Una explicación para el misterio de los círculos
Redacción 17/10/2009 - 01.26.hs
Un pulgón que afecta a la flor amarilla sería una probable causa para los llamativos "manchones" de plantas quemadas que se ven en muchos campos. La población del parásito crece en forma radial, secando las plantas en una superficie con forma circular.
Quizá no sea la correcta, pero es un principio de explicación para el "misterio": los círculos que en estos días aparecieron en campos del sur de la provincia podrían ser consecuencia de una plaga que afecta a la flor amarilla que cubre esos lotes. Se trata de un fenómeno habitual que este año es más evidente por la fuerte sequía.
Fernando Lehr es un ingeniero agrónomo que se desempeña en la agencia de extensión del INTA de la localidad de Guatraché. Ayer fue contactado por LA ARENA para conocer su opinión sobre los círculos que tanta polvareda han levantado en estos días, un fenómeno para el que tiene una explicación científica -y también sencilla- a partir de su formación profesional y experiencia en el campo. "Cuando vi las fotografías en los diarios, recordé y les dije a la gente que estaba conmigo que hay muchas plagas que actúan así, en círculos", relató el profesional. "No estuve en Jacinto Arauz ni vi estas marcas en persona -aclaró-, pero las formas y la situación es muy parecida".
El hecho de que estos manchones de malezas secas tengan forma circular no es ninguna rareza. Todo lo contrario. Estas plagas comienzan a consumir a las plantas hospedantes a particular de un punto que se transforma en el centro de un círculo que se granda a medida que la población crece. Esto permitiría explicar por qué no todos los círculos tienen la misma extensión, sino que los hay desde decimétricos hasta aquellos de mayor tamaño, 17 metros de diámetro el más significativo.
Lehr relató que en los casos similares que vio años atrás, los círculos fueron generados por un pulgón que ataca a la flor amarilla. El insecto toma la savia de la planta incrustrando su aparato chupador en el envés de las hojas. "Uno daba vuelta las hojas, y abajo está toda llena de pulgones", contó. "No es algo tan raro", acotó el profesional. "De hecho es bastante habitual, ocurre todos los años, e incluso en el campo de mi familia también hay", aseguró.
Si bien el fenómeno es habitual, este año se hizo más evidente a raíz de la fuerte sequía que castiga a la región. "En un año normal, cuando uno va con la camioneta dentro de un cuadro, se da cuenta que hay partes donde una especie, en este caso la flor amarilla, está seca, y en otras partes no". Esta situación no se alcanza a percibir debido a que esas plantas conviven junto con otras especies y el parasitismo que sufren queda diluido entre la vegetación.
Este año, el escenario es diferente. Los campos están tan secos que prácticamente no prosperó ninguna especie que no sean aquellas preparadas para las variaciones estacionales del clima pampeano. Y las pocas que crecieron fueron consumidas por el ganado. No es el caso de la flor amarilla, que es una planta "no palatable", es decir, no es del agrado del ganado porque tiene un fuerte sabor amargo.
"Entonces la flor amarilla se encontró con que no tenía competencia y hoy se pueden ver muchos campos de nuestra región cubiertos por un tapiz amarillo, ya que es la única especie que hay".
Esta combinación de factores hizo que este año un fenómeno habitual aunque poco trascendente, se manifestara con tanta fuerza que indujera a muchos a decir que se trata de algo "inexplicable" y, bajo el paraguas de lo irracional, los llevara a buscar respuestas de la más variada índole.
Lehr comentó que en estos días recibió varias consultas por situaciones similares en otros predios de la región, lo que confirma su hipótesis de que estos círculos no son una rareza sino algo predecible y explicable. No obstante, reiteró, no vio en persona los círculos de Jacinto Arauz lo que le hace tomar la prevención de que, eventualmente, podría haber otras explicaciones para el fenómeno, o bien sus ideas podrían no aplicarse en el campo de Sergio Forastier, que es el que más repercusión ha tenido.
Quizá no sea la correcta, pero es un principio de explicación para el "misterio": los círculos que en estos días aparecieron en campos del sur de la provincia podrían ser consecuencia de una plaga que afecta a la flor amarilla que cubre esos lotes. Se trata de un fenómeno habitual que este año es más evidente por la fuerte sequía.
