Sabado 21 de junio 2025

Una inexplicable promesa incumplida

Redacción 31/12/2009 - 01.19.hs

La polémica obra del Acueducto del Río Colorado, -que tanta discusión provocó en el seno de la sociedad pampeana, no solo porque cambió el eje de un cierto consenso sobre la necesidad de desarrollar los acuíferos, sino además porque la elección de la empresa constructora sumó sospechas, luego confirmadas, sobre la seriedad con que se encaraba el tema- le dejó a la provincia, además de la obra en parte construida, una red de fibra óptica que actualmente interconecta a buena parte del territorio provincial. Cuando el proyecto del Acueducto finalmente se termine, en un par de años si los plazos de conclusión se cumplen, esa red cubrirá la mayor parte de La Pampa.
Se trata así de una infraestructura tecnológica de punta, fruto del buen tino de los gobernantes que -ya sea para adornar la obra principal y mejor presentarla, o porque en verdad apuntaran a la conectividad digital como un objetivo en sí mismo- la pensaron y lograron plasmar dentro de un presupuesto en el cual su construcción no se sintió, o casi, en las arcas provinciales.
Por esta razón, porque fue un valor agregado de infraestructura que se hizo a bajo costo, es posible compararla en muchos aspectos con el ya emblemático acueducto Puelén-Chacharramendi que hace más de treinta años, se planificó como una forma económica de abastecer de agua a la Ruta del Desierto y luego quedó como una obra útil para el desarrollo del Oeste provincial.
No obstante, aquélla visión de futuro que se le debe reconocer a quienes pensaron la fibra óptica como un aporte de última generación a la interconectividad regional, a varios años vista de inaugurada la obra, ha quedado poco menos que como un tesoro enterrado. Su uso es poco menos que marginal entre algunas reparticiones públicas y todo su enorme potencial de transmisión de datos a gran escala se encuentra hoy ocioso.
¿Cuál es el motivo de semejante desatino? La respuesta no es clara cuando de ello se consulta a quienes tienen en sus manos decidir sobre las políticas públicas en materia de comunicaciones.
Pero no siempre fue así. A poco de asumir Carlos Verna, el entonces gobernador anunció que entregaría la utilización de la fibra óptica a las cooperativas para que continuaran desarrollando con ella su proyecto de telecomunicaciones que tiene hoy, a seis años de aquél anuncio, una realidad mucho más contundente y prometedora que la que se insinuaba cuando solo la Cosega achense y la CPE santarroseña iniciaban sus proyectos de telefonía e internet. Hoy, con la nueva ley de medios ya vigente y la inminente entrada de las cooperativas de prestar servicios de TV por cable, aquélla inexplicable promesa incumplida de Verna, priva a La Pampa de una alternativa autónoma para el desarrollo integral de las comunicaciones que no se entiende cómo se demora en plasmar y en apoyar decididamente desde la esfera oficial.
Aquí también se puede hacer un paralelo con el (hoy felizmente recuperado) acueducto de Puelén pues éste, pensado como una forma de abastecer de agua a dos localidades es hoy, merced a la iniciativa de decenas de ganaderos de la zona, el centro de un desarrollo ganadero de decenas de miles de cabezas de ganado vacuno.
De la misma forma la fibra óptica debería servir para canalizar la voluntad de las cooperativas que tienen un proyecto de desarrollo que están dispuestas a desarrollar haciéndose cargo de la inversión y solo esperan que desde el gobierno, no le pongan palos en la rueda.

 


'
'