Vecina achense celebró 100 años de vida
Hija de padre francés, abrazó igual profesión que su madre argentina: la docencia. Para otro reconocimiento, hace unos días celebró su centenario de nacimiento, en coincidencia con el Día del Trabajo.
Su labor la tuvo como protagonista en la enseñanza primaria y secundaria, dueña de un temperamento que imponía respeto, corrección y el aprendizaje de sus alumnos. A la par de la tarea áulica, Elvira Marc de Verdenelli cumplió funciones de alto compromiso en la cooperadora y fue una de las principales impulsoras para la construcción de un moderno edificio, que es la casa propia de la Escuela Normal.
Esa tarea le ocupó mucho de su tiempo, gastos y hasta algún rezongo que ella repite: "Las pretensiones de la de Verdenelli y María Esther Pérez de hacer semejante escuela", comenta que decía la gente de General Acha por las décadas del 70 y 1980, mientras se ejecutaba una magnifica obra de construcción, luego con algunas ampliaciones para albergar una sede ejemplar para el conocimiento y formación de numerosos jóvenes achenses y de localidades vecinas.
Maestra.
Aquí, Elvira Marc formó su matrimonio y su familia, con sus hijos Mirna Raquel, Víctor Horacio y Enrique Julio, todos profesionales en las especialidades de bioquímica, geólogo y médico veterinario.
Como imitando a su madre, Elvira eligió la Escuela 11, donde ejercicio como maestra intercambiando casi anualmente de grado, en el turno de la mañana.
Más adelante se incorporó como profesora en el antiguo Colegio Nacional, en las asignaturas de Matemáticas y Educación Democrática.
De la edificación original, en una propiedad que ella atribuye al gesto de Francisco Otero, la docente continuó cumpliendo la misma tarea educadora en la flamante construcción de la esquina de Charlone y Victoriano Rodríguez, como Escuela Normal.
Y fue ella una de las principales promotoras para obtener ese significativo logro para General Acha, ocupando mucho de su tiempo para obtenerlo. Y recuerda con preocupación una anécdota que ella escuchó por ese entonces. "Las pretensiones de la de Verdenelli y María Esther Pérez de hacer semejante escuela", decía la gente con mirada crítica.
Dedicación.
Entre otras funciones, Elvira Marc de Verdenelli fue presidenta de la Cooperadora del secundario y secretaria del Centro de Jubilados.
Con recursos propios costeaba numerosos viajes "en tren" a Buenos Aires, para gestionar la nueva edificación.
En otra actividad privada, atendía alumnos particulares y hasta llegó al piano tocando solamente de oído, animando fiestas populares con el instrumento que perteneció a su madre. "Hasta formamos una orquestita", con actuaciones en escenarios como el Club Social, la Sociedad Española y la Asociación Italiana, con la particularidad de que fuera una mujer la ejecutante.
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