Sabado 28 de junio 2025

Los ciudadanos ante el misterio judicial

Redacción 26/06/2009 - 03.09.hs

SEÑOR DIRECTOR:
Los casos Grassi y García Belsunce han hecho que muchas personas del común se pregunten o salgan a preguntar acerca de lo que está detrás de eso que llamamos justicia.
En el caso del sacerdote condenado por pedofilia y pederastia, la inquietud que genera la interrogación sobreviene de la circunstancia de que, a pesar de la condena, no fue enviado a prisión e, incluso, se le permite entrar y permanecer en el escenario del crimen por el que ha sido condenado.
En el caso de María Marta García Belsunce, asesinada en la casa del country en que vivía, la extrañeza estalla porque el tribunal oral absolvió al marido de la acusación de uxoricidio y le dio una condena leve por participar de los notorios esfuerzos familiares por presentar el caso como la consecuencia de un accidente doméstico. Se daba una situación en que el marido se muestra participando del intento por ocultar el homicidio, cuando lo común es que el familiar reclame justicia y castigo, pero se lo desligaba del acto mismo de matar a la mujer. ¿A quién protegía al ocultar? La extrañeza se convirtió en sorpresa y hasta en estupor cuando la cámara de Casación cambió la sentencia a partir de los mismos elementos de prueba del juicio oral. Casación entendió que estaba demostrado que Carrascosa fue partícipe necesario del asesinato de su mujer, con cómplices. No es habitual que esto suceda y de ahí viene la extrañeza. Algunos filósofos han dicho que la extrañeza es el disparador del proceso de adquisición de la sabiduría. Si se extraña el hombre del común debe pensarse que nota que algo disuena o no va de acuerdo con las pautas que ha tenido por valiosas o vigentes. Se le dirá que casación es un tribunal que ha sido creado (en nación y algunas provincias) para proteger la norma (ley), procurar la uniformidad de la jurisprudencia y dar solución justa al conflicto. Se llega a casación cuando la sentencia del inferior no ha sido aceptada como justa o apropiada al caso. Y ciertamente puede suceder que los jueces del nivel más alto manden instruir un nuevo juicio, total o parcial, o enmienden total o parcialmente una decisión (puesto que siempre se busca una decisión justa del caso concreto que ha motivado el proceso). Lo que parece haber sucedido en esta ocasión es que los jueces de casación tuvieron su momento de asombro al entender que los elementos aportados en el juicio obligaban a condenar. Siendo así, la extrañeza resulta de recordar el largo y agitado trámite de ese juicio, lo que permitía espera una decisión final bien fundada. Pero, también se pudo recordar el juego de influencias que permitió que hechos tan burdos como presentar la muerte como consecuencia de un accidente doméstico cuando la occisa tenía cuatro plomos de arma de fuego en la cabeza, más un raspón producido por un quinto disparo (plomo que los familiares arrojaron al inodoro, calificándolo de pituto). Ya se verá cómo concluye este caso, punto sobre el cual no me pronuncio aunque (y porque) también participo de la extrañeza.
Al margen de los casos puntuales, está el tema de la justicia y la posibilidad de que la extrañeza lleve a informarse y a reflexionar acerca de este concepto, que es de manejo corriente, pero que no es bocado de fácil digestión. La representación habitual de la Justicia (ya con mayúscula) es una majestuosa mujer que entre nosotros se la presenta de pie, con los ojos vendados y con una espada en una mano y una balanza griega en la otra. Se dice que la venda es para que se concentre la atención en el caso puntual, sin dejarse influir por elementos culturales o de cualquier índole; que la balanza advierte de la intención de actuar con equidad, poniendo los elementos significativos en cada platillo (inocente, culpable); y que la espada... bueno, la espada puede ser una referencia a la fuerza que sea necesaria para hacer cumplir la sentencia una vez dictada y agotadas las instancias.
Atentamente:
JOTAVE

 


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