turístico y desde entonces recibimos cada vez más visitantes”, contaron los socios de Estilo 152.

 

Los vinos de La Pampa volvieron a brillar con luz propia en un escenario internacional. Un Tempranillo y el Malbec Reserva 2023 de Estilo 152 obtuvieron medalla de oro en la última edición del VINUS, un concurso anual con enorme prestigio, que se desarrolla en Mendoza y otorga puntos para el Ranking Mundial de Vinos. La bodega achense revalidó los logros conseguidos en la anterior edición del certamen, confirmando la calidad como rasgo distintivo de la producción pampeana.

 

“Más allá de los premios, nos distingue nuestra historia. Cada copa carga pedacitos de historia y sacrificio, cada varietal ofrece el sabor de la tierra que lo vio crecer”, asegura Horacio Marín. Y así es. La bodega “nació del encuentro de cinco socios con raíces distintas: dos con herencia chacarera en viñas mendocinas, un pampeano, un bonaerense y otro pampeano, que no está físicamente con nosotros, pero cuya memoria sigue viva en cada paso que damos”.

 

En cada visita a sus familias de origen, los primos traían racimos para hacer vino con sus amigos achenses. Desde aquella producción casera, que degustaban en asados y ofrecían a los amigos, hasta la bodega boutique con viñedo propio que hoy visitan los turistas y obtiene premios internacionales, hubo un largo viaje.

 

“Fue esa diversidad de orígenes quien proporcionó la fuerza para hacer realidad el sueño común: demostrar que La Pampa también podía regalar grandes vinos. Nuestra bodeguita no fue resultado de enormes inversiones ni grandes estructuras. Nació de una pasión, de trabajar todos los días y la convicción de que, cuando las raíces se juntan, pueden alcanzar cosas únicas”, reflexiona.

 

Paseo.

 

Los premios de este año permiten celebrar una nueva etapa en este viaje. “Hace algunos meses, cuando inauguramos la sala de degustación, completamos el circuito turístico. Y desde entonces el movimiento es cada vez más intenso, llegan visitantes con asiduidad, nos visitan colegios de otras localidades y paran los turistas de otros lugares del país”, cuenta Horacio.

 

Es importante “iniciar el recorrido en nuestro viñedo, mostrando y explicando las distintas tareas productivas”. Por esta época, “hacemos trabajo de mantenimiento. Las viñas fueron podadas y esperamos sus brotes nuevos, después de las últimas heladas”. Este fenómeno entraña uno de los peligros más temidos y puede arruinar una cosecha. “Es un gran riesgo. El año pasado nos castigó una helada en noviembre”, recordó.

 

Con un viñedo tan joven y pequeño, la mayor parte de la producción todavía se asienta en uvas de Casa de Piedra. “Esta temporada las plantas ya soportarán mayor carga que el año anterior y esperamos producir unas 1.500 botellas. Y si todo sigue bien, una cifra mayor al año siguiente”.

 

Del viñedo, los visitantes son trasladados hasta la bodega. “Vamos mostrando los distintos pasos de elaboración y búsqueda de calidad, hasta llegar a la sala de degustación, donde ofrecemos un servicio gastronómico”. Allí los visitantes pueden “disfrutar empanaditas achenses y una variedad de fiambres y quesos pampeanos, acompañados por nuestros varietales”.

 

Aunque el viaje no termina, la propuesta ya se convirtió en un atractivo turístico importante para General Acha. “Por eso, para nosotros Estilo 152 no significa solamente vinos: es experiencia, identidad, calidad”. En ese paseo por el viñedo, los relatos sobre la alquimia y la calidez de un emprendimiento empujado por la familia, los amigos y la comunidad achense, reside el secreto más íntimo de la historia que guardan sus botellas.

 

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