Domingo 28 de septiembre 2025

El mundo de las guitarras

Redaccion Avances 28/09/2025 - 06.00.hs
El dúo Ernesto Snajer y Matías Arriazu llegará a Guitarras del Mundo desde Buenos Aires.

Un festival único y universal donde la guitarra es protagonista a través de la pulsación de los intérpretes, pero a su vez, es un acto de resistencia frente al ajuste y la violencia política del gobierno nacional.

 

Redacción *

 

Una vez más el Festival Guitarras del Mundo recala en La Pampa, en esta oportunidad la 31º edición, que se desarrollará el sábado 4 de octubre (21hs.) en el Teatro Español de Santa Rosa. La propuesta incluye como siempre guitarreros y guitarristas del mundo, de Argentina y los valores locales. La grilla de este año se conformará con el dúo Ernesto Snajer y Matías Arriazu, de Buenos Aires, Jorge Palacios, de Río Negro, y por La Pampa lo harán Roberto Palomeque, Yanet de los Santos y Boris de Pian, con la dirección musical del maestro Mario Figueroa, que repondrán la obra de Guillermo Mareque.

 

La guitarra se integra tempranamente a la historia musical de la provincia y se arraiga en numerosos artistas de diferentes géneros, sean los propios intérpretes del instrumento, como así también los que escriben sobre su sortilegio, entre ellos, Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Edgar Morisoli o Julio Domínguez, “El Bardino”. Además de la creatividad que se ha destacado tanto en la composición como en la misma interpretación, el mito también se adhiere a esa trayectoria tanto popular como académica; y en tal sentido sobresale el caso de las afinaciones “raras”, es decir, las afinaciones abiertas, entre las que se destaca el famoso “temple del diablo”, en cuyo registro y resguardo se destacaron Juan Huala, Guillermo Mareque y Paulino Ortellado.

 

Guitarras en los sindicatos.

 

Ante el ajuste y la violencia política en el país la Unión del Personal Civil de la Nación sostiene uno de los festivales más prestigiosos a nivel mundial, denominado Guitarras del Mundo, con la participación de numerosos artistas de distintos estilos y técnicas, este año habrá actividades en 31 sedes a lo largo y a lo ancho de la Argentina, organizadas por las 24 seccionales de UPCN.

 

En ese sentido, los impulsores del evento, el maestro Juan Falú y el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, han resaltado para esta ocasión: “Vamos por la 31º edición de Guitarras del Mundo. Una vez más nuestro festival sigue de pie y, desde el año pasado, con el único soporte organizativo de la UPCN. Nos sostenemos, además por el compromiso de guitarristas que defienden este proyecto, por el abrazo que recibimos del público y por el acompañamiento de los medios que visualizan Guitarras del Mundo como un acontecimiento de la actividad artística nacional. En tiempos difíciles, la consigna es resistir. Pero no a cualquier precio, pues se mantienen firmes las premisas de cobijar nobles sonidos de la guitarra y de que se escuchen en todas las provincias argentinas. En esta Patria que, como siempre sostuvimos, también se hizo ‘de a guitarra’. Por la Patria amada y herida, suenan y lloran las guitarras”.

 

Respecto a la nueva edición del evento, Jorge Lezcano, secretario general de UPCN Seccional La Pampa, destaca y refuerza “la idea de continuar consolidando la participación local, articulando con figuras de diferentes lugares de la provincia que representan la idiosincrasia del pueblo pampeano”, además de sumar a la prosapia tradicional conformada por Guillermo Mareque, Paulino Ortellado, Juan Huala, Juan Pagano, Aníbal Olié, los Santajuliana (Carlos, Raúl, Martín y Juan Cruz), Julio Argentino Aguirre, Gerardo “Lalo” Molina, Mario Figueroa, las y los guitarristas emergentes, como Roberto Palomeque, Carlos Loza, Ignacio “Nacho” Godano, Hernán Villegas, Jonatan López, Aixa Aguirre, Rubén Ortellado, Matías Bonavitta (charanguista), Cristian Mitzig, así como el trío DePasoTangazo, integrado por Walter Campos, Mauricio Suárez Becerra y Emil Gonzáles, entre otros, que se destacan en el universo de la guitarra”, y también enfatiza “el trabajo interinstitucional con las secretarías de Cultura de la Municipalidad de Santa Rosa y del Gobierno de La Pampa”.

 

La voz de los intérpretes.

 

Además de tocar en ese universo conformado por las seis cuerdas, de pulsar el instrumento con su estilo propio, característico, que los diferencia pero, a su vez, los hermana en el corazón de la guitarra, los intérpretes también reflexionan y cuentan su historia. Se nos ocurrieron una serie de preguntas en las que se resuma la historia personal y lo colectivo, la vinculación con la guitarra, las y los maestros, las trayectorias e influencias, así como también el valor del festival Guitarras de Mundo y la particularidad de estar organizado por un sindicato, UPCN, a través de su Consejo Directivo Nacional y las 24 seccionales del país.

