Lunes 12 de mayo 2025

Un fallo favoreció a hombre víctima de un siniestro vial

Redacción 12/05/2025 - 00.13.hs

La justicia reconoció “responsabilidad objetiva” y ordenó que una compañía aseguradora indemnizara a una víctima de tránsito. “Fue difícil conseguir abogados. Además de representarme, sumaron esperanzas para reacomodar mi vida”, dijo el damnificado.

 

La jueza Susana Ethel Fernández, titular de la Oficina de Gestión Común para Juzgados de Primera Instancia en lo Civil, ordenó a Sancor Seguros pagar un resarcimiento que incluyó “incapacidad sobreviniente, gastos médicos, lucro cesante y daño moral” a un hombre de 45 años, damnificado hace casi seis años por un siniestro de tránsito. Recientemente, el fallo fue ratificado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y la compañía aseguradora tuvo que pagar la suma reclamada por aquellos rubros, actualizada con intereses desde el 28 de septiembre de 2019, más las costas de profesionales intervinientes.

 

La novedad es que la causa penal por el choque, registrado hace seis años, había terminado archivada sin determinar a quien correspondía la responsabilidad de haber cruzado el semáforo en rojo, por lo cual parecía no haber a quién demandar por daños y perjuicios. Sin embargo, la jueza reconoció “responsabilidad objetiva” argumentada por el demandante, a través del patrocinio legal del Estudio Aguerrido.

 

Esta figura fue incorporada al Código Civil con el fin de “proteger a la persona”, enfocando la mirada judicial en el damnificado. Santiago Costabel, uno de los patrocinantes de la causa, explicó que permite beneficiar a “ciudadanos perjudicados por actividades riesgosas, aunque el responsable no haya incurrido en culpa alguna”. Por ejemplo, una persona herida por la caída de una rama podría imputar responsabilidad objetiva al dueño del árbol, aún si éste mantuvo recaudos podándolo con frecuencia.

 

Costabel añadió que “el auto es un objeto riesgoso y su dueño responde por los daños que pudiera producir. Para imputar responsabilidad objetiva, no importa el grado de culpabilidad porque el código civil establece que el dueño o titular de un objeto riesgoso debe responder ante la justicia. Y en esta causa, por haber sido choque entre auto y moto, el riesgo creado por el auto es mayor que el del otro vehículo”.

 

El demandante solicitó reserva de su identidad y este artículo lo nombrará por sus iniciales. L.M. tiene 45 años. Durante la noche del 28 de septiembre de 2019 resultó gravemente lesionado, mientras circulaba por calle Roque Sáenz Peña como acompañante de una motocicleta Zanella 110 que chocó contra un utilitario. Hasta aquel día se desempeñaba como chofer del Ministerio de Educación.

 

No conducía ninguno de los vehículos, pero resultó gravemente herido, con fracturas en pierna y torso, y un grave traumatismo con hundimiento de cráneo y pérdida de masa encefálica. Diez meses después le colocaron una placa de titanio de 20 centímetros y cuando se reintegró al trabajo, una pérdida parcial de visión le impidió continuar como chofer. Actualmente sigue padeciendo consecuencias como jaquecas, mareos permanentes y algunas “alteraciones derivadas de un desorden mental orgánico pos traumático”.

 

“Estrellas verdes”.

 

Patrocinado por el Estudio Aguerrido, L.M. demandó a Sancor Seguros, cuya póliza tenía contratado el conductor del utilitario, reclamando un resarcimiento por daños sufridos, pérdida de chance (tras la licencia dejó de percibir horas extra y viáticos) y daño moral. “El proceso judicial duró unos cuatro años. La jueza reconoció la responsabilidad objetiva y determinó que la aseguradora debía pagarme todos los daños ocasionados y el lucro cesante”, explicó el hombre.

 

En un artículo publicado el 21 de febrero de 2023, LA ARENA había informado sobre esta causa enfocada en la figura de “responsabilidad objetiva”, que permitía obtener resarcimiento por daños y perjuicios a víctimas de siniestros de tránsito.

 

Ya con fallo firme y tras cobrar su resarcimiento, L.M. se acercó a esta redacción para “agradecer a José Mario Aguerrido y Santiago Costabel, quienes tomaron el caso y lo tramitaron muy bien. Recorrí muchos buffets y me costó conseguir abogados, porque la causa penal no determinaba responsables. Si Estrellas Amarillas reclama justicia por las víctimas de tránsito, estos letrados son estrellas verdes: ofrecen esperanza a los damnificados y ayudan a reacomodarte a la vida diaria, porque después de una recuperación y con discapacidad sobreviniente hay que volver al trabajo”, recordó.

 

Mal encuadramiento.

 

Si bien cuando se reincorporó al trabajo dejó de percibirlos, hasta el día del choque L.M. cobraba viáticos y horas extras por su desempeño como chofer. “El fallo reconoció el lucro cesante, pero me descontaron unos ocho millones de pesos correspondientes a viáticos y horas extras. Hicimos el reclamo y la jueza ordenó una pericia específica, cuyo resultado fue que estaba mal encuadrado laboralmente, porque soy administrativo y los choferes revistan como Servicios Generales”, contó

 

“Así que recientemente presenté un reclamo personal al ministerio, pidiendo reconocimiento por esa indemnización perdida y solicitando correcciones en mi recibo de sueldo. Al contratarme, me dijeron: ‘tenés secundario completo así que te nombraremos administrativo’, y creí que me hacían una gauchada. ¿Quién iba a pensar que tendría un accidente? Pero entonces comenzaron mis inconvenientes por estar mal registrado y no hallar correspondencia entre las oficinas donde trabajo y lo que figura en mi recibo”, concluyó.

 

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