Miércoles 18 de junio 2025

Chávez recibió al vice chino y firmaron muchos acuerdos de cooperación

Redacción 26/02/2009 - 03.44.hs

Tres días después de haber ganado por diez puntos el referendo constitucional, el presidente de Venezuela recibió al vicepresidente chino. Ambos firmaron varios acuerdos. Los medios argentinos, mutis por el foro.
EMILIO MARÍN
El Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano, sirvió la semana pasada para que el anfitrión recibiera al vicepresidente chino, Xi Jinping, quien anduvo dos días por la tierra de Simón Bolívar.
Entre otros importantes acuerdos, los dos gobernantes pusieron en marcha el fondo bilateral de inversiones, que era de 6.000 millones de dólares hasta septiembre pasado. En esa oportunidad, cuando Chávez visitó Beijing por quinta o sexta vez, convino con su colega chino Hu Jintao la duplicación del mismo. De ese modo, 8.000 millones los aporta la parte socialista asiática y los restantes 4.000 millones la nación bolivariana.
Cuando tal compromiso fue inicialado, cinco meses atrás, la crisis financiera internacional ya había estallado. Y latinoamericano se dio el gusto de comparar ese estallido, que restringía los créditos a nivel mundial ("¿y quién sabe a qué tasas?", se había preguntado), con el convenio tan ventajoso suscripto con Hu.
Ahora, al recibir al vicepresidente Xi en Caracas, Chávez se congratuló de tener "un convenio reciclable, perenne y de largo plazo, con el que además Venezuela ratifica su condición de socio suministrador de petróleo para los próximos 500 años".
En 2008 la venta de crudo venezolano al gigante asiático llegó a 250.000 barriles diarios, que serán 500.000 en el curso del corriente año y un millón desde 2010 en adelante.
Al negociar de ese modo con la República Popular China, y por su intermedio con otros países asiáticos, el mandatario suramericano está demostrando su intención de no depender de la venta de su principal producto a Estados Unidos. Hasta 2008 el 60 por ciento de esas ventas fue a EE UU, lo que ubicó a Venezuela como el cuarto proveedor de petróleo a ese país. Ante las constantes campañas desestabilizadoras de la democracia bolivariana desde las usinas de la superpotencia, el presidente advirtió desde Miraflores que si Washington no cambiaba a favor de un comportamiento democrático, en algún momento le dejaría de vender petróleo.
Pues bien, las negociaciones con Beijing (y los acuerdos económicos y financieros tomados también con Teherán y Moscú), indican que Venezuela está tomando previsiones para eventualmente independizarse de ese cliente tan imperial.
Que las relaciones Caracas-Beijing marchan viento en popa lo graficó el número de acuerdos de cooperación. Hasta el momento fueron 300 y están en pleno desarrollo, según los plazos previstos por los dos socios.
Y ese incremento se nota en la evolución de la balanza comercial bilateral, que el año pasado llegó a 10.096 millones de dólares, un 72 por ciento más que en 2007. Y para preocupación de la Casa Blanca, el jefe de Estado bolivariano manifestó la semana pasada, al recibir a Xi, que le importan más convenios comerciales y financieros pero sobre todo más acuerdos políticos.

 