 

Ernesto Snajer.

 

Guitarrista y compositor nacido en la Ciudad de Buenos Aires en 1968. Su trayectoria abarca interpretaciones de la música folclórica argentina y latinoamericana, investigación de las nuevas músicas de distintos rincones planetarios y ha participado en proyectos disímiles que abarcan el folclore, el tango, el jazz, el pop, la música brasilera, el candombe y otros etcéteras.

 

- ¿Cómo te encontraste con la guitarra y qué significó descubrir ese universo?

 

- Me encontré de muy pequeño, alentado por mis viejos. Y me cambió la vida, era mi juguete preferido, pasaba muchas horas tratando de sacar temas.

 

- ¿Qué influencias podés destacar en tu formación: maestros, escuelas, etc.?

 

- La lista sería interminable. Hago un resumen: mis maestros Francisco Rivero, Aníbal Arias, Laura Baade, la escuela EMPA, y todos los músicos con los que tuve oportunidad de compartir.

 

- ¿Cuánto hay de mito entre el guitarrero, como se denominaba Paulino Ortellado (autodidacta), y el guitarrista, que estudió en la academia?

 

- No creo que haya una división entre esos mundos. Hay “guitarreros” brillantes, que nunca tuvieron formación académica. Y guitarristas de formación académica también brillantes. Y combinaciones muy notables (guitarrreros con alguna formación académica y gente muy educada académicamente que también se formó paralelamente en guitarreadas y de manera intuitiva). En definitiva, creo que lo ideal desde mi punto de vista, es una combinación de ambos universos.

 

- ¿Qué significa o representa el Festival Guitarras del Mundo?

 

- Significa mucho. Por el espacio que brinda a todas las expresiones musicales. Y porque me parece un gran ejemplo, que Juan Falú haya logrado con una tenacidad enorme, mantener el Festival por tantos años. El festival es un clásico, y único en su especie en el mundo.

 

- La participación en Guitarras del Mundo posibilita el intercambio con maestros internacionales y también con artistas locales, de cada provincia. ¿Qué aprendizaje rescatás de esa interacción?

 

- El aprendizaje es valiosísimo. La posibilidad que brinda el Festival de compartir con otros colegas (o incluso, solamente escucharlos ya es una gran inspiración).

 

- ¿Alguna vez pensaste que un sindicato de trabajadores se involucre en la gestión y producción cultural?

 

- Me parece genial que esto suceda. Me parece que todos los sindicatos existentes necesitan tener su departamento de cultura funcionando a pleno. Pienso que cuando gestión y producción cultural, son gestadas desde lxs trabajadorxs, tienen un peso incalculable. Y producen un beneficio enorme para un número de gente muy grande.

 

Jorge Palacios.

 

Guitarrista y compositor nacido en Villa Regina (Río Negro), en 1979. Realizó sus estudios de Profesorado Superior de guitarra, en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA) de General Roca. Ha realizado giras por el país y el extranjero con un repertorio original dedicado exclusivamente a la difusión de música argentina y latinoamericana.

 

- ¿Cómo te encontraste con la guitarra y que significó descubrir ese universo?

 

- Todos tenemos una historia para contar y siempre es hermoso recordar ese primer encuentro, ese primer momento en la guitarra con la música. La verdad es que mi encuentro con la música, el canto y, especialmente, con la guitarra, fue algo muy natural, algo muy orgánico. Podría decir, que era como ese aroma a comida casera que preparaba mi mamá. En casa la música llegó a través de ella, con su voz y su guitarra. Cantaba hermoso y tuvo muchos años de carrera. Era una voz de pueblo, una voz popular.

 

- ¿Qué influencias podés destacar en tu formación: maestros, escuelas, etc.?

 

- Además de aquella primera infancia donde la música reinaba en la voz de mi mamá, en la voz y la guitarra, se me viene a la memoria, inevitablemente mi abuelo Sergio, mi abuelo materno, que si bien no era guitarrista, pero fue como un compañero fiel de estudio, un melómano muy criterioso, que me llevaba mates y me corregía mientras yo aprendía tocar. Tenía mucha noción del ritmo, de la técnica, de la limpieza del sonido y, sin saber, me enseñaba.

 

- ¿Cuánto hay de mito entre el guitarrero, como se denominaba Paulino Ortellado (autodidacta), y el guitarrista, que estudió en la academia?

 

- Para mí la distinción entre el guitarrero autodidacta y el guitarrista de academia es realmente un mito más que una realidad irreconciliable. Mi propia historia, mi propio camino es un reflejo de esa confluencia. Empecé a tocar de forma muy intuitiva, guiado como te contaba por mi madre, por mi abuelo y después me metí en la formación académica, la guitarra clásica, algunas cosas de guitarra flamenca, después el folclore argentino, tango, música sudamericana. Fue como una amalgama que definió distintas maneras de conocer el instrumento, no una única manera.

