La tradición familiar de reparar aviones
El taller fue armada por Norberto Mana en 1971 y hace tres años pasó a manos de su yerno, Juan José Oporto. En el lugar se atienden a las aeronaves de cada aeroclub de la provincia, como así también aviones particulares y de empresas de fumigación.
El vecino Juan José Oporto, técnico y mecánico aeronáutico piquense, atiende en esta ciudad desde hace veinte años, al que es uno de los pocos talleres de aviones que funcionan en el centro del país. Manifestó que desde hace tres años que quedó al frente del taller que fundó su suegro, Norberto Mana, hace cuatro décadas y media, y que funciona junto al hangar del Aeroclub de General Pico.
"Mi suegro cuando se fundó este aeroclub en 1945 tenía 13 años, y se cruzaba a ver los aviones porque eran la novedad. A esa edad empezó a ayudar al mecánico y pasó del lavado de los aviones a sacar una bujía, a hacer una reparación en tela y así hasta que llegó a los 18 años y tuvo la licencia de mecánico. Por el año 1970 desde el Aeroclub de Pico lo llaman para que viniera a hacer el mantenimiento de los aviones y de paso montara el taller para atender los aviones del aeroclub y otros de particulares. Así fue como arrancó en 1971 con Aerotalleres La Pampa", indicó en diálogo con LA ARENA.
"Empecé en el año 1992. Estudiaba en Córdoba donde me recibí en el 95, y desde 92 hasta el 95 trabajaba en el taller con Norberto en épocas de vacaciones, y desde enero de 1996 que estoy permanentemente. Soy técnico y mecánico aeronáutico, y a medida que sumas años de experiencia, vas rindiendo y te van subiendo la licencia. Yo ya tengo la licencia más alta y eso es suficiente".
Reparación integral.
Oporto contó que desde hace tres años y medio que quedó a su nombre el taller piquense, el cual está habilitado para la reparación de motores tanto como de la parte estructural del avión, ya sean aviones metálicos o entelados, o de construcción mixta. También realiza reparaciones de las partes eléctricas e hidráulicas, y para lo único que no está habilitado es para la reparación de las hélices.
"Nosotros estamos en condiciones de reparar cualquier tipo de accesorios, menos hélices, para lo que se necesita un taller distinto, más especializado, porque requieren otro tipo de herramientas. La ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) te hace los alcances para lo que vos estás habilitado. Norberto siempre estuvo habilitado para accesorios, que son los carburadores, magnetos, arranque, dínamo, y también motores, además de la reparación estructural, como chapa, remachado y soldaduras. Para eso te exigen tener curso de soldador y estar actualizado, y además para cada modelo de avión y para cada marca tenes que tener los manuales actualizados, lo mismo para los motores. Por eso cada dos años tenemos inspección de taller, donde te piden los manuales para los que tenes alcance para trabajar", indicó. Otra de las exigencias que se les hace a un taller aeronáutico, es tener calibradas las herramientas de medición, por lo cual de manera regular se mandar todas a Buenos Aires.
Unico taller.
Mientras hizo un alto en sus tareas para contar detalles de su trabajo diario, el mecánico aeronáutico local, dijo que el taller que tiene a cargo fue durante muchos años, "el único de la provincia". En el mismo sentido señaló que hace dos años se abrió otro en Quemú Quemú, aunque tiene "otras características", puesto que si bien realizan reparaciones de motores, están más abocados a atender las unidades de empresas de fumigación.
Oporto también contó que los aviones más comunes con los que trabajan son los distintos modelos de Piper o de Cessma, y que desde la fecha de apertura del taller en 1971, existe un acuerdo con el aeroclub local, que les significa hacerse cargo de la atención y del mantenimiento de las unidades de la entidad aera, a cambio del alquiler del lugar. Este convenio se renueva desde hace más de 45 años, cada vez que cambia la comisión directiva.
Mecánico y piloto.
El taller tiene de clientes a "casi todos los aeroclubes de La Pampa", y a excepción del de Quemú Quemú, se atiende a los de Eduardo Castex, Realicó, Victorica, Ingeniero Luiggi, Intendente Alvear, Santa Rosa, además del aeroclub de Villegas, Huinca Renancó, Trenque Lauquen y Cuenca. También atiende a varios particulares que tienen estancia y poseen avión propio, además de un bimotor de Ameghino, y aviones de empresas de fumigación de Alta Italia, Colonia Barón y González Moreno.
El piquense también dijo que en América trabaja con el club de planeadores y con empresas de fumigación.
Por último, el titular del taller aeronáutico de esta ciudad, se refirió a la exhaustiva inspección que se hace sobre el trabajo que se lleva a cabo en un avión, a lo costoso que resulta el mantenimiento y a las pruebas que se realizan antes de entregarlo.
"La relación del mecánico y el piloto es una relación de confianza. Ellos se suben al avión y confían plenamente que vos lo revisaste y está todo perfecto. Por eso que los sistemas de inspección son rigurosos, y el trabajo que hace una persona, el otro lo revisa, y tienen que firmar los dos, ítem por ítem", sostuvo.
"Yo soy piloto, pruebo los aviones y cuando viene un piloto los prueba y salgo con él. Se prueban porque es muy caro moverlos, y si la persona lo trae vos no lo probás porque pensás que está bien y tiene que volver, es un problema, todo un gasto y quedas mal con el cliente", finalizó.
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