Tardaron en transfundirle sangre por su religión y murió
Un enfermero pampeano, que sufrió un grave accidente de tránsito, murió el domingo 20 de abril en Viedma, tras permanecer varios días internado porque necesitaba una transfusión de sangre que tardaron en realizarle porque era testigo de Jehová y su religión se lo impedía.
El caso resonó en Río Negro y, sobre todo, en las redes sociales donde se mostraron numerosas muestras de afecto y dolor de sus allegados.
El hombre, identificado como Nicolás Bisterfeld, vivía hacía unos 20 años en Viedma donde trabajaba en la Terapia Intensiva de una clínica privada, confirmaron a LA ARENA fuentes del entorno.
Hace unos 15 días, el joven tuvo un accidente con su moto en el Puente Viejo. Las heridas que sufrió fueron gravísimas: sufrió Traumatismo Cráneoencefálico (TEC) grave, confirmó el diario rionegrino, Noticiasnet.com.
Pero esto no fue todo. Cuando los médicos lo fueron a rescatar, el motociclista sufrió un paro cardiorespiratorio que fue reanimado con éxito por lo que al ser internado se requería una transfusión de sangre ante la posibilidad de una intervención quirúrgica a raíz de un agravamiento de su estado.
Lo que en principio era un procedimiento médico normal no lo fue. Los médicos, en ese momento, se encontraron con una traba no menor. Los familiares de Nicolás indicaron que el paciente era testigo de jehová cuya creencia religiosa le impedía recibir otros flujos sanguíneos. Justamente, este mismo planteo le fue formulado a los médicos y a los jueves del Juzgado de Familia 5, a cargo de Ana Carolina Scoccia.
"En el intercambio, la familia indicó que el paciente no había dejado documentación por escrito que impedía esa práctica, con lo cual esa flaqueza dejó una puerta abierta para que la magistrada pueda definir el caso", indica el medio antes citado.
MUESTRAS DE DOLOR.
Los fundamentos plantean que en el caso, ante la negativa de la esposa a brindar el consentimiento respecto de la transfusión y la falta de directivas anticipadas por parte del paciente o un estado de conciencia que le permita expresar su voluntad por sí (aceptación o negativa), se presenta un conflicto entre el derecho a la vida y la libertad religiosa, que requiere una ponderación judicial respetuosa de los principios de proporcionalidad, necesidad y razonabilidad.
“Por otro lado, la autonomía de la voluntad, expresada en el rechazo a tratamientos médicos por convicciones religiosas, ha sido reconocida y reafirmada por la jurisprudencia nacional e internacional. No obstante, cuando se trata de decisiones que ponen en riesgo inmediato la vida, los tribunales han aceptado excepciones”, expuso la jueza.
En consecuencia, informó Noticias.net, Scoccia resolvió autorizar al equipo médico del Hospital Zatti a realizar los tratamientos médicos necesarios, de acuerdo al criterio del equipo tratante (que incluye la transfusión de sangre al motociclista, con carácter urgente).
También hizo saber que esta decisión “se funda en la inexistencia de directivas anticipadas por parte del paciente, el carácter excepcional de la situación, el riesgo vital inminente, y la obligación del Estado de proteger la vida como derecho fundamental”.
Pese a la autorización judicial, fue demasiado tarde. Tras el procedimiento médico, el joven pampeano murió una semana después del accidente.
Sus restos fueron velados y a la fecha siguen los mensajes de dolor.
"Muchas guardias de terapia y charlas compartidas con Nico... sin Palabras.. QEPD. Abrazo a los familiares", dijo uno de sus compañeros de trabajo.
"¡Qué descanses en paz Nico! ¡Excelente persona y profesional. Un ejemplo para todos", agregó otra allegada.
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