 

Figuras como Paulín Ortellado, a quien mencionaste, representan la esencia del guitarrero que sin pasar por una academia formal desarrolló un lenguaje guitarrístico inmenso y original. O sea, su toque no era solo una forma de tocar, sino una expresión profunda de La Pampa y de sus ritmos, de su gente. Y como dijera Carlos Loza, hace poco leí algo que me gustó mucho, que dice, todo Paulino Ortellado es La Pampa. Me encantó, en sus manos la guitarra hablaba el idioma de la milonga, del estilo, de la cifra y, además, con una maestría que venía de la vivencia, o sea, de los oídos, de la transmisión oral. Tuve el honor de conocerlo a Paulino Ortellado, justamente gracias a Guitarras del Mundo. Coincidimos en General Roca en octubre del 2004. Yo toqué como músico local, tenía 25 años. Recuerdo que esa noche también tocó Manuel Iglesias, guitarrista flamenco, y me impactó muchísimo Paulino Ortellado. Y además su calidez, su persona, me dijo cosas muy lindas y me hizo reír mucho con algunos cuentos, algunos chistes que contaba. Su profundidad era notable, y me quedó muy grabada su forma de bordonear, el sonido fundamentalmente, su sonido muy profundo. Lo profundo y algo como salvaje también, pero de muchísima originalidad. Algo que tenía mucha alma, mucho sentimiento.

 

Volviendo a lo del guitarrero y guitarrista, para mí la riqueza de la música argentina reside precisamente en cómo estas dos vertientes se nutren mutuamente. O sea, uno puede observar en muchos guitarristas actuales, una profunda formación, a la vez que un respeto y amor por la tradición. Porque se integra la sabiduría de la raíz popular con la técnica y el orden académico. Para mí lo fundamental es que la música sea lo primero. Esto sería integrar la espontaneidad y la raíz popular del guitarrero con la estructura y la técnica del académico.

 

- ¿Qué significa o representa el Festival Guitarras del Mundo?

 

- Este festival tan, tan querido, tantos años ya, que es único en el mundo, único. Yo no conozco algo ni parecido que se haga en todo un país, en todo el territorio, en un país como el nuestro, tan lleno de expresiones musicales, de culturas. Guitarras del Mundo es un proyecto cultural de una enorme relevancia, un verdadero acto de resistencia cultural, como alguna vez ha dicho el maestro Juan Falú. Un festival como Guitarras del Mundo representa la esencia de lo que buscamos quienes amamos este instrumento y la música de raíz. Es una plataforma que ayuda a federalizar la cultura, llevar la riqueza de la guitarra a cada rincón del país, descentralizando el arte y valorando también a los talentos locales. Es un espacio vital para fomentar el intercambio entre maestros internacionales, músicos argentinos. Una idea que resuena profundamente conmigo. Y creo que la música puede trascender fronteras y conectar con la esencia de una cultura, sin dudas. Al poner en valor la guitarra en su diversidad, desde el folclore, el tango, lo clásico, lo contemporáneo, el jazz, el flamenco, el festival Guitarras del Mundo contribuye a mantener vivas y en constante evolución nuestras raíces musicales.

 

- La participación en Guitarras del Mundo posibilita el intercambio con maestros internacionales y también con artistas locales, de cada provincia. ¿Qué aprendizaje rescatás de esa interacción?

 

- El intercambio con músicos de diferentes latitudes y con las voces locales de cada provincia, con los diferentes lenguajes que existen, y, bueno, con los músicos que vienen de afuera, de otros países, es uno de los mayores tesoros del ámbito musical.

 

De cada maestro y colega uno aprende no sólo nuevas técnicas o diversidad de repertorio, sino también la humildad, la camaradería, que resuena más allá del escenario. Guitarras es una escuela en sí misma, que se nutre y nutre, permanentemente, nuestra música y nuestra cultura.

 

- ¿Qué opinión te genera que un sindicato de trabajadores se involucre en la gestión y producción cultural?

 

- A mí me parece sumamente valioso, interesante, algo positivo en varios aspectos. Y habla muy bien también de ese sindicato y su compromiso con la esencia de nuestra identidad.

 

Proyectos culturales que buscan rescatar y enriquecer la cultura, y en este caso, la música y los lenguajes expresados desde la guitarra, se benefician enormemente de un respaldo que garantice su continuidad y alcance. Para mí, lo esencial, es que se democratiza el acceso a la cultura y se valora el trabajo del artista, asegurando condiciones dignas, el reconocimiento de su aporte.

 

Creo que es un camino valioso para asegurar que las raíces profundas de nuestra música sigan creciendo y evolucionando.

 

* UPCN Seccional La Pampa

 

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