Murió una querida vecina de Winifreda

Tristeza y dolor causó ayer domingo a la comunidad winifredense la noticia de la muerte de Ana Kowganka. La vecina dedicó gran parte de su existencia al campo y el 1º de mayo pasado su vida fue reflejada en una nota del suplemento por el día del Trabajador publicada por este diario. "Con el empleado recorremos algunos lotes, vemos la hacienda, le doy de comer al perro, al gato. El campo me apasiona, no lo puedo dejar", había asegurado en esa oportunidad.

Ana Kowganka era hija de inmigrantes polacos y este año había cumplido 89 años en la zona rural de Winifreda. En ese ámbito nació, hizo la escuela primaria, durante su adolescencia se dedicó a la cría y atención de animales en medio de una vida difícil, más tarde formó una familia, y cuando falleció su esposo e hijo debió hacerse cargo de la administración general de un establecimiento agropecuario de 380 hectáreas que todavía conservaba. Allí sufrió un robo y padeció la gran inundación del año 2017, pero siempre se repuso, y siguió produciendo la tierra. Nunca se endeudó con los bancos.

En los últimos años vivió en la zona urbana, pero cada dos días visitaba su campo, que era su lugar en el mundo. Amaba a sus trece nietos y siete bisnietos.