Ventajas de ambos socios.
La derecha norteamericana y venezolana ataca a Chávez por su "populismo" y "nacionalismo extremo", de modo que mal podría criticarlo por "entregar" el país a manos chinas. Lo que hace PDVSA, la petrolera estatal venezolana, es asegurarse la venta planificada de su principal producto de exportación, que nutre a más del 90 por ciento del presupuesto estatal. Incluso en ese rubro, no sólo vende el crudo sino que también instala refinerías junto a las empresas chinas, para la elaboración de combustibles y derivados de precios más elevados.
A cambio de ello, Caracas se beneficia con inversión asiática en refinerías, proyectos agropecuarios que aseguran la alimentación de la población, la provisión de barcos, la instalación de fábricas de electrodomésticos, computadoras y teléfonos celulares, la transferencia de tecnología satelital, etcétera.
Justamente en la reciente visita del vicepresidente Xi se inauguró la primera fábrica de teléfonos celulares, Venezolana de Telecomunicaciones-Vtelca (Venezuela demanda y consume 7 millones al año). Está ubicada en el Estado de Falcón y fabricará un millón de aparatos al año con tecnología de la compañía china ZTE; en el curso de 2009 se activará un segundo establecimiento en el Estado Miranda, con apoyo de la china Huawei, que entregará otro millón de celulares.
Uno de los motivos de la mayor alegría venezolana de esta relación fue el lanzamiento, el 1 de noviembre del año pasado, del primer satélite propio. Se llama "Venesat-1 Simón Bolívar", como era previsible, y fue construido por China y puesto en órbita desde ese lejano país, apuntando a mejorar las telecomunicaciones venezolanas. De ese modo se convirtió en el cuarto país del subcontinente en contar con satélite propio.
Según el cable de Prensa Latina (PL) que cubrió el tema el año pasado, "el Simón Bolívar será dedicado en 41,5 por ciento a la salud, 20,9 a la educación, 15,9 al trabajo comunal y seis para alimentación, entre otros sectores priorizados por el gobierno".
La ministra de Telecomunicaciones e Informática, Socorro Hernández, explicó a PL que la particularidad del satélite radica en su carácter social. Más de dos millones de alumnos se beneficiarán con el servicio de teleeducación e Internet que se prestará al conectar 10.200 escuelas en poblaciones apartadas". Se conectará a 7.700 consultorios de "Misión Barrio Adentro", que "recibirán servicios de telemedicina, diagnóstico remoto y consultas médicas, lo cual beneficiará a más de un millón de pacientes".

 

Es la política.
Obviamente que esos beneficios sociales derivados de la "asociación estratégica" que el chavismo firmó con los chinos en 2001, le dan más sustento a esa relación.
Desde ambas partes no se piensa agotar la relación en el plano económico, de por sí muy importante como se puede deducir de datos citados, como el incremento del comercio bilateral. Están pensando y actuando en el plano político, apuntando a un modelo de mundo multilateral, con desarrollo, justicia y paz, del que se sienten partícipes.
Por cierto, ese proyecto tiene amenazas directas de la superpotencia, sobre todo para el país sudamericano que se atrevió a desafiarla. En consecuencia, Caracas está proveyéndose armamento de defensa. Ante la negativa estadounidense a venderle piezas de repuesto para los aviones F-16, C-130 y lBronco, terminó adquiriendo 18 aviones de reconocimiento K-8 de fabricación china. Luego que la DEA norteamericana retirara los radares que tenía Venezuela en comodato, el gobierno adquirió 11 radares chinos, que al igual que los aviones mencionados servirán para la lucha antidrogas.
Pese a las campañas de desinformación promovidas por la DEA y el Comando Sur con asiento en La Florida, que acusan a las autoridades de Venezuela de tolerancia con el narcotráfico, el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, mayor general Jesús Gregorio González, informó el 11 de febrero pasado que su fuerza "decomisó en 2008 más de 54 toneladas de drogas y capturó a unos 14 capos deportados a Estados Unidos y Europa".
El vínculo entre Caracas y Beijing atraviesa su mejor momento político, y además Chávez llegó fortalecido a la firma de acuerdos con Xi Jinping, el 18 de febrero, luego de haber recibido 6 millones de votos en la enmienda constitucional del domingo anterior. Desde esa posición, al agasajar a su visitante, puntualizó su visión de la nación asiática: "China le ha demostrado al mundo que no hace falta ser un imperio para ser un gran país, como lo es la República China, que mira al mundo con ojos de amistad, de justicia, de respeto a la soberanía de cada pueblo".
Inmediatamente sostuvo que la patria fundada por Mao Tsé tung ha sido el ejemplo de las naciones que comenzaron a pregonar este sistema. "Un socialismo propio, un socialismo autóctono, que no debe ser calco ni copia (...) El socialismo es el camino a la dignificación del hombre".
Las críticas venezolanas al modelo del imperio, el fortalecimiento de Chávez tras el referendo y la profundización de su relación con China, en los términos antedichos, explica en parte por qué estas noticias prácticamente no existieron para los medios de comunicación monopolistas de la Argentina. Estaban demasiado ocupados en hacer de caja de resonancia del sexto lock out patronal sojero, los premios Oscar y el nacimiento del nieto de Maradona.

 


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