Fernando Lehr es un ingeniero agrónomo que se desempeña en la agencia de extensión del INTA de la localidad de Guatraché. Ayer fue contactado por LA ARENA para conocer su opinión sobre los círculos que tanta polvareda han levantado en estos días, un fenómeno para el que tiene una explicación científica -y también sencilla- a partir de su formación profesional y experiencia en el campo. "Cuando vi las fotografías en los diarios, recordé y les dije a la gente que estaba conmigo que hay muchas plagas que actúan así, en círculos", relató el profesional. "No estuve en Jacinto Arauz ni vi estas marcas en persona -aclaró-, pero las formas y la situación es muy parecida".
El hecho de que estos manchones de malezas secas tengan forma circular no es ninguna rareza. Todo lo contrario. Estas plagas comienzan a consumir a las plantas hospedantes a particular de un punto que se transforma en el centro de un círculo que se granda a medida que la población crece. Esto permitiría explicar por qué no todos los círculos tienen la misma extensión, sino que los hay desde decimétricos hasta aquellos de mayor tamaño, 17 metros de diámetro el más significativo.
Lehr relató que en los casos similares que vio años atrás, los círculos fueron generados por un pulgón que ataca a la flor amarilla. El insecto toma la savia de la planta incrustrando su aparato chupador en el envés de las hojas. "Uno daba vuelta las hojas, y abajo está toda llena de pulgones", contó. "No es algo tan raro", acotó el profesional. "De hecho es bastante habitual, ocurre todos los años, e incluso en el campo de mi familia también hay", aseguró.
Si bien el fenómeno es habitual, este año se hizo más evidente a raíz de la fuerte sequía que castiga a la región. "En un año normal, cuando uno va con la camioneta dentro de un cuadro, se da cuenta que hay partes donde una especie, en este caso la flor amarilla, está seca, y en otras partes no". Esta situación no se alcanza a percibir debido a que esas plantas conviven junto con otras especies y el parasitismo que sufren queda diluido entre la vegetación.
Este año, el escenario es diferente. Los campos están tan secos que prácticamente no prosperó ninguna especie que no sean aquellas preparadas para las variaciones estacionales del clima pampeano. Y las pocas que crecieron fueron consumidas por el ganado. No es el caso de la flor amarilla, que es una planta "no palatable", es decir, no es del agrado del ganado porque tiene un fuerte sabor amargo.
"Entonces la flor amarilla se encontró con que no tenía competencia y hoy se pueden ver muchos campos de nuestra región cubiertos por un tapiz amarillo, ya que es la única especie que hay".
Esta combinación de factores hizo que este año un fenómeno habitual aunque poco trascendente, se manifestara con tanta fuerza que indujera a muchos a decir que se trata de algo "inexplicable" y, bajo el paraguas de lo irracional, los llevara a buscar respuestas de la más variada índole.
Lehr comentó que en estos días recibió varias consultas por situaciones similares en otros predios de la región, lo que confirma su hipótesis de que estos círculos no son una rareza sino algo predecible y explicable. No obstante, reiteró, no vio en persona los círculos de Jacinto Arauz lo que le hace tomar la prevención de que, eventualmente, podría haber otras explicaciones para el fenómeno, o bien sus ideas podrían no aplicarse en el campo de Sergio Forastier, que es el que más repercusión ha tenido.
Apresurado.
El ufúlogo Fabián Romano también le puso paños fríos a las versiones que intentan asociar estas formas con fenómenos de naturaleza exótica. Tras recorrer el lugar en un avión, el ovniólogo declaró a un medio de prensa de Entre Ríos que "es apresurado y aventurado" asociar los círculos con la fenomenología de los Objetos Voladores No Identificados (Ovnis). Merituando hechos concretos antes que hipótesis descabelladas, Romano aclaró que "no todos los círculos tienen las mismas características", no son todos perfectamente circulares y, además, en el de mayor tamaño, la flor amarilla "está en proceso de mortandad" y se la ve deshidratada.
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