Crece el conflicto por la deuda a los trabajadores
Los trabajadores estafados por el empresario Néstor Bender en Guatraché hacen responsable además al concesionario directo de la explotación de la laguna de aguas termales y al municipio de la localidad. Los damnificados, al igual que comerciantes de la localidad reclaman los salarios desde diciembre y varios trabajos impagos y la suma superaría el millón de pesos, según las estimaciones.
Mientras el Centro Empleados de Comercio ha tomado cartas en el asunto y apoya el reclamo, desde la municipalidad el intendente Sergio Arrese (Frepam) ha manifestado una tibia preocupación y señaló que "no es bueno el conflicto".
Arrese dijo que han "advertido" al empresario por la situación, le han reclamado los pagos y pidió que los turistas que tienen quejan las hagan llegar a través de la página web de la comuna.
El concesionario directo del complejo, sin canon alguno a favor de la comuna y por 35 años, es Ladislao Wenckheim, un ciudadano húngaro que hace muchos años tomó a su cargo el predio y ahora se ha asociado a Néstor Ariel Bender, oriundo de Guatraché y que ha invertido en el lugar pero que es indicado ahora por trabajadores y comerciantes como el primer responsable por la cesación de pagos.
Mucamas, recepcionistas, parqueros, mozos y la propia jefa de personal, sumados a comerciantes de la localidad y prestadores de otros servicios, son los perjudicados y denunciaron públicamente esta situación además de alertar a autoridades comunales y el gremio de los empleados mercantiles.
Deuda.
Los trabajadores reclaman que Bender "pague nuestro trabajo" y denuncian que los contingentes llegados a la laguna Guatraché también sufren por las promesas incumplidas de los empresarios, que mienten en relación a las comodidades del lugar y a la calidad de las prestaciones.
Indicaron que a un trabajador le deben alrededor de 140 mil pesos y dijeron a El Sureño Pampeano que "eso no es nada, de esa plata yo debo una parte importante a mi gente y hasta no me pagaron unos tornillos que saqué a mi nombre en un comercio". Otro agregó: "Cobré, pero estoy indignado porque a mi señora que se rompió el alma trabajando le deben más de 20.000 pesos y todos se lavan las manos, sin embargo cuando había que solucionar los problemas, todos corrimos a hacerlo".
Contaron además que los contingentes de jubilados, llegados de la costa argentina, se fueron todos disconformes con la atención el trato y las comodidades. "La gente estaba entrando a las habitaciones y nosotros estábamos metiendo las mangueras para destapar las cloacas", y dijeron que Juan, el pocero, "tampoco cobró".
Más tarde indicaron que cuando llegó el primer colectivo, a las mucamas les dejaron propina, pero cuando se fue el segundo, primero entró Ilona (la esposa del húngaro) a las habitaciones, se llevó la propina y después las dejaron pasar a ellas, no tienen vergüenza.
Un turista damnificado aseguró: "Me cobraron las tres excursiones, antes de salir, $500 a los Menonitas, $600 a Salinas Grandes y $1.200 a Casino Club y cuando estábamos en el lugar me querían volver a cobrar, esto es una estafa, los televisores y el aire acondicionado brillan por su ausencia, la comida gourmet prometida fue el primer día fideos, a la noche arroz y al otro día croquetas de fideos con arroz".
Responsabilidad.
Reconocen que fue Bender el que los contrató pero que el concesionario es el responsable y que la municipalidad también "porque lo que hicimos está plantado en el predio y vamos a ir hasta las últimas consecuencias, es injusto que quienes trabajamos, seamos los estafados".
La concejal Fernanda Aguirrezabala, del PJ, escuchó los reclamos de los trabajadores y sostuvo que "es poco lo que podemos hacer, porque somos minoría y no nos informan ni nos dejan participar de nada" y también que "no somos dueños de pedir una sesión especial". Cartas documento están siendo enviadas por los trabajadores a quienes consideran responsables de la situación